tag:blogger.com,1999:blog-60830251060023609922024-03-19T06:48:02.931-06:00RandomRandomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.comBlogger155125tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-39177810148640629362023-05-31T21:41:00.000-06:002023-05-31T21:41:08.336-06:00Ser un blogger en la era del microblogging<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl-AZN0y6zT2K-1dPYv2ROiDB-rBDEhUnLhU3_1vVX8x3G67493zBpneIU0FK0eua04Jt2UJBeCoRoQG5pHh-_CI28SpOZbF7wSGXIpsRETNrQuo-eaEe655kbKW5PcF8jtgNOooSzplld9yBJYCg4vId5DDL8HWdSAiKdXSOhZNddWFoQ4EgReA8_/s1030/microblogging-1030x772.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="772" data-original-width="1030" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl-AZN0y6zT2K-1dPYv2ROiDB-rBDEhUnLhU3_1vVX8x3G67493zBpneIU0FK0eua04Jt2UJBeCoRoQG5pHh-_CI28SpOZbF7wSGXIpsRETNrQuo-eaEe655kbKW5PcF8jtgNOooSzplld9yBJYCg4vId5DDL8HWdSAiKdXSOhZNddWFoQ4EgReA8_/w400-h300/microblogging-1030x772.jpg" width="400" /></a></div><p style="text-align: justify;">En un mundo donde las palabras se han reducido a caracteres y la atención se dispersa más rápido que una chispa, ser un blogger es un desafío titánico. En una época en la que los mensajes de 280 caracteres se consideran el epítome de la expresión, los verdaderos narradores se encuentran en una encrucijada: ¿cómo se puede contar una historia completa en un entorno de microblogging?</p><p style="text-align: justify;">El auge de las redes sociales y las plataformas de microblogging ha llevado a una disminución en la longitud y la profundidad de los mensajes. Los bloggers, cuyo arte radica en tejer palabras cuidadosamente seleccionadas para crear una narrativa envolvente, se ven limitados por los confines de la brevedad. Se ven forzados a ajustar sus pensamientos e ideas en pequeños fragmentos, perdiendo así la capacidad de explorar temas en toda su complejidad.</p><p style="text-align: justify;">El microblogging ha fomentado una cultura de gratificación instantánea, en la que las noticias y la información se consumen a toda velocidad. Los bloggers se enfrentan al desafío de captar la atención de sus lectores en segundos, compitiendo con una avalancha de actualizaciones y publicaciones. Es como intentar construir un castillo de arena en medio de una tormenta, sabiendo que en cualquier momento una ola puede llevarse todo el trabajo.</p><p style="text-align: justify;">La presión por generar contenido constante y atractivo también pesa sobre los hombros de los bloggers. En una era en la que la novedad es rey, mantenerse relevante requiere una creatividad constante y una capacidad para destacar entre la multitud. Los bloggers deben encontrar formas ingeniosas de destacar sus publicaciones, utilizar imágenes impactantes y títulos provocativos para llamar la atención en un mar de mensajes que desaparecen rápidamente.</p><p style="text-align: justify;">Sin embargo, a pesar de estas dificultades, los verdaderos bloggers persisten. Son los guardianes de la narrativa en un mundo cada vez más fragmentado. A través de sus palabras, logran captar la esencia de una historia y transmitir emociones en un espacio limitado. Son los malabaristas verbales que hacen magia con las palabras, combinando creatividad y concisión para crear una conexión con sus lectores.</p><p style="text-align: justify;">El microblogging no puede reemplazar la experiencia de sumergirse en un artículo bien elaborado y dejarse llevar por la historia. Los bloggers valientes y decididos, aunque enfrenten obstáculos considerables, continúan luchando por mantener viva la tradición de la escritura en su forma más pura. Ellos desafían las limitaciones impuestas por la era del microblogging y nos recuerdan que las palabras, cuando se utilizan con maestría, pueden tener un impacto duradero.</p><p style="text-align: justify;">Así que, mientras navegamos por los mares agitados del microblogging, recordemos el valor de los bloggers y su valentía para enfrentar las dificultades que conlleva este desafío. Apreciamos su dedicación para mantener vivo el arte de la narrativa en un mundo que busca la gratificación instantánea. Son ellos los que nos brindan una pausa en medio del caos, invitándonos a sumergirnos en una historia y experimentar el poder transformador de las palabras.</p>Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-48659337878921998342023-05-18T18:01:00.006-06:002023-05-18T18:01:50.352-06:00La Influencia Perjudicial de la Narco Cultura: Pérdida de Identidad Cultural, Estereotipos Dañinos y Responsabilidad Compartida<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDYdGXb4el86bQjVNYejp8wsHay6dt_rESE0I-6xdT4uE0e3-rt-V5wPeX56rlqxQ9yFos7alg42RpxSRp_6bbUE5KZ4dMsRij_jkZ6eE_LStgwDHpvKO2RGF9gMwjkdgNtNW9gXRHCu4-_qTuqenKzwB2j_NvcMDkRN759Pz2JqhDZB4Rmz6iUoVU/s1200/ninos-crimen-organizado-culiacanazo-narcocultura.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1200" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDYdGXb4el86bQjVNYejp8wsHay6dt_rESE0I-6xdT4uE0e3-rt-V5wPeX56rlqxQ9yFos7alg42RpxSRp_6bbUE5KZ4dMsRij_jkZ6eE_LStgwDHpvKO2RGF9gMwjkdgNtNW9gXRHCu4-_qTuqenKzwB2j_NvcMDkRN759Pz2JqhDZB4Rmz6iUoVU/s320/ninos-crimen-organizado-culiacanazo-narcocultura.jpg" width="320" /></a></div><p></p><p style="text-align: justify;">La narco cultura ha dejado una huella profunda en nuestra sociedad, y es esencial comprender su impacto en el desarrollo de nuestros niños. Estudios respaldados por la American Academy of Pediatrics (AAP) han revelado la influencia perjudicial de la exposición a contenidos violentos y promotores de comportamientos riesgosos en el crecimiento cognitivo, emocional y social de los más pequeños. La narco música, con sus letras que glorifican la violencia y el narcotráfico, representa una preocupación alarmante. Como sociedad, debemos tomar medidas para contrarrestar esta influencia negativa y buscar alternativas más positivas y enriquecedoras que promuevan un desarrollo saludable en nuestros niños.</p><p style="text-align: justify;">La narco cultura también ha provocado una pérdida significativa de nuestra identidad cultural. Nuestros géneros y ritmos tradicionales, como el son, el mariachi y la música indígena, han sido desplazados y menospreciados por esta corriente. Esta sustitución distorsiona nuestra identidad nacional y genera una imagen estereotipada de los mexicanos en el extranjero. La popularidad de la narco música ha contribuido a la creación de estereotipos perjudiciales que retratan a los mexicanos como narcotraficantes y personas violentas. Esta simplificación y estigmatización no refleja la riqueza cultural y diversidad de nuestro país. Es esencial fomentar el aprecio por nuestra música tradicional y promover una imagen más auténtica y enriquecedora de México en el ámbito internacional.</p><p style="text-align: justify;">En este proceso de reflexión, también debemos reconocer la responsabilidad compartida de los padres y la sociedad en general. Algunos padres, consciente o inconscientemente, promueven la narco música entre sus hijos, sin ser plenamente conscientes de las implicaciones negativas que esto conlleva. Es esencial que los padres filtren y supervisen el contenido al que están expuestos sus hijos, incluyendo la música que escuchan. La educación sobre los valores auténticos, el fomento del amor por nuestra música tradicional y la promoción de una cultura más saludable y enriquecedora son responsabilidades fundamentales de los padres. Solo a través de una participación activa y una toma de conciencia colectiva podremos contrarrestar la influencia negativa de la narco cultura y guiar a nuestros hijos hacia un desarrollo saludable y una apreciación genuina de nuestra riqueza cultural.<br /></p><p style="text-align: justify;">La promoción de alternativas culturales auténticas, la valoración de nuestra diversidad y el rechazo a los estereotipos perjudiciales son pasos fundamentales para construir un futuro más prometedor. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de proteger a nuestros niños, preservar nuestra identidad cultural y contribuir a una percepción más precisa y respetuosa de México en el mundo. ¡Juntos, podemos generar un cambio positivo y construir una sociedad más vibrante y enriquecedora!</p>Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-68233961318516290182023-05-11T18:03:00.005-06:002023-05-11T18:04:03.665-06:00El oscuro legado del movimiento #MeTooMusicosMexicanos: Una historia de denuncias falsas y consecuencias devastadoras<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZolhTXKtkyVV_64XDfumkSiWGAdwdz8s6KVUSZ5Zc5xhm6LK-0YN6AI045Y0HjBjGRbR5RkhEFC8SkoLpDxYBnqzwetmj8gfv6q-seADcb6pbnCVKbEEN4i77sAVhf0YbqY_tSvM6ff7n9Qerso4tPiMSlPZsV9VnG2M81Ckv9BgRlxYKssDP1NK7/s320/muere_el_mxsico_armando_vega_gil_crop1554237668575.jpg_539665225.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="240" data-original-width="320" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZolhTXKtkyVV_64XDfumkSiWGAdwdz8s6KVUSZ5Zc5xhm6LK-0YN6AI045Y0HjBjGRbR5RkhEFC8SkoLpDxYBnqzwetmj8gfv6q-seADcb6pbnCVKbEEN4i77sAVhf0YbqY_tSvM6ff7n9Qerso4tPiMSlPZsV9VnG2M81Ckv9BgRlxYKssDP1NK7/s1600/muere_el_mxsico_armando_vega_gil_crop1554237668575.jpg_539665225.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Armando Vega Gil, el fundador de Botellita de Jerez</td></tr></tbody></table><p style="text-align: justify;">En los confines de Twitter surgió el "movimiento" #MeTooMusicosMexicanos, una cuenta dedicada a difundir denuncias de mujeres que afirmaban haber sido acosadas por músicos. En apariencia, parecía una iniciativa loable, salvo por un pequeño pero significativo inconveniente. Estas denuncias podían enviarse de forma anónima a través de mensajes privados, sin necesidad de presentar pruebas que respaldaran su veracidad.</p><p style="text-align: justify;">En esencia, cualquier persona podía crear una cuenta falsa, enviar un mensaje a la cuenta en cuestión afirmando que algún músico famoso era un violador y acosador, y estas denuncias se consideraban válidas sin el más mínimo cuestionamiento. Así, los músicos y cantantes se veían sometidos a difamación mediática y escarnio público. Si alguien planteaba la pregunta obvia de "¿Cómo saben que esto es cierto?", las respuestas agresivas no se hacían esperar: "¿Cómo te atreves a cuestionar a las víctimas?", "Machirulo", "Opresor", "Violador", "Asesino", "Ojalá violen a tu madre" y otras expresiones llenas de odio. De esta manera, las denuncias y acusaciones de cualquier persona, incluso trolls, detractores o aquellos resentidos por no haber obtenido un autógrafo, eran validadas y difundidas sin filtro alguno.</p><p style="text-align: justify;">Es inevitable que, en medio de tantas denuncias indiscriminadas, alguna coincida con la realidad, lo que se conoce como la falacia del francotirador. Sin embargo, se ignoraba y evitaba hablar de aquellos que eran inocentes pero cuyas vidas y carreras eran destrozadas.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhub_FkgX9MPZKWbHlBhQS-ZLKw_lOZop7h-UdFKdhPxLPoslf3fIorIDax-QPY2q3UiHK3vN0nwItfxi66nTknkpPTqPm5s5V_a8wCne2_4J3XeeSCn6UfKU94KDqmR2oGB3cmMjiGDnURWR81Mo4cXOH2meP5b7xIx7JyCLva1thMH7NNlumge2GV/s320/anonimato_en_bitcoin.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="160" data-original-width="320" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhub_FkgX9MPZKWbHlBhQS-ZLKw_lOZop7h-UdFKdhPxLPoslf3fIorIDax-QPY2q3UiHK3vN0nwItfxi66nTknkpPTqPm5s5V_a8wCne2_4J3XeeSCn6UfKU94KDqmR2oGB3cmMjiGDnURWR81Mo4cXOH2meP5b7xIx7JyCLva1thMH7NNlumge2GV/s1600/anonimato_en_bitcoin.jpg" width="320" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"></td></tr></tbody></table><p style="text-align: justify;">Alguien desconocido desde la sombra llevó a cabo exactamente eso. Agregó a las administradoras del movimiento y les envió un mensaje privado anónimo acusando a Armando Vega Gil, el fundador de Botellita de Jerez, de ser un acosador. Sin investigar ni cuestionar la veracidad de la denuncia, estas mujeres se dedicaron a difundir sin descanso que el músico era, sin lugar a dudas, un acosador.</p><p style="text-align: justify;">El problema radicaba en que Vega Gil ya atravesaba serias dificultades emocionales, y la amenaza de ser sometido al escarnio público resultó ser el detonante que lo llevó al suicidio. Ante esta tragedia, el "movimiento" reaccionó de manera aún más agresiva. Lejos de mostrar remordimiento por haber lanzado denuncias infundadas y sin pruebas, afirmaron que no era su culpa, que era un chantaje mediático y que el músico era un cobarde intentando escapar de la verdad. Lo acusaron de ser el único responsable de su propia muerte.</p><p style="text-align: justify;">Si observamos a una persona parada al borde de un precipicio y, siguiendo órdenes de alguien desconocido, la empujamos, ¿quién es el culpable de su muerte? ¿Es culpa de la persona por estar en el borde, nuestra por empujarla, o del individuo que desde las sombras nos incitó a hacerlo? La respuesta es compleja y plantea una serie de interrogantes éticos y morales.</p><p style="text-align: justify;">En medio de este caos, el grupo musical "Botellita de Jerez" anunció su fin, y muchas voces se alzaron en contra del movimiento feminista radical, que había llevado las cosas demasiado lejos. Incluso llegó a oídos del presidente, quien solicitó al Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) investigar todas las denuncias presentadas a través de la cuenta de Twitter @Metoomusicamx o mediante el hashtag #MeTooMusicosMexicanos. El objetivo era claro: distinguir entre las denuncias reales, que merecían atención y seguimiento, y las denuncias falsas, exigiendo que quienes lideraban ese "movimiento" revelaran los nombres de las denunciantes para que los afectados pudieran tomar medidas legales.</p><p style="text-align: justify;">En medio de este turbulento escenario, surgió la cuenta Me Too Hombres, que se burlaba sátiricamente del movimiento, pero también exigía que el feminismo radical asumiera la responsabilidad de publicar acusaciones sin pruebas. En su cuenta, se mencionaba que también había hombres que sufrían acoso y se les daba un plazo de 24 horas para presentar pruebas de todas las denuncias difundidas, especialmente la relacionada con Armando Vega, o de lo contrario, se revelarían las imágenes no solicitadas que habían recibido en sus teléfonos.</p><p style="text-align: justify;">El colapso emocional y la avalancha de sentimientos negativos hacia este grupo feminista radical resultaron abrumadores. Paradójicamente, las mismas personas que alardeaban de no quedarse calladas tras la muerte de Armando Vega, ahora anunciaban cobardemente el fin de su movimiento, atribuyendo la culpa al supuesto machismo imperante en el país y a la falta de comprensión hacia la libertad, el respeto y el dolor de las mujeres.</p><p style="text-align: justify;">Esto no puede ser considerado como una "victoria del patriarcado" -concepto que, por cierto, carece de fundamentos sólidos-, sino como un fracaso de una ideología rancia que busca la supremacía bajo el disfraz de la igualdad y la equidad. Este movimiento ha ganado seguidores a través del fanatismo, y todos sabemos que nada resulta más lucrativo que el fanatismo ciego.</p><p style="text-align: justify;">En conclusión, el oscuro legado del movimiento #MeTooMusicosMexicanos es una advertencia sobre la peligrosa propagación de denuncias falsas sin fundamentos, que pueden tener consecuencias devastadoras para la vida y la carrera de las personas señaladas. Es hora de reflexionar y buscar la justicia con responsabilidad y equidad, evitando que la indignación y el fanatismo nos guíen por un camino de destrucción indiscriminada. Solo así podremos construir una sociedad más justa y equilibrada para todos.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/_F-yJDSD91E" width="320" youtube-src-id="_F-yJDSD91E"></iframe></div><br /><p style="text-align: justify;"><br /></p>Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-35762563473500132522023-05-08T18:18:00.007-06:002023-05-08T18:18:51.916-06:00Alcanzar más gente con boosterblog.es<p>Si tienen un blog y le quieren dar un impulso pueden registrarlo aquí de forma gratuita.</p><p>Más lectores podrán conocerlo y visitarlo de éste modo. </p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><strong style="background-color: white; font-family: "Trebuchet MS", Verdana, Arial, sans-serif; font-size: 12px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: left;">http://www.boosterblog.es</strong></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinnkSoF1l6yfggcDLGKes-IPHyH-Hp2H3SxzOZTxTlwDfB_l1jP-JjfQTXxq_IzStcNUKYMfZYCd2W0jBJ29o7_77cgClJVcIHRrSuldDEV7gHJnbNW0AcOV9FqaYwMoNKcFK_AKbZZQM7S1BBXMsvnHoUtjb7GqOv6ItIxf7m2FZswuLdZSxvKKDV/s200/boosterblog-es-logo.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="80" data-original-width="200" height="80" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinnkSoF1l6yfggcDLGKes-IPHyH-Hp2H3SxzOZTxTlwDfB_l1jP-JjfQTXxq_IzStcNUKYMfZYCd2W0jBJ29o7_77cgClJVcIHRrSuldDEV7gHJnbNW0AcOV9FqaYwMoNKcFK_AKbZZQM7S1BBXMsvnHoUtjb7GqOv6ItIxf7m2FZswuLdZSxvKKDV/s1600/boosterblog-es-logo.gif" width="200" /></a></div></div><p></p>Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-52310878788752924342023-05-05T14:26:00.019-06:002023-05-10T20:00:11.687-06:00Scream 6, Es Woke?<style>
table {
border-collapse: separate;
border-spacing: 10px;
}
th, td {
padding: 1px 10px;
}
</style>
<table>
<tbody><tr>
<th colspan="2"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV6VAsQvQv4jJ7H5cKjfdh4yQQvfLhsbZ0tOnDFQ0dvhF7IuXo5WJbOtqALxZnY5zdJZaA95jx76o-FnPhJCEjp3EsjiqREHHdjjwM4WYvvyov4v8QSggFXm3BjzCi5x-3pxz1YuJQHlZ_YxalSXz6rxGVkBy7BnRscO5XBE3x_E3FwpjXPDTx1DYM/s383/Scream_VI_poster.jpg" style="font-weight: 400; margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: start;"><img border="0" data-original-height="383" data-original-width="259" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiV6VAsQvQv4jJ7H5cKjfdh4yQQvfLhsbZ0tOnDFQ0dvhF7IuXo5WJbOtqALxZnY5zdJZaA95jx76o-FnPhJCEjp3EsjiqREHHdjjwM4WYvvyov4v8QSggFXm3BjzCi5x-3pxz1YuJQHlZ_YxalSXz6rxGVkBy7BnRscO5XBE3x_E3FwpjXPDTx1DYM/w270-h400/Scream_VI_poster.jpg" width="270" /></a></th>
</tr>
<tr>
<td style="text-align: right;">Feminismo:</td>
<td style="text-align: left;">0%</td>
</tr>
<tr>
<td style="text-align: right;">LGBT:</td>
<td style="text-align: left;">1%</td>
</tr>
<tr>
<td style="text-align: right;">Emasculación:</td>
<td style="text-align: left;">0%</td>
</tr>
<tr>
<td style="text-align: right;">Cambio de Razas:</td>
<td style="text-align: left;">0%</td>
</tr>
<tr>
<td style="text-align: right;">¿Es Woke?:</td>
<td style="text-align: left;">0.25%</td>
</tr>
</tbody></table>
<br />
<h3>Synopsis</h3><div><p>Cuatro sobrevivientes de los asesinatos de Ghostface dejan Woodsboro atrás para comenzar de nuevo en la ciudad de Nueva York. Sin embargo, pronto se encuentran en una lucha por sus vidas cuando un nuevo asesino emprende una sangrienta matanza.</p><h3>Es Woke?</h3><div>A pesar de que incluye contenido LGBT al incluir una pareja lésbica no se siente forzado o por promover una agenda. Sin embargo tampoco se justifica ya que la relación que se presenta no es relevante para la historia por lo que queda claro que se incluyó solo porque sí.</div><div><div><br /></div><div>Sin embargo la película no hace énfasis en ello ni intenta recordarte cada 5 minutos sus preferencias ni toma protagonismo por lo que se puede pasar por alto sin darse cuenta. Ésto hace que no estorbe la trama ni se rompa la inmersión.</div><div><br /></div><div>La película en sí es bastante disfrutable, mejor de lo que se esperaba y quitando ese pequeño detalle puede que sea la semilla para revivir la franquicia.</div><div><br /></div><div>No es 100% Woke free pero se puede recomendar.</div></div></div>Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-74201788242278672512022-08-19T13:44:00.006-05:002022-08-19T13:53:22.807-05:00Ideología de género, Feminismo y su error en la Matrix<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJ0Dn-MnXLGnslf6EFFJqVNqeHenUyVBZhJGAGKNIXD3r1pZUlCwPfip3lNlvgbW46kWrtPjIdBQLpctbvKuSwG5dgQNy0T5o6kP4w-3xw3AvQh3elNDKb5SMKU4aDFSAJGCOUd8EG3v642mCchsOqcZyZLEqdjwU3HEThYxQ6RYDLT_aoH3XOvd0T/s275/concepto-de-error-1.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="183" data-original-width="275" height="183" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJ0Dn-MnXLGnslf6EFFJqVNqeHenUyVBZhJGAGKNIXD3r1pZUlCwPfip3lNlvgbW46kWrtPjIdBQLpctbvKuSwG5dgQNy0T5o6kP4w-3xw3AvQh3elNDKb5SMKU4aDFSAJGCOUd8EG3v642mCchsOqcZyZLEqdjwU3HEThYxQ6RYDLT_aoH3XOvd0T/s1600/concepto-de-error-1.jpg" width="275" /></a></div><div style="text-align: justify;">Según la ideología de genero cualquiera puede identificarse como lo que quiera en cualquier momento y no necesariamente debe identificarse como lo mismo todo el tiempo ya que puede ser "de género fluído". Esta ideología ha sido aceptada y permitida ya a nivel oficial. Por lo que cualquiera puede identificarse como "no binario" y de ahí ponerle el género que quiera cuando quiera... es decir, puedes "identificarte" como te convenga en cualquier momento y no está permitido que te cuestionen (incluso si alguien sospecha que nomás lo haces por sacar algún provecho).</div><p></p><p style="text-align: justify;">Seguido, las feministas han logrado ya no derechos sino privilegios importantes. En España ya es ley que si una mujer te acusa no debe presentar pruebas, eres culpable porque ella lo dice y ya. Así que las mujeres en este caso pueden meter a quien quieran a la cárcel solo acusándolos de algo. Cuestionarlas o pedirles pruebas es indebido pues "Yo si te creo"... de hecho ahora lo recomendable allá es que antes de tener sexo se firme un acta de consentimiento para que puedas demostrar que realmente ella te dió permiso de tener sexo con ella, pero aún así no te salva del todo pues si en determinado momento ella decide que siempre no quería puede ir a señalarte y tú y tu acta se van al carajo pues la mera palabra de una mujer vale más que cualquier prueba. Y si eres hombre automáticamente ya eres sospechoso de violación, pa pronto que ahora todos los españoles son legalmente violadores.</p><p style="text-align: justify;">Y da risa hasta que te enteras que en latinoamérica (especialmente México, Chile y Argentina) las feministas están pidiendo precisamente esto. Tienes hijos? niños? bueno pues que ya tienes un delincuente en casa porque ellas lo dicen y ya. Eres feminista pero no estás de acuerdo con esto?... vale pues entonces eres una alienada aliada del patriarcado opresor machista heteropatriarcal falocéntrica cisgénero y debes ser eliminada... digo... condenada también.</p><p style="text-align: justify;">Pero entonces si estas feministas piden tales privilegios y quieren que los hombres que se autoperciben como mujeres sean tratados como mujeres reales pero al mismo tiempo piden que mujeres reales que no comulgan con ellas sean sometidas al escarnio ¿qué es lo que estamos viendo?.</p><p style="text-align: justify;">"Fácil, me identifico como mujer y ya la libré y tengo todos los privilegios". Pues si, en principio sí... pero éste error en la matrix que por pendejas no habían visto será parchado y reforzado. ¿Cómo? exigiendo que ésta ideología se oficialice.</p><p style="text-align: justify;">El problema es que las feministas y los progres abogan por una segregación basada en algo que es meramente subjetivo y no medible. No es como simplemente segregar hombres y mujeres en el metro, o segregar negros y blancos en los años 50. Cuando los segregados se dan cuenta de esta subjetividad que representa un fallo en su lógica (uno más de tantos) lo aprovechan (y es lo que ya vimos que está pasando) así que quienes promueven ésta segregación deberán corregirlo y la forma de corregirlo es imponer una ideología y que esta ideología adquiera el caracter de ley.</p><p style="text-align: justify;">Otro error garrafal en su lógica es: ¿qué pasa cuando es una mujer la que se identifica como hombre?... debe ser sometida a todos los castigos que los hombres y ser automáticamente cosiderada como un violador en potencia? También puede ser sometida a castigos solo porque otra mujer la señale sin necesidad de pruebas?. Las feministas más radicales dirían que sí por alienada. Y qué pasa si en el justo momento que está recibiendo su injusta condena de pronto ya se percibe como mujer de nuevo? Deja de aplicar todo?.</p><p style="text-align: justify;">¿Pero esto no contradice a la misma ideología? Pues claro pero ¿a quién le importa? si no comulgas conmigo qué importa que te rijas por las bases fundamentales de la misma ideología que planteo? Tienes además que cumplir mis exigencias. Quizás ahora será necesario que tu credencial de elector indique que eres gay (o alguno de los múltiples tipos de gay que hay) para que puedas, en cualquier momento, acceder a los privilegios que las feministas buscan... o si no acceder al menos no ser sometido a los castigos que las mismas radicales piden para los hombres por el mero hecho de ser hombres a los que claramente consideran ciudadanos de tercera clase.</p>Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-73930164519323122242022-02-19T18:28:00.082-06:002023-05-10T23:42:07.144-06:00Necesitarás una nueva aplicación para abrir este vínculo a windowsdefender
<p style="text-align: justify;">A veces cuando actualizas windows 10 u 11 e intentas abrir el windows defender éste no funciona.</p><p style="text-align: left;"></p><p style="text-align: justify;">Esto es molesto porque como da muchos falsos positivos quizás en algún momento quieras desactivarlo y al no poder abrirlo no podrás hacerlo y recibirás una pantalla similar a esta. "Necesitas una nueva aplicación para abrir este vínculo a windowsdefender"</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjbimEDFamZTSHJX1Fyn3tc0kJLj6bjlg3c7rzq_iY-T3NP9BPfU9fyLvhsovt1nVqI-Uisl_-Up7w6JeyGDQHliGdNZ3gGMiDZmhFfHLit5PFnP5FuYIxT0RbThWv3cIhbbI6q1mu1Jm1xvLS45ot1zTxnbCmllqN19KdHbDLEkJYerKiCPI_VDb5I" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="255" data-original-width="397" height="206" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjbimEDFamZTSHJX1Fyn3tc0kJLj6bjlg3c7rzq_iY-T3NP9BPfU9fyLvhsovt1nVqI-Uisl_-Up7w6JeyGDQHliGdNZ3gGMiDZmhFfHLit5PFnP5FuYIxT0RbThWv3cIhbbI6q1mu1Jm1xvLS45ot1zTxnbCmllqN19KdHbDLEkJYerKiCPI_VDb5I" width="320" /></a></div><p style="clear: both; text-align: justify;">Aunque también puedes recibirla para cualquier otra aplicación.<br />La solución es simple:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><ol><li>Cierra todas las aplicaciones que tengas abiertas</li><li>Ve a menú inicio y Abre Power Shell como administrador</li><li>Escribe el siguiente comando y presiona enter: </li>
<div class="code-container">
<div class="language-label">PowerShell</div>
<pre><code class="language-powershell">Get-AppXPackage -AllUsers | Foreach {Add-AppxPackage -DisableDevelopmentMode -Register “$($_.InstallLocation)\AppXManifest.xml”}</code></pre>
</div>
<li>Espera a que termine de ejecutarse</li><li>Listo, El problema estará resuelto. </li></ol><h3>¿Qué es lo que hace?</h3><p>Es un comando de PowerShell utilizado para reinstalar todas las aplicaciones de Windows Store en un sistema</p><div><div><p></p><p></p><ul><li>Get-AppxPackage: Este cmdlet se utiliza para obtener información sobre las aplicaciones instaladas en el sistema. En este caso, se está obteniendo información sobre las aplicaciones del paquete AppX.</li></ul><ul><li>AllUsers: Este parámetro indica que se deben obtener las aplicaciones de todos los usuarios del sistema, en lugar de solo el usuario actual.</li></ul><ul><li>|: El símbolo de tubería se utiliza para enviar la salida del primer comando (Get-AppxPackage -AllUsers) al siguiente comando en la cadena.</li></ul><ul><li>Foreach: Este es un cmdlet que permite realizar una acción específica en cada elemento de una colección. En este caso, se ejecutará el comando siguiente (Add-AppxPackage -DisableDevelopmentMode -Register “$($_.InstallLocation)\AppXManifest.xml”) para cada aplicación obtenida en el paso anterior.</li></ul><ul><li>{}: Estos corchetes se utilizan para agrupar las instrucciones que se ejecutarán en cada iteración del bucle Foreach.</li></ul><ul><li>Add-AppxPackage: Este cmdlet se utiliza para agregar e instalar un paquete de aplicaciones en el sistema.</li></ul><ul><li>DisableDevelopmentMode: Este parámetro se utiliza para deshabilitar el modo de desarrollo de la aplicación mientras se realiza la instalación.</li></ul><ul><li>Register “$($_.InstallLocation)\AppXManifest.xml”: Este parámetro especifica la ruta del archivo de manifiesto de la aplicación que se registrará durante la instalación. La variable $_ representa cada aplicación obtenida en el paso anterior, y InstallLocation es una propiedad de esa aplicación que proporciona la ubicación de la instalación.</li></ul>En resumen, este comando recopila información sobre todas las aplicaciones de Windows Store instaladas en el sistema y luego las reinstala una por una utilizando el cmdlet Add-AppxPackage junto con la desactivación del modo de desarrollo y el registro del archivo de manifiesto de la aplicación.<p></p><p></p></div></div></div><p></p>Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-10310052238511560982020-06-30T12:49:00.005-05:002023-05-11T17:49:32.384-06:00El Dogma LGBTXYZ1234ETC<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQp24iE-umwjCiGQMSnUt6HVH5_QCQ2TOnKcoGId5zPpx_1sPttFENvidh-4vbmqxRdVag2rP_5VEpJZChSMR0aUSPtY31dSdtBuZaJhZIYkEc1byWesSDEkCO8EjzF4_gxCzZrvG2YCc/s777/Sin+t%25C3%25ADtulo.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="777" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQp24iE-umwjCiGQMSnUt6HVH5_QCQ2TOnKcoGId5zPpx_1sPttFENvidh-4vbmqxRdVag2rP_5VEpJZChSMR0aUSPtY31dSdtBuZaJhZIYkEc1byWesSDEkCO8EjzF4_gxCzZrvG2YCc/w400-h248/Sin+t%25C3%25ADtulo.png" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><p style="background-color: white; margin: 0px 0px 6px;"><span style="color: #1c1e21; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px;">En medio de los movimientos LGBTXYZ1234, se plantea la afirmación de que la sociedad en general odia a los gays únicamente por su orientación sexual. Sin embargo, esta afirmación carece de fundamentos sólidos. En realidad, el rechazo no se dirige hacia los individuos por su orientación, sino hacia aquellos que intentan imponer a la fuerza su ideología en la mente de los demás.</span></span></p><p style="background-color: white; margin: 0px 0px 6px;"><span style="color: #1c1e21; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px;"><br /></span></span></p><p style="background-color: white; margin: 0px 0px 6px;"><span style="color: #1c1e21; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px;">Una prueba sencilla de esta afirmación se encuentra en el éxito de una serie de animación popular de hace años: "Saint Seiya" o "Los Caballeros del Zodiaco". Esta serie presentaba numerosos personajes claramente homosexuales y afeminados, que desempeñaban roles tanto de villanos como de aliados. Algunos personajes solo insinuaban sus preferencias sexuales, mientras que otros eran hombres sensibles (como Shoun) y otros eran simplemente extravagantes.</span></span></p><p style="background-color: white; margin: 0px 0px 6px;"><span style="color: #1c1e21; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px;"><br /></span></span></p><p style="background-color: white; margin: 0px 0px 6px;"><span style="color: #1c1e21; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px;">Entonces, ¿por qué una serie con personajes homosexuales logró tanto éxito en un país supuestamente "homofóbico" como México? ¿Y por qué muchos lamentamos que Netflix retirara a Shoun, quien si bien no es homosexual, sí es bisexual (o muy cariñoso con los hombres)? La respuesta radica en el enfoque de la serie, que no se centraba en las preferencias sexuales de los personajes ni pretendía imponer la idea de que ser gay era lo único aceptable. La homosexualidad de los personajes era simplemente un aspecto incidental, sin una influencia predominante en la trama.</span></span></p><p style="background-color: white; margin: 0px 0px 6px;"><span style="color: #1c1e21; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px;"><br /></span></span></p><p style="background-color: white; margin: 0px 0px 6px;"><span style="color: #1c1e21; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px;">Lo mismo se aplica a los personajes femeninos, donde tanto a las más masculinas como a las más femeninas se les presentaba en situaciones desafiantes.</span></span></p><p style="background-color: white; margin: 0px 0px 6px;"><span style="color: #1c1e21; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px;"><br /></span></span></p><p style="background-color: white; margin: 0px 0px 6px;"><span style="color: #1c1e21; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px;">Esta es la razón por la cual las producciones modernas que intentan ser inclusivas y políticamente correctas a menudo fracasan. Al incluir personajes forzados con el único propósito de promover una agenda impuesta, estas producciones descuidan aspectos fundamentales de la historia y alienan a la audiencia. Es como tener un amigo gay al que aprecias y te llevas bien, pero te molestaría que cada cinco minutos te recordara su orientación y tratara de convencerte de que deberías ser gay también. Las producciones actuales siguen este patrón, intentando imponer una agenda a través de personajes y situaciones que se centran exclusivamente en la sexualidad, lo cual es contraproducente.</span></span></p><p style="background-color: white; margin: 0px 0px 6px;"><span style="color: #1c1e21; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px;"><br /></span></span></p><p style="background-color: white; margin: 0px 0px 6px;"><span style="color: #1c1e21; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px;">Esta tendencia se asemeja a los dogmas religiosos, donde los seguidores se exaltan a sí mismos y a sus ideologías, sintiéndose obligados a convertir a los demás y despreciando a quienes no se alinean con sus creencias.</span></span></p><p style="background-color: white; margin: 0px 0px 6px;"><span style="color: #1c1e21; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px;"><br /></span></span></p><p style="background-color: white; margin: 0px 0px 6px;"><span style="color: #1c1e21; font-family: helvetica, arial, sans-serif;"><span style="font-size: 14px;">Es importante cuestionar esta imposición forzada de inclusión en las producciones audiovisuales. En lugar de enfocarse en la orientación sexual como un tema central, deberíamos valorar historias que abarquen la diversidad de la experiencia humana sin reducir a los personajes a una única dimensión. Al hacerlo, podremos disfrutar de narrativas auténticas y significativas que trasciendan etiquetas y estereotipos, fomentando un verdadero entendimiento y respeto mutuo.</span></span></p></div>Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-39644893930000650812020-05-29T17:27:00.001-05:002020-05-29T17:27:17.932-05:00Nuestro universo en Sliders!!<div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><img alt="Sliders Episode 4: Fever - Retro Review - YouTube" height="480" src="https://i.ytimg.com/vi/x9u4J6x7-oU/hqdefault.jpg" width="640" /></div><br />Hace años había una serie llamada "Sliders" en la cual un grupo de personas viajaban a universos alternos con diferentes versiones de la Tierra. Era divertido ya que la premisa permitía que se pudiera contar cualquier historia sin que sonara demasiado absurda porque el absurdo se volvía lo normal.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En un episodio llegaban a un mundo donde las calles estaban prácticamente desiertas. Una de las protagonistas está a punto de ser arrollada por un auto y un transeúnte la salva. En agradecimiento ella le da un beso en la mejilla a lo que el sujeto reacciona horrorizado diciendo "Señoríta! Por qué tenía que hacer eso?!" y sale huyendo. Resulta que el mundo a donde llegaron se encuentra sumido en una pandemia pues nunca se descubrieron los antibióticos y la gente estaba loca y obsesionada con la limpieza y desinfectar todo (ya sé que no es lo mismo una bacteria que un virus pero para el ejemplo es lo mismo). Al final se sabe que antes de la pandemia eran una sociedad muy pulcra y obsesionada con la limpieza y con tener todo desinfectado... y todos sabemos de dónde viene la penicilina y precisamente por ello nunca fue descubierta.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El caso es que en un universo pandémico (ficticio o no) quienes tienen el poder y el control son las organizaciones de salud que ya no son dirigidas por científicos o doctores sino por políticos (les suena? OMS?) y manejan unos "campos de protección" para los infectados de los cuales se dice "son peores que una muerte en vida". Estas organizaciones evolucionan en una clase de régimen donde son ellos quienes dictan qué puede y qué no puedes hacer decidiendo también qué castigos te corresponden si no obedeces.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Hacia el final del episodio uno de los protagonistas siendo científico logra procesar una muestra de penicilina la cual tiene efecto en la infección. Antes de abandonar ese universo paralelo se aseguran de que el conocimiento procedimiento sea esparcido a todos para que la organización de la salud no tome el control sobre la cura ya que de la cura depende que ese régimen continúe o no.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El caso es que esa sociedad que se presentaba ya había llegado al nivel de distopia </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El paralelismo me slató hoy, que nos pasaron la nueva reglamentación que todos los sitios de trabajo deben adoptar e implementar contra el Covid-19... el listado es enorme, incoherente y ridículo... obviamente si no lo obedeces te llevas una pequeña multa que puede alcanzar la nada despreciable cantidad de $1,800,000 pesos (Un Millón Ochocientos Mil Pesos).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Entre las nuevas normas se establece que todos los trabajadores deben usar mascarillas N95, éstas mascarillas deben desecharse a diario. Pero cada mascarilla cuesta al rededor de 100 pesos; las empresas obviamente no las van a pagar y los gobiernos menos; así que cada trabajador deberá destinar 3000 pesos mensuales para comprar y tirar mascarillas a la basura (te sobran 3000 pesos al mes? lástima).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Curiosamente quien van a auditar que se cumplan todas estas nuevas reglas no será la STPS sino el Sector Salud... ¿¡WTF!?</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Todas estas medidas son lo que hacen recordar ese episodio distópico, porque ¿qué es una distopia?</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Una distopia es un mundo indeseable,</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Un mundo donde las contradicciones de los discursos ideológicos son llevadas a sus consecuencias más extremas. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Un mundo donde se ejerce un riguroso control para garantizar una sociedad organizada, feliz y conforme, que al final deriva en un régimen totalitario, que reprime al individuo y cercena sus libertades en función de un supuesto bienestar general...</div>Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-26414039775364861812020-05-27T18:15:00.001-05:002020-05-27T18:32:00.107-05:00Bosque Mitago - Parte 2 - Los Cazadores del bosque - Capítulo 2<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCR-_j6PZa1IFtFdhStpkkCRGJEGlkDvDaIKMVhcdooFvadKOerW3rQR856-kgl7gE1Qe7mr1tnL8K4jkwwHRr1Syl48mIMRme0Jfq2mOmLJUCu4oJ7in-53dW4KFAiikuymUbc_GoNn0/" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="624" data-original-width="1100" height="364" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCR-_j6PZa1IFtFdhStpkkCRGJEGlkDvDaIKMVhcdooFvadKOerW3rQR856-kgl7gE1Qe7mr1tnL8K4jkwwHRr1Syl48mIMRme0Jfq2mOmLJUCu4oJ7in-53dW4KFAiikuymUbc_GoNn0/w640-h364/d42cltj-49117de9-e994-4f80-a58d-0993300dd65f.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both;">La lluvia se abatió sobre la tierra, una ducha húmeda que parecía venir de un cielo demasiado brillante como para portar aquel diluvio. El campo se convirtió en un lodazal traicionero, que me entorpecía el camino de vuelta a Refugio del Roble. La lluvia me empapó el grueso jersey y los pantalones, y la sentí sobre la piel, fría, irritante. Me había tomado por sorpresa mientras bajaba paseando de la mansión tras trabajar unas horas en el jardín, a cambio de un trozo de carnero de sus reservas de carne salada.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Atravesé corriendo el jardín y lancé el pesado trozo de carne dentro de la cocina. Todavía bajo la lluvia, me quité el empapado jersey. El aire estaba impregnado del olor a tierra y a bosque, y cuando estaba allí, colgando la ropa mojada, la tormenta pasó, y el cielo se aclaró ligeramente.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">El sol apareció entre las nubes y, durante unos segundos, una ola cálida me animó a pensar que los últimos días de abril dejaban paso a los primeros de mayo, y que los inicios del verano estaban a la vuelta de la esquina.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Entonces vi la matanza junto al gallinero, y un escalofrío de aprensión me hizo correr hacia la puerta de la cocina...</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Una puerta que antes había dejado cerrada, de eso estaba seguro. Una puerta que alguien había abierto mientras yo huía de la lluvia.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Dejé el jersey y caminé cautelosamente hacia el gallinero. Allí encontré las cabezas de dos gallinas, con los cuellos todavía sangrantes, separadas de los cuerpos por un tajo de cuchillo. En el suelo, que la lluvia había reblandecido, encontré huellas de pequeños pies humanos.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">En cuanto entré en la casa, supe que había tenido un visitante durante mi ausencia. Los cajones de la mesa de la cocina estaban abiertos, así como los armarios; las jarras y latas de alimentos en conserva estaban por el suelo, algunas abiertas y medio vacías. Recorrí la casa, y observé que las huellas de barro pasaban por la sala de estar, por el estudio, que subían por la escalera y entraban en varios dormitorios.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">En mi habitación, las huellas, un vago perfil de dedos y talones, se detenían junto a la ventana. Alguien había movido mis fotografías, las de Christian y las de mi padre, que tenía sobre la cómoda. Cuando examiné a la luz las fotografías enmarcadas, advertí la huella de unos dedos sobre el cristal.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Tanto las huellas de los dedos como las de los pies eran pequeñas, pero no infantiles. Supongo que, incluso entonces, ya sabía quién era mi visitante misterioso, y por eso no sentí tanta aprensión como curiosidad.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Hacía pocos minutos que ella había estado allí. No había sangre en la casa, prueba evidente de que se había llevado el botín de su incursión. Pero, al acercarme por el campo, no había oído ningún ruido extraño. Entonces, todo había sucedido hacía cinco minutos, ni más ni menos. La chica se había acercado a la casa, oculta por la lluvia, para examinarlo y curiosearlo todo con una minuciosidad admirable, y luego volvió rápidamente al bosque, no sin detenerse antes para arrancar la cabeza a dos de mis preciosas gallinas. Caí en la cuenta de que, probablemente, en aquel mismo momento me observaba desde el lindero del bosque.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Me puse una camisa y unos pantalones limpios, y salí al jardín para observar la densa maleza y los escondrijos sombríos por los que discurrían los senderos del bosque. No vi nada.</div><div class="separator" style="clear: both;"> </div><div class="separator" style="clear: both;">Entonces, decidí que tendría que hacerme a la idea de volver al bosque.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">El día siguiente amaneció más luminoso, y considerablemente más seco, así que cogí la lanza, un cuchillo de cocina y un impermeable y me encaminé cautelosamente hacia el interior del bosque, hasta el claro donde había plantado mi campamento unos meses antes. Para mi sorpresa, apenas quedaban rastros de aquel campamento. La tienda de lona había desaparecido, y alguien se había llevado las latas y los botes. Al examinar cuidadosamente el terreno, sólo encontré un mástil de la tienda, doblado y retorcido. Hasta el mismo claro había cambiado: estaba lleno de retoños de roble. Ninguno alcanzaba el metro de altura, y se aglomeraban en aquel espacio, demasiados para sobrevivir, pero demasiado altos para haber crecido en el transcurso de unos pocos meses...</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">¡Y meses de invierno, por añadidura!</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Tiré de uno de los arbolitos y descubrí que estaba profundamente enraizado. Me despellejé la mano y rompí la tierna corteza antes de que la planta deshiciera su firme abrazo con la tierra.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">No volvió aquel día, ni al siguiente, pero a partir de entonces fui cada vez más consciente de que, por las noches, tenía visita. La comida desaparecía de la despensa. Los objetos, sobre todo los cacharros de cocina, cambiaban de lugar. Además, algunas mañanas, flotaba un extraño olor en la casa, un olor que no era de tierra, ni de mujer, sino -si pueden imaginar la extraña combinación- de una mezcla de ambas cosas. Donde más lo notaba era en el vestíbulo, y solía pasar allí largos minutos, dejando que mi olfato se inundara con aquel aroma particularmente erótico. También solía encontrar barro y rastros de hojas en el suelo y en la escalera de la casa. Mí visitante era cada vez más osada. Imaginé que, mientras yo dormía, se quedaba en la puerta del dormitorio, y me miraba. Por extraño que parezca, la idea no me causaba aprensión.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Puse la alarma del reloj para despertarme a medianoche, pero sólo conseguí dormir mal y levantarme de un humor espantoso. La primera vez que sonó el despertador, descubrí que mi visitante ya había pasado, porque el fuerte olor a mujer y a bosque inundaba la casa, excitándome de una manera que casi me avergüenza reconocer. En la segunda ocasión, ella no me visitó. La casa estaba en silencio. Eran las tres de la madrugada, y sólo olía a lluvia. Y a cebollas, parte de mi cena.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Pero, en aquella ocasión, me alegré de haber puesto el despertador tan temprano: aunque mi ninfa del bosque no estaba a la vista, tenía otras visitas. En cuanto me incorporé en la cama, oí el ruido de las gallinas, nerviosas. Inmediatamente, corrí escalera abajo, hacia la puerta trasera, y sostuve en alto la lámpara de aceite. Tuve tiempo de ver un instante dos figuras de hombres, altos y robustos, antes de que el cristal de la lámpara saltara en pedazos y la llama se extinguiera. Al pensar en aquel incidente, recuerdo el silbido en el aire cuando lanzaron la piedra, con una puntería casi increíble.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">En la oscuridad, observé a los dos hombres, y ellos me devolvieron la mirada. Uno tenía la cara pintada de blanco, y parecía ir desnudo. El otro llevaba unos pantalones anchos y una capa corta. Tenía el pelo largo y rizado, pero quizá sólo imaginé ese detalle. Cada uno llevaba un pollo vivo, agarrado por el cuello para ahogar los gritos del animal. Mientras les miraba, retorcieron la cabeza a los pollos, echaron a andar hacia la valla y se alejaron en la noche. Justo antes de perderse en la oscuridad, el de los pantalones anchos se volvió hacia mí y me saludó.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Me quedé despierto hasta el amanecer, sentado en la cocina, mordisqueando un trozo de pan y tomando dos tazas de té que, en realidad, no me apetecían. En cuanto amaneció, me vestí por completo y bajé a investigar el gallinero. Ahora sólo quedaban dos animales, que paseaban irritados por la arena llena de grano, y cloqueaban, casi resentidos.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-Haré lo que pueda -les dije-, pero tengo la sensación de que sufriréis el mismo destino.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Las gallinas se alejaron de mí, quizá pidiendo que les dejara disfrutar su última comida en paz.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Un brote de roble, de diez centímetros de altura, crecía en medio del gallinero. Sorprendido y fascinado, lo arranqué. Me intrigaba el modo en que la misma naturaleza parecía infiltrarse en mis territorios, que tan celosamente guardaba. Alerta ante todo lo que brotaba del suelo, examiné los alrededores.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Los retoños de roble crecían por todo el jardín contiguo al estudio, incluso en el campo de cardos que conectaba esa zona con el bosque. Había más de un centenar de brotes, ninguno de los cuales alcanzaba los quince centímetros de altura, dispersos por el jardincillo que iba del balcón del estudio hasta la verja. Salté la valla y vi que aquel campo, descuidado desde hacía muchos años, estaba ahora cubierto de brotes. Eran más altos cuanto más cerca del bosque crecían, tenían casi mi altura. Calculé la anchura y extensión que ocupaban, y comprendí con un escalofrío que una especie de tentáculo del bosque, de doce o quince metros de altura, se tendía hacia la casa, hacia la polvorienta biblioteca.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Comencé a verlo como un pseudópodo de bosque que intentaba arrastrar la casa hacia el aura del bloque principal. No sabía si dejar allí los robles, o arrancarlos. Pero, cuando me agaché para aplastar uno, la actividad premitago en mi visión periférica se agitó, casi furiosa. Decidí dejar que siguieran con su extraño crecimiento. Llegaban hasta la misma casa, pero podría destruirlos cuando fueran demasiado grandes, aunque crecieran a una velocidad anormal.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">La casa estaba encantada. La sola idea me fascinaba, aunque escalofríos de miedo me recorrieran la columna vertebral. Pero no era un terror auténtico, sino la misma sensación de miedo e inquietud que se tiene al ver una película de Boris Karloff, o al escuchar un relato de fantasmas por la radio. Pensé que yo mismo me había convertido en parte del hechizo que tenía lugar en Refugio del Roble, y que, por tanto, mi respuesta a los signos y manifestaciones de presencia espectral no era normal.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">O quizá fuera algo aún más sencillo: quería a la chica. A la chica. La chica del bosque que había obsesionado a mi hermano y que yo sabía visitaba de nuevo Refugio del Roble, en su nueva vida. Quizá gran parte de lo que sucedió tuvo su raíz en mí desesperada necesidad de amor, de encontrar en aquella criatura del bosque lo mismo que había encontrado Christian. Yo tenía veintipocos años, y a excepción de un asunto con una chica del pueblo francés donde había vivido tras la guerra, una relación físicamente excitante, pero intelectualmente vacía, no tenía ninguna experiencia en el amor, en esa comunión de cuerpo, mente y alma que la gente llama amor. Christian lo había encontrado, y lo había perdido. Aislado en Refugio del Roble, a kilómetros de ninguna parte, no es de extrañar que la idea del regreso de Guiwenneth empezara a obsesionarme.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Y, con el tiempo, regresó como algo más que un aroma pasajero, que unas huellas húmedas en el suelo. Llegó en carne y hueso. Yo ya no le inspiraba miedo, sino curiosidad. Igual que ella a mí.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Estaba acuclillada junto a mi cama. La luz de la luna le arrancaba destellos del pelo. Apartó la mirada de mí, creo que nerviosa, y la misma luz se le reflejó en los ojos. Sólo obtuve una ligera impresión de ella, y cuando se irguió en toda su altura, no pude ver más que una forma esbelta envuelta en una amplia túnica. Llevaba una lanza, y apoyaba contra mi garganta la fría hoja de metal. Tenía los bordes afilados y, cada vez que me movía, la apretaba para arañarme la piel del cuello. Era un encuentro doloroso, y yo no pensaba permitir que resultara fatal.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Así que me quedé allí, quieto, durante las horas posteriores a la medianoche, y escuché su respiración. Parecía un poco nerviosa... Estaba allí porque... ¿qué puedo decir? Porque buscaba algo. Es la única explicación que se me ocurre. Me buscaba a mí, o algo relativo a mí. De la misma manera que yo la buscaba a ella.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Tenía un olor penetrante, la clase de olor que he llegado a asociar con la vida en los bosques y en lugares remotos de tierras yermas, con una vida en la que el aseo habitual es un lujo, y en la que a uno se le identifica por su olor tanto como en nuestro siglo se le identifica por su ropa.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Tenía un olor... terrenal. Sí. Y también a sus propias secreciones: olor a sexo, penetrante, no desagradable; y a sudor, salado, acre. Cuando se acercó y se inclinó para mirarme, me dio la impresión de que tenía el pelo rojo y los ojos brillantes, salvajes. Me dijo algo así como «Ymma m'ch buth?». </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Repitió las palabras varias veces.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-No comprendo -respondí.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-Cefrachas. Ichna which chfathab. Mich ch'athaben!</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-No comprendo.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-Mich ch'athaben! Cefrachas!</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-Mira, me gustaría entenderte, pero no puedo. La hoja me presionó más el cuello. Me aparté ligeramente y alcé una mano muy despacio hacia el frío metal. Poco a poco, aparté el arma, sonriente, esperando que, pese a la oscuridad, pudiera ver mi servilismo.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Ella dejó escapar un sonido de frustración o desesperación, no estoy muy seguro. Su ropa era de factura grosera. Aproveché la breve oportunidad para tocarle la túnica, y advertí que el tejido era rudo, como tela de saco, y que olía a cuero. Su presencia era poderosa, imponente. Pero su aliento sobre mi cara era dulce y ligeramente... estimulante.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-Mich ch'athaben! -repitió, esta vez casi sin esperanzas.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-Mich Steven -respondí, preguntándome si estaría en el camino correcto. Pero ella se quedó en silencio.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-¡Steven! -repetí, mientras me señalaba el pecho-, Mich Steven.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-Ch'athaben -insistió ella.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Y me arañó profundamente la piel con el arma.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-Hay comida en la despensa -ofrecí-. Ch'athaben. Abajen. Escaleren.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-Cumchirioch -respondió, furiosa. Me sentí insultado.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-Oye, hago lo que puedo. ¿Tienes que seguir clavándome esa lanza?</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Brusca, inesperadamente, me agarró por el pelo, me echó la cabeza hacia atrás y observó mi rostro.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Un momento más tarde, había desaparecido silenciosamente, escalera abajo. Aunque la seguí tan de prisa como pude, parecía tener alas en los pies, y las sombras de la noche la devoraron. Me quedé en la puerta trasera, buscándola, pero no vi ni rastro de ella.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-¡Guiwenneth! -grité a la oscuridad.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">¿O quizá no se conocería a sí misma por aquel nombre? ¡Quizá sólo era el nombre que le había dado Christian! Repetí la llamada, cambiando cada vez la sílaba de énfasis.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-¡Gwmneth! ¡Gwmeth! ¡Vuelve, Guiwenneth! ¡Vuelve!</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">En el silencio de las primeras horas de la madrugada, mi voz regresó clara, hueca, reflejada por las sombras del bosque. Un movimiento entre los matorrales de espinos cortó mi grito a media frase.</div><div class="separator" style="clear: both;"> </div><div class="separator" style="clear: both;">La escasa luz de la luna me impedía ver bien quién había allí, pero seguro que se trataba de Guiwenneth. Estaba allí, quieta, mirándome. Supuse que la intrigaba que le llamara por su nombre.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-Guiwenneth- exclamó suavemente. Era un sonido más sibilante, más gutural, con una pronunciación parecida a chwin aiv.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Alcé la mano en gesto de despedida.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-Entonces, buenas noches, Chwin aiv.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">-Inos'c da... Stivven...</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Las sombras del bosque la reclamaron de nuevo, y esta vez, no reapareció.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">----------</div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-indice.html">Ir a índice</a></div><div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-parte-2-los-cazadores-del.html">Ir a capítulo anterior</a></div><div class="separator" style="clear: both;">Ir a capítulo siguiente (aún no disponible)</div></div>Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-36102554640856168172020-05-25T01:38:00.002-05:002020-05-25T01:50:05.182-05:00Bosque Mítago Parte 2 - Los Cazadores del Bosque - Capítulo 1<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg48jN-N17HER_z50Bte4rQ-AwpATEd133TyVmMFbAYXRS7giogGZ9u3MRswZV7quLE5q4e90vucKX9Q_oEIqVwtP0C__5c726UDcbuavpHazw_9OlekfXsX1t5isEqVP_BNf5MaTJioE8/s1600/forest-fantasy-art-artwork-ice-cave-Formation-53701-wallhere.com.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg48jN-N17HER_z50Bte4rQ-AwpATEd133TyVmMFbAYXRS7giogGZ9u3MRswZV7quLE5q4e90vucKX9Q_oEIqVwtP0C__5c726UDcbuavpHazw_9OlekfXsX1t5isEqVP_BNf5MaTJioE8/s640/forest-fantasy-art-artwork-ice-cave-Formation-53701-wallhere.com.jpg" width="640" /></a></div>
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Una mañana, a principios de la primavera, encontré un montón de liebres colgadas de uno de los ganchos de la cocina. Bajo ellas, garabateada con la pintura amarilla que había utilizado para la valla, había una letra «C». El regalo se repitió unas dos semanas más tarde. Después, nada. Y pasaron los meses.</div>
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<br /></div>
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Yo no había vuelto al bosque.</div>
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<br /></div>
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Durante el largo invierno, había leído mil veces el diario de mi padre. Me adentré en el misterio de su vida tanto como él se había adentrado en el misterio de su propio enlace inconsciente con el bosque primitivo. En las erráticas anotaciones encontré abundantes referencias a su sensación de peligro, a lo que, en una ocasión, llamó «idea mitológica del ego», la influencia de la mente del creador. Él pensaba que podía afectar a la forma y comportamiento de los mitagos. Entonces, había sido consciente del peligro. Me pregunté si Christian habría comprendido plenamente esta sutilidad de los procesos que tenían lugar en el bosque. De la oscuridad del dolor que anidaba en la mente de mi padre había surgido una sola hebra para dar forma a la chica de la túnica verde, condenándola quedar indefensa en un bosque agresivo. Si la chica tenía que surgir de nuevo sería la mente de Christian la que la controlase, y Christian no tenía tales prejuicios sobre las capacidades y debilidades dé una mujer.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El encuentro sería diferente.</div>
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El libro de notas me asombraba y me entristecía a la vez. Había muchas anotaciones que se referían a los años anteriores a la guerra, a nuestra familia, a Chris y sobre todo a mí: era como si mi padre nos hubiera mirado constantemente, como si ésa fuera su manera de relacionarse con nosotros, de estar cerca de nosotros. Pero, mientras nos miraba, siempre pareció distante, frío. Yo había pensado que ni siquiera me veía. Creí que, para él, era una simple molestia, un insecto pesado que espantaba de un manotazo, sin apenas verlo. Y ahora descubría que siempre me había observado, que anotaba todos mis juegos, mis paseos cerca y alrededor del bosque, y los efectos de éste sobre mí.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Un incidente, reseñado breve, rápidamente, me recordó un largo día de verano, cuando tenía nueve o diez años. En él, desempeñaba un papel importante un barco de madera, que Chris había tallado de un trozo de haya, para que yo lo pintara. El barco, el riachuelo que llamábamos Arroyo Arisco, y un revuelto pasaje a través del bosque bajo el jardín. Diversión inocente, infantil, y mi padre no había dejado de observarnos ni un momento, una sombra oscura en la ventana de su estudio.</div>
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<br /></div>
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El día comenzó bien: un amanecer fresco, luminoso. Desperté viendo a Chris en las ramas de la haya, cerca de las ventanas de mi cuarto. Trepé desde la ventana, en pijama, y los dos nos sentamos allí, en nuestro campamento secreto, contemplando a lo lejos las actividades del granjero que trabajaba las tierras de los alrededores. En otro punto de la casa había movimiento, e imaginé que la señora de la limpieza había llegado pronto para aprovechar el hermoso día de verano.</div>
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<br /></div>
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Chris tenía el trozo de madera, y ya había dado forma al casco del pequeño bote. Discutimos los planes para pasar un día épico junto al río, y volvimos a entrar en casa para vestirnos, devorar el desayuno recién preparado por la somnolienta figura de nuestra madre, y salir otra vez al cobertizo, donde pronto conseguimos tallar un mástil y colocarlo sobre el casco. Lo pinté de rojo y tracé nuestras iniciales a cada lado del mástil. Una vela de papel, unos cuantos aparejos, y el gran navío estuvo preparado.</div>
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<br /></div>
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Salimos corriendo del patio y bordeamos el denso bosque silencioso, hasta encontrar el arroyo donde tendría lugar la botadura del navío.</div>
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<br /></div>
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Recuerdo que corrían los últimos días de julio, cálidos y tranquilos. El riachuelo llevaba poca agua, y las orillas estaban agrietadas y secas, llenas de excrementos de oveja. El agua era algo verdosa, ya que en las piedras y el lodo del fondo crecían multitud de algas. Pero la corriente era fuerte, constante. El arroyo cruzaba los campos cultivados, entre los árboles bañados por el sol, para luego adentrarse entre la maleza más espesa y pasar bajo la puerta de la verja en ruinas. La verja estaba llena de hierbajos, zarzales y arbustos. La había puesto Alphonse Jeffries para evitar que los «golfillos», como Christian y yo, vagabundeáramos junto a las aguas más profundas de la alberca, donde el arroyo se hacía más ancho, y sus aguas más revueltas.</div>
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<br /></div>
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Pero la verja estaba podrida, y había un buen agujero bajo ella, por donde el barco de nuestros sueños podía pasar con toda facilidad.</div>
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<br /></div>
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Chris puso la maqueta en el agua con gran ceremonia.</div>
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<br /></div>
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-¡Que Dios acompañe a todos los que viajen en ti! -dijo solemnemente.</div>
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<br /></div>
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-¡Que vuelvas sano y salvo de tu aventura, Viajero! -añadí yo.</div>
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<br /></div>
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Lo de Viajero nos parecía un nombre suficientemente dramático. Lo habíamos sacado de nuestra historieta favorita.</div>
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<br /></div>
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Chris soltó el barquito. Se tambaleó y giró mientras se alejaba de nosotros. No parecía muy cómodo en el agua. Me disgustó bastante que el bote no navegara como los de verdad, que se inclinara ligeramente hacia un lado, que subiera y bajara con cada diminuta ola. Pero era emocionante ver alejarse el pequeño barco, en dirección al bosque. Y al final, antes de desaparecer bajo la verja, sí pareció navegar de verdad en el océano. Dio la impresión de que el mástil se encogía para atravesar el obstáculo, y ya no lo vimos más.</div>
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<br /></div>
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Entonces empezaba lo divertido. Corrimos jadeantes alrededor del bosque. Era un buen trayecto a través de un sembradío privado, lleno de altas espigas de maíz, y luego por las vías del tren y por un campo donde pastaban las vacas. En uno de los rincones había un toro. Alzó la cabeza para mirarnos, y bufó, pero pareció conformarse con eso.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tras pasar por la granja, junto a los animales, llegamos al extremo norte del bosque de robles. Por allí resurgía el Arroyo Arisco, una corriente más amplia y menos profunda.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Nos sentamos y esperamos a que llegara nuestra nave para darle la bienvenida. En mi imaginación, durante aquella larga tarde en la que jugamos bajo el sol y escudriñamos la oscuridad del bosque en busca de cualquier señal de nuestro barco, la pequeña nave se encontraba con toda clase de animales extraños, de torbellinos y rápidos. Casi podía verla luchando valientemente contra mares tormentosos, perseguida por nutrias y ratas de agua que se lanzaban sobre su borda. Lo más importante fueron las imágenes mentales de aquel viaje, los sueños que inspiró la hazaña del pequeño bote.</div>
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<br /></div>
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¡Cómo habríamos disfrutado de verlo aparecer por el Arroyo Arisco! ¡Cuánto habríamos discutido sobre su rumbo, su viaje, sus aventuras!</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero el barquito no apareció. Tuvimos que enfrentarnos a la dura realidad de que, en algún punto de aquel bosque, oscuro y denso, la maqueta se había quedado enganchada entre unas ramas. Encallada, se quedaría donde estuviera hasta pudrirse, hasta volver de nuevo a la tierra.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Disgustados, volvimos a casa al anochecer. Las vacaciones veraniegas habían empezado con un desastre, pero pronto olvidamos el barco.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces, seis semanas después, poco antes del largo viaje en coche y en tren que nos llevaría de vuelta al colegio, Christian y yo volvimos a la parte norte del bosque, esta vez paseando con los dos perros ojeadores de nuestra tía. La tía Edie era un auténtico castigo, y agradecíamos cualquier oportunidad para salir de la casa cuando estaba ella, incluso en un día tan encapotado y húmedo como aquel viernes de septiembre.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Llegamos junto al Arroyo Arisco y allí, para nuestra sorpresa y alegría, estaba el Viajero, tambaleándose y girando en la corriente. El arroyo estaba muy crecido tras las lluvias de finales de agosto. La nave remontó las olas con gallardía, siempre enderezándose, a punto ya de perderse en la distancia.</div>
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<br /></div>
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Corrimos por la orilla del riachuelo, mientras los perros ladraban con todas sus fuerzas, encantados por la repentina carrera. Al final, Christian ganó terreno al barquito, y sacó del agua nuestra pequeña maqueta.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Le sacudió el agua y lo alzó, con el rostro brillante de alegría. Sudoroso, llegué junto a él y le quité la maqueta. La vela estaba intacta, las iniciales seguían allí. El pequeño objeto de nuestros sueños estaba exactamente igual que el día en que lo botamos.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Supongo que se quedó encallado, y que volvió a navegar cuando subió el agua- comentó Christian.</div>
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<br /></div>
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¿Qué otra explicación teníamos?</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero, aquella misma noche, mi padre escribió lo siguiente en su diario:</div>
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<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Incluso en las zonas más periféricas del bosque, el tiempo se distorsiona en gran manera. Es lo que sospechaba. El aura producida por el bosque primario tiene un pronunciado efecto sobre la naturaleza de las dimensiones. En cierto modo, los chicos han llevado a cabo el experimento por mí, soltando su barquito de juguete en un arroyo que corre -o eso se cree- por la parte exterior del bosque. Ha tardado seis semanas en atravesar la zona exterior. Una distancia que, en términos reales, no es de más de kilómetro y medio. ¡Seis semanas! Más al centro del bosque, si la expansión de tiempo y espacio se incrementa progresivamente -es lo que sospecha Wynne-Jones-, ¿quién puede imaginar los extraños paisajes que hay allí?</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Durante el resto del largo y húmedo invierno que siguió a la desaparición de Christian, frecuenté cada vez más a menudo la oscura habitación polvorienta de la parte trasera de la casa: el estudio de mi padre. Encontraba un extraño consuelo entre los libros y especímenes. Me sentaba durante largas horas junto a su escritorio, sin leer, sin siquiera pensar, con la mirada fija en algún punto cercano, como si esperase algo. Me daba cuenta con toda claridad de que mi comportamiento resultaba bastante peculiar, y salía de aquellos ensueños casi enfadado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Siempre había cartas que escribir, sobre todo de tipo económico, ya que el dinero del que vivía se acercaba rápidamente a una suma incapaz de garantizarme más de unos meses de reclusión e inactividad. Pero me resultaba difícil concentrarme en asuntos tan vulgares mientras pasaban las semanas. Chris seguía sin aparecer, y el viento y la lluvia soplaban como seres vivos contra los cristales de los balcones, casi llamándome para que me reuniera con mi hermano.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tenía demasiado miedo. Aunque sabía que la bestia me había rechazado otra vez, que había preferido seguir a Christian a las profundidades del Bosque Ryhope, no podía enfrentarme a la idea de repetir el enfrentamiento. Conseguí volver a casa, exhausto y angustiado, y ahora lo único que podía hacer era caminar por las afueras del bosque, llamando a Christian, esperando, siempre esperando, que apareciera otra vez de repente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Cuánto tiempo pasé allí de pie, mirando la parte del bosque que se divisaba desde el balcón? ¿Horas? ¿Días? Tal vez fueran semanas. Los niños, los habitantes del pueblo, los peones de las granjas..., siempre se veía a alguien, figuras trabajando los campos o rodeando los árboles, atravesando la hacienda. Cada vez que veía una forma humana, el corazón me saltaba en el pecho, sólo para ver mis esperanzas frustradas minutos más tarde.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Refugio del Roble era húmedo, y a humedad olía, pero no se encontraba en un estado más lamentable que su inquieto ocupante.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Examiné cada centímetro del estudio. Pronto conseguí acumular una extraña colección de objetos que, años antes, no me habrían interesado en absoluto. Puntas de flechas y lanzas, tanto de bronce como de piedra, y también collares, algunos de ellos hechos con grandes colmillos. Descubrí que dos instrumentos de hueso -astas largas y delgadas, con múltiples dibujos- servían para dar velocidad a las lanzas. El objeto más bello era un caballito de marfil, muy estilizado, con un cuerpo extrañamente grueso y patas finas, pero talladas con una maestría exquisita. El agujero que le atravesaba el cuello indicaba que su función era servir de colgante. En los flancos del caballo, grabadas con claridad inconfundible, había dos figuras humanas in copulo.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Aquel objeto me hizo revisar de nuevo una breve referencia en el diario:</div>
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<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
El Sepulcro del Caballo sigue desierto. Supongo que es lo mejor. El shamán ha vuelto a las tierras centrales, más allá del fuego del que hablaba. Me dejó un regalo. El fuego me intriga. ¿Por qué le tenía tanto miedo? ¿Qué hay más allá?</blockquote>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por fin descubrí el equipo de «puente frontal» que había utilizado mi padre. Christian lo había destruido todo lo posible: rompió la extraña máscara y dobló y deformó varios instrumentos eléctricos. Era una labor cruel, apenas pude creer que mi hermano lo hubiera hecho, pero me pareció entender la razón. Christian estaba celoso de cualquier posible intromisión en la realidad donde buscaba a Guiwenneth, y no quería que nadie más experimentase con la generación de mitagos. Cerré el armario donde estaban los restos de la máquina.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Para animarme y librarme en parte de aquella obsesión, reinicié mi relación con los Ryhope, que vivían en la gran casa. Parecieron encantados de contar con mi compañía..., si exceptuamos a las dos hijas adolescentes, chicas engreídas y afectadas que me consideraban muy inferior a ellas. Pero el capitán Ryhope, cuya familia había ocupado aquellas tierras durante muchas generaciones, me regaló pollos con los que repoblar mis gallineros, mantequilla de su propia granja y, lo mejor de todo, muchas botellas de vino.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Creo que era su manera de demostrar comprensión por lo que a él debían de parecerle una sucesión de tragedias en mi vida.</div>
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<br /></div>
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El capitán no sabía nada sobre el bosque, ni siquiera que la mayor parte seguía virgen. Solían talar en la parte sur cuando necesitaban leña para la chimenea y madera para la granja. Pero la última referencia que pudo encontrar en los anales de su familia sobre intentos de explotar el bosque, era una breve alusión datada en 1722:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
El bosque no es seguro. La parte que hay entre Cavas Bajas y los Desmochados, y que se entiende hasta el Campo de la Acequia, es pantanosa y la frecuentan extraños pueblerinos que conocen muy bien el bosque y la manera de sobrevivir en él. Echarlos a todos sería muy costoso, así que he dado orden de vallar este lugar y talar los árboles del sur y el sudoeste. Se han instalado trampas.</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Durante dos siglos más, la familia siguió ignorando aquella inmensa extensión de bosques salvajes. Era un hecho que me resultaba difícil de creer y comprender..., pero, incluso hoy en día, el capitán Ryhope apenas se fijaba en la zona boscosa que interrumpía los campos, tan extrañamente bautizados.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Era simplemente «el bosque», y la gente lo bordeaba, o usaba los senderos que recorrían la periferia, pero nadie pensaba en adentrarse en él. Era «el bosque». Siempre había estado ahí. Era un hecho de la vida. Y la vida seguía a su alrededor.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me enseñó una anotación hallada en los libros de la casa, fechada en 1536, o quizá 37, no se distinguía bien. Fue antes de los tiempos de su familia, y si me mostró el fragmento fue más por orgullo de la alusión al rey Enrique VIII que por su referencia a las extrañas cualidades del Bosque Ryhope:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Al rey le complació cazar en los bosques, con cuatro miembros de su séquito y dos damas. Se llevaron cuatro halcones. El rey expresó su admiración ante lo peligroso de la caza, y cabalgó con la necesaria cautela por el bosque. Volvió a la mansión al anochecer. El rey en persona había matado un venado. El rey habló de fantasmas, y habló largo rato sobre cómo Robín Hood le persiguió por los claros más profundos del bosque, además de dispararle una flecha. Ha prometido volver a cazar en la hacienda la temporada que viene.</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Poco después de Navidad, mientras preparaba algo de comer en la cocina, detecté un movimiento a mi lado. Fue una auténtica conmoción, un momento de pánico que me hizo saltar. La adrenalina me hacía galopar el corazón.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En la cocina no había nadie. Pero el movimiento continuó, una sombra titubeante que atisbaba por el rabillo del ojo. Crucé la casa corriendo y entré en el estudio. Me senté tras el escritorio y apoyé las manos sobre la superficie de madera barnizada, mientras jadeaba.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El movimiento cesó.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero era una presencia creciente a la que tenía que enfrentarme. Mi propia mente estaba interactuando ya con el aura del bosque, y los primeros premitagos se formaban en mi visión periférica. Eran formas confusas, inquietas, que parecían tratar de llamarme la atención.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi padre necesitó el «puente frontal», la extraña máquina que parecía salida de Frankenstein, para que su mente vieja generase aquellas presencias míticas «almacenadas» en su subconsciente racial. Su diario, las anotaciones sobre los experimentos con Wynne-Jones, y también Chris, me habían dicho que una mente más joven podría interactuar con el bosque más fácil y rápidamente de lo que mi padre había creído posible.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El estudio era un buen lugar en el que refugiarme de esas formas llamativas, aterradoras. El bosque sólo había tendido sus oscuros tentáculos psíquicos hasta las habitaciones más cercanas de la casa, la cocina y el comedor. Alejarse de aquella zona, cruzar el descansillo y el corredor que llevaba al estudio de mi padre, era como librarse de aquellos movimientos insistentes.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con el tiempo, en cuestión de semanas, las imágenes de mi subconsciente que se iban materializando, poco a poco, me asustaron cada vez menos. Se convirtieron en una parte de mi vida, algo molesta, pero no amenazadora. No volví a acercarme al bosque. Creía que, así, dejaría de generar mitagos que luego se materializaran para molestarme. Pasé mucho tiempo en el pueblo más cercano, y aproveché todas las ocasiones posibles para viajar a Londres y visitar a mis amigos. No quise establecer contacto con la familia del amigo de mi padre, Edward Wynne-Jones, aunque cada vez me resultaba más necesario encontrar a aquel hombre para hablar con él sobre sus descubrimientos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Supongo que estaba actuando como un cobarde. Pero, al verlo con cierta perspectiva, me atrevo a atribuirlo más bien a mi intranquilidad ante la falta de datos sobre lo que estaba haciendo Christian. Mi hermano podía volver en cualquier momento. Al no saber a ciencia cierta si estaba muerto, o sólo extraviado, me veía impelido a no hacer ningún movimiento.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Estaba estancado. El flujo del tiempo a través de la casa, la interminable rutina de comer, asearme, leer, pero sin dirección, sin objetivo.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los regalos de mi hermano -las liebres y las iniciales- me hicieron reaccionar con algo muy parecido al pánico. A principios de la primavera, me aventuré por primera vez hasta los alrededores del bosque, para llamar a Christian.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y poco después de esta interrupción en la rutina, quizá a mediados de marzo, tuvo lugar la primera de las dos visitas procedentes del bosque que iban a afectarme tan profundamente durante los meses siguientes. De esas dos emergencias, la segunda fue la que tendría una importancia más inmediata; pero el significado de la primera sería cada vez más evidente... No obstante, en aquel frío anochecer desapacible de marzo, fue una presencia enigmática que pasó por mi vida como un aliento frío, un encuentro momentáneo.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Había pasado el día en Gloucester, visitando el banco donde todavía controlaban los asuntos de mi padre. Fueron unas horas frustrantes; todo estaba a nombre de Christian, y no tenía pruebas de que mi hermano hubiera aceptado cederme el control de las cuestiones económicas. Mi apelación a que Christian estaba perdido en unos bosques lejanos fue escuchada con simpatía, pero con poquísima comprensión. Se seguían pagando las cuentas de siempre, desde luego. Pero mis disponibilidades económicas mermaban rápidamente y, sin un cierto acceso a la cuenta de mi padre, me vería obligado a trabajar. Cuando llegué, estaba ansioso por conseguir un empleo honrado. Ahora, distraído y obsesionado con el pasado, sólo quería que me dejaran gobernar mi propia vida.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El autobús iba con retraso, y el viaje de vuelta a casa atravesando los campos de Herefordshire era lento. Una y otra vez nos veíamos detenidos por el ganado que cruzaba las carreteras. Estaba a punto de anochecer cuando recorrí en bicicleta los últimos kilómetros que separaban la estación de autobuses de Refugio del Roble.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hacía frío en la casa. Me puse un mono sin mangas y me dediqué a preparar la chimenea, quitando las cenizas del día anterior. El aliento se me helaba en el aire, y tiritaba violentamente... y, en ese momento, comprendí que un frío tan intenso no era natural. La habitación estaba vacía. Al otro lado de las ventanas, cubiertas con cortinas de encaje, los jardines delanteros eran una mancha marrón y verde, los últimos restos visibles antes de que cayera la noche. Encendí la luz, me froté los brazos y recorrí rápidamente toda la casa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No había la menor duda. Aquel frío no era normal. A ambos lados de la casa, en la parte interior de las ventanas, empezaba a formarse hielo. Lo barrí con la mano y miré por el hueco a través del patio posterior. Hacia el bosque.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Allí había movimiento, una leve vibración, tan tenue e intangible como los movimientos tililantes de los premitagos que, aunque poblaban mi visión periférica, habían dejado de preocuparme. Observé aquel lejano movimiento, que se deslizaba entre los árboles y matorrales del bosque, y que parecía proyectar una sombra móvil sobre el campo cubierto de cardos que separaba los árboles del jardín.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Allí había algo, algo invisible. Algo que me miraba y se acercaba lentamente a la casa. Sin saber qué hacer, aterrado ante la sola idea de que el Urscumug hubiera vuelto al lindero del bosque para buscarme, cogí la pesada lanza que había fabricado durante las largas semanas de diciembre. Era una defensa primitiva y burda, pero, en cierto modo, más satisfactoria de lo que habría sido una pistola. Pensaba que, contra lo primitivo, no se podía usar más que un arma primitiva.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al bajar la escalera, noté una bocanada de aire cálido en mis mejillas heladas, como la rápida respiración de un ser que pasara junto a mí. Una sombra pareció pender sobre mi cabeza, pero desapareció rápidamente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En el estudio de mi padre, el aura de inquietud desapareció, quizá por no poder competir contra el poderoso residuo de intelecto que representaba el fantasma de mi padre. Eché una mirada por el balcón, hacia la parte del bosque que se veía desde allí. Antes, tuve que frotar el hielo del cristal. Me sentía como debió de sentirse mi padre, asustado, intrigado, atraído por los enigmáticos acontecimientos que tenían lugar más allá de los límites humanos de la casa y sus alrededores.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Uno de los tentáculos pasó por encima de la valla y se extendió hasta el balcón. Me aparté de un salto, asustado, y el rostro que me miraba desde fuera desapareció. La sorpresa hizo que el corazón me latiera a toda velocidad, y dejé caer la lanza. Mientras me agachaba para recoger el arma, los cristales vibraron. La puerta de madera sufrió un violento golpe, y las gallinas parecieron enloquecer.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero yo sólo podía pensar en aquella cara. ¡Era tan extraña...! Humana, sí, pero con rasgos que sólo puedo describir como élficos. Los ojos eran rasgados; el interior de la boca sonriente, de un rojo brillante. Aquel rostro no tenía nariz ni orejas, pero una hirsuta mata de cabello indomable le brotaba del cráneo y de las mejillas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Era a la vez cruel, malévolo, divertido y aterrador.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De pronto, el cielo se oscureció, y fuera de la casa todo pasó a ser gris y nebuloso. Los árboles quedaron amortajados en una niebla sobrenatural, aunque un extraño brillo surgía de un punto cercano al Arroyo Arisco.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por fin, la curiosidad se impuso al miedo. Abrí el balcón y salí al jardín, caminando cautelosamente en la oscuridad, hacia la puerta. Por el oeste, en dirección a Grimiey, el horizonte brillaba. Podía distinguir con toda claridad las siluetas de las granjas, los matorrales y las colinas. En el este, en dirección a la mansión de los Ryhope, el anochecer también era claro. Aquella nube sombría y tormentosa sólo pendía sobre el bosque y sobre Refugio del Roble.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los elementales llegaron entonces con toda su potencia. Surgieron de la misma tierra, se alzaron a mi alrededor, flotando, sondeando, emitiendo extraños sonidos muy parecidos a carcajadas. Me volví para tratar de distinguir alguna forma racional en las ráfagas de criaturas, y distinguí ocasionalmente una cara, una mano, un dedo largo y curvo, con una brillante uña engarriada que me señalaba. Pero siempre desaparecían antes de que pudiera tocarlas. Alcancé a ver formas femeninas, ágiles y sensuales. Pero, sobre todo, vi los rostros sonrientes de algo que era más élfico que humano. Melenas al viento, ojos brillantes, bocas abiertas en gritos silenciosos. ¿Eran mitagos? Apenas tuve tiempo de preguntármelo. Me tocaban el pelo, me rozaban la piel. Dedos invisibles se me clavaban en la espalda y me hacían cosquillas bajo las orejas. El silencio del anochecer gris se veía quebrado por ráfagas bruscas y breves de risas traídas por el viento, o por los escalofriantes gritos de las aves nocturnas que volaban sobre mí, con alas anchas y rostros humanos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Los árboles más exteriores del bosque se mecían rítmicamente. En sus ramas, a través de la niebla, vi más formas, sombras que se perseguían por los campos oscuros. Estaba en el centro de una actividad sobrenatural de proporciones increíbles.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De repente, la actividad cesó, y la luz procedente del Arroyo Arisco se hizo más intensa. El silencio era escalofriante, aterrador. El frío me helaba los huesos, y tenía calambres por todo el cuerpo. La luz fue surgiendo de la niebla y el bosque, y, al ver su fuente, me quedé atónito.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Un bote salió navegando de entre los árboles. Se movía con seguridad sobre un arroyo demasiado pequeño para la envergadura del casco. El bote estaba pintado con colores brillantes, pero la luz provenía de la figura que se alzaba de pie en la proa. Y aquella figura me miraba. Tanto bote como hombre eran dos de las cosas más extrañas que he visto jamás. El bote tenía la proa y la popa muy altas, y una sola vela colocada en ángulo. Ningún viento hinchaba la lona gris y los aparejos negros. La madera del casco estaba llena de símbolos y dibujos. Dos extrañas estatuas adornaban la proa y la popa, y ambas gárgolas parecieron volverse para mirarme.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El hombre brillaba con un aura dorada. Sus ojos me contemplaban desde debajo de un resplandeciente casco de bronce con una complicada cresta, casi ocultos entre las protecciones de las mejillas. La barba, blanca como la tiza y con hebras rojas, le llegaba hasta el ancho pecho. Se inclinó sobre la borda del bote, envolviéndose el cuerpo con la adornada capa. La luz que le rodeaba arrancaba destellos de su armadura metálica.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A su alrededor, los espíritus y fantasmas que habitaban en la periferia del bosque jugaban sin cesar. Parecían perseguir la nave, muy divertidos ante el movimiento en las tranquilas aguas del arroyo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La mirada recíproca, a una distancia de no más de cien metros, duró todo un minuto. Entonces, empezó a soplar un extraño viento, que hinchó la vela de la escalofriante nave. Los aparejos negros se movieron, el bote se estremeció, y el hombre brillante alzó la vista hacia el cielo. A su alrededor, las fuerzas oscuras de aquella noche se reunieron, atestando el barco, gimiendo y llorando con las voces de la naturaleza.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El hombre arrojó algo en mi dirección, y luego alzó la mano en el gesto universal de agradecimiento. Caminé hacia él, pero una repentina ráfaga de viento me cegó. Los elementales se arremolinaban a mi alrededor. Vi como el brillo dorado desaparecía lentamente, de vuelta al bosque, con la popa convertida ahora en proa y la vela llena de una saludable brisa. Por mucho que lo intenté, no pude traspasar la barrera de fuerzas protectoras que acompañaban al misterioso extranjero.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando por fin pude moverme, la nave ya había desaparecido, y la oscura nube que pendía sobre el bosque se disolvió como por ensalmo, como el humo absorbido por un ventilador. Era un anochecer luminoso. Volví a sentir calor. Me dirigí hacia el objeto que había lanzado el hombre, y lo recogí.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Era una hoja de roble, tan ancha como mi mano, labrada en plata. Una obra maestra de artesanía. Al examinarla con más atención, vi el dibujo: una letra C en el perfil de una cabeza de jabalí. La hoja estaba rota, había un desgarrón largo y delgado, como si alguien hubiera atravesado el metal con un cuchillo. Me estremecí. Aunque entonces no sabía aún por qué la mera visión de aquel talismán me causaba temor.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Volví a la casa para pensar en las extrañas formas mitago que todavía emergerían del bosque.<br />
<br />
---------------------<br />
<br />
<br />
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: Roboto, sans-serif; margin: 0px; padding: 0px; transition: all 0.3s ease-in-out 0s; vertical-align: baseline;">
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-indice.html" style="border: 0px; box-sizing: border-box; color: #e83737; margin: 0px; outline: none; padding: 0px; transition: all 0.3s ease-in-out 0s; vertical-align: baseline;">Ir a Indice</a> </div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: Roboto, sans-serif; margin: 0px; padding: 0px; transition: all 0.3s ease-in-out 0s; vertical-align: baseline;">
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-capitulo-5.html" target="_blank"><span style="color: #e83737;"><span style="border-color: initial; border-image: initial; border-style: initial; box-sizing: border-box; outline-color: initial; outline-width: initial; transition-duration: 0.3s; transition-property: all; transition-timing-function: ease-in-out;">Ir a P</span></span>arte Uno Capítulo 5</a></div>
<div style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: Roboto, sans-serif; margin: 0px; padding: 0px; transition: all 0.3s ease-in-out 0s; vertical-align: baseline;">
Ir a Parte 2 Capítulo 2 (Aún no disponible)</div>
</div>
</div>
Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-23933713498007217812020-05-19T19:35:00.000-05:002020-05-19T19:36:41.287-05:00LIMOSNERO VS. PROFESIONISTA EN MÉXICO.<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Hace años, cuando no existían las redes sociales y las cadenas por correo electrónico eran abundantes y bastante molestas, circulaba mucho este texto de "un profesionista mexicano" indignado por la existencia de los limosneros en nuestro país.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
ALGUNA VEZ ESCUCHE: 'Si no quieres que haya gente pidiendo dinero en las esquinas no les des dinero ni siquiera un peso'
POR FAVOR AYUDA A MEXICO, ¡HAGAMOS GENTE PRODUCTIVA NO DEPENDIENTE Y ADEMAS SON MUY MOLESTOS...Y HASTA SE ENOJAN.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
LIMOSNERO VS. PROFESIONISTA EN MÉXICO.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El siguiente, es el levantamiento de datos realizado por un estudiante en Práctica de Ingeniería (???):</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Un semáforo cambia de estado, en promedio, cada 30 segundos (treinta segundos en rojo, treinta segundos en verde). Por lo tanto, por cada minuto, un limosnero tiene 30 segundos de tiempo útil para lograr recibir un mínimo de $2.00 MXN.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con este esquema, en 1 hora de trabajo el limosnero habrá recaudado: (60 minutos x $2.00/minuto) = $120.00/hora.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si el limosnero trabaja 8 horas por día, descansando los domingos, da un promedio de 25 días 'trabajados' por mes, lo que deja un ingreso de:(25 días / mes x 8 horas / día x $120.00/hora) =$24,000 al mes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Será que ésta es una cuenta absurda...?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora bien $2.00 o $3.00 y a los mas generosos los he visto dar hasta $5.00 (seguro creen ser mejores personas, mas bondadosas que las q dan 1 peso).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo, vamos a ser conservadores y asumir que en realidad el limosnero sólo recauda la mitad de la cuenta inicial, o sea: $60.00/hora. Haciendo nuevamente las cuentas tendremos un valor final de $12,000.00/mes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esto equivale al salario promedio bruto de un supervisor de Ingeniería, que se desempeña en una empresa de mediano porte; trabajando 48 horas nominales por semana, y aún teniendo que ir los domingos a resolver los problemas de mantenimiento y otros...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Amén de las horas extras no remuneradas...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De esta forma, cuando el limosnero recibe $5.00 (que no es raro), puede descansar tranquilo debajo de un árbol por los próximos 9 cambios de luz del semáforo, y sin ningún jefe que lo joda, sin tener que redactar sus objetivos, sin evaluaciones etc...</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero hasta aquí todo es teoría... ahora vamos al mundo real:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con estos datos en mano, fui a entrevistar a una mujer que pide limosnas y que siempre va a cambiar las monedas en una tienda de barrio (a los bodegueros les encanta el sencillo).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Le pregunté cuánto recibía de limosna por día; ¿Saben lo que me respondió...?</div>
<div style="text-align: justify;">
Pues la cuenta inicial estuvo bastante aproximad¡¡¡Un promedio de $400.00 a $450.00 diarios!!!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con esto nos queda un ingreso mensual de(25 días / mes x $400.00/día) = $10,000/mes o de: (25 días / mes x $450.00/día) = $11,225.00/mes, lo que en promedio: da ¡¡¡$10,625.00/mes!!!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y peor aún: ella me dijo que jamás llega a trabajar ni si quiera 8 horas diarias... Ni tampoco los 6 días a la semana...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>MORALEJA:</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es mejor ser limosnero que trabajar como Contadores (O CUALQUIER OTRO PROFESIONISTA EN MÉXICO)... pedir limosna es mas lucrativo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahhhh...¡y no pagan impuestoooooos: ni ISPT, IMSS, ni rentas de 1ª, 2ª, 3ª,4ª, 5ª, 6ª, 7ª, 8ª, 9ª,... categoría!....ni han tenido que estudiar, practicar 'X' años, Ni hacer un CV.</div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces: ¿Tienes $1.00 que me regales?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
QUE LAS EMPRESAS PAGAN MENOS QUE LO QUE PERCIBEN LOS LIMOSNEROS????</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
POR LA UNIÓN DE LOS PROFESIONISTAS EN MÉXICO ENVIALO PARA QUE CREEMOS CONSCIENCIA!!! ES POR ESO QUE CADA DIA HAY MAS DE ESOS HUEVONES, LIMOSNEROS Y CON GARROTE.</div>
</blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Por aquél entonces <a href="https://www.google.com/search?client=opera&q=Felipe+Ehrenberg&sourceid=opera&ie=UTF-8&oe=UTF-8" target="_blank">Felipe Ehrenberg</a>, a quien tuve la suerte y privilegio de conocer desde mi nacimiento y llegué a querer mucho, recibió ese mismo correo. Su respuesta no podía ser otra que la que, indignado, redactó con la esperanza de que quienes recibieran ese indignante texto pudiesen sopesar los puntos de vista y hacerse uno propio considerando todo el cuadro y no solo la reducida visión de quien lanzó la cadena.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Les comparto ese texto, para que ustedes también puedan hacerse su propia opinión:<br />
<br /></div>
<blockquote style="text-align: justify;">
<img alt="Felipe Ehrenberg » Las nueve musas" height="150" src="https://www.lasnuevemusas.com/wp-content/uploads/2017/08/Felipe-Ehrenberg-archivo-770x392-1-1200x900.jpg" width="200" /><b><i></i></b><br />
<br />
<b><i>MIS PONDERACIONES SON LAS SIGUIENTES:</i></b><br />
<br />
<i>¡TANTO PECA EL QUE MATA LA VACA COMO EL QUE LE AGARRA LA PATA !</i><br />
<br />
<i>Si los lucros de las empresas, inclyendo las de "medio porte", y las instituciones públicas son tan saludables como nos lo indican las cifras económicas de Mexico, ¿Por qué le pagan tan mal salario a sus profesionistas? ¿Cuánto ganan los profesores que se tallaron para formarse?</i><i><br />
<br />
</i><i>¿Qué posibilidades reales le proporciona la sociedad organizada mexicana a esta gente que pide limosna -y millones mas- puedan formarse debidamente, desde una primaria decorosa hasta profesionalizarse en una universidad pública?</i><i><br />
<br />
</i><i>Profesionalizado o no, lo que cuenta es que el ciudadano trabaje en lugar de robar, como lo hacen –comprobadamente- la mayor parte de los funcionarios y una cantidad sorprendente de empresarios y ejecutivos. Y ser un limosnero profesional es, sin lugar a dudas, un trabajo. Mas que eso, es un oficio.</i><i><br />
<br />
</i><i>Entre otras cosas y no siendo una actividad ilegal, <b>el oficio del limosnero ayuda a redistribuir el ingreso per capita de formas como no lo hace el sistema</b>.</i><i><br />
<br />
</i><i>Pregunto, ¿acaso nuestro ingenuo e indignado profesionista habrá alguna vez salido de su <span style="background-color: yellow;">cocuyito</span>, de la capital? ¿Acaso no ha visitado cualquier ciudad del mundo, ya no se diga de la América latina, donde abundan también los limosneros? ¿No habrá considerado la posibilidad de que el fenómeno no es privativo de nuestro pobre México, sino es <u>endémico en el mundo entero</u>? ¿ACASO NO HA VISTO NUESTRO INDIGNADO AMIGO LA CANTIDAD DE LIMOSNEROS QUE PIDEN DINERO EN TODAS LAS CIUDADES DE EUA??????????</i><i><br />
<br />
</i><i><b>Y FINALMENTE, DOS IDEAS CONCLUSIVAS:</b></i><i><br />
<br />
</i><i><u>La primera</u>: ¿Qué le cuesta a nuestro indignado y pragmático conciudadano, mientras espera en el semáforo sentado en su carro del año pasado, soltar $1 o $2 o hasta $5 pesos?</i><i><br />
<br />
</i><i><u>La segunda</u>: Si comparando ingresos concluye nuestro indignado y pragmático conciudadano que puede ganar al mes el doble de lo que gana en su trabajo, ¿qué le impide –la pregunta es honesta- qué le impide salir a los cruceros y hacer lo misMo para asi incrementar sustancialmente sus ingresos?</i><i><br />
<br />
</i><i>En el peor de los casos, podría desdoblarse y trabajar medio tiempo con corbata en algún 8º Piso, y luego convivir agradablemente con el mundo en un buen crucero, para acelerar el pago de sus deudas ¿O no?</i><i><br />
<br />
</i><i>Digo, ¿Por que no? ¿Le dará vergüenza?</i><i><br />
<br />
</i><i><b>Vergonzoso</b> es trabajar para empresas que malpagan a sus empleados, que los corren a su antojo, que producen productos y ofrecen servicios de infima calidad o de plano sin control de calidad, que sacan sus ganancias del pais, que siempre se las arreglan para llevar doble contabilidad... en fin, vergonzoso es comportarse como profesionista formado en universidad privada, ¡sin conocimiento alguno de la historia y la realidad del país que se están chupando!!!</i></blockquote>
</div>
Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-9672137512382233742020-05-19T17:50:00.000-05:002020-05-19T19:36:01.579-05:00BUSCARX, la nueva y esperada función para Excel<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
</div>
<div style="text-align: center;">
<img alt="Como usar la Función BUSCARX en Excel - YouTube" height="225" src="https://i.ytimg.com/vi/CWWDmAh2a50/maxresdefault.jpg" style="text-align: left;" width="400" /></div>
<span style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: justify;"><br /></span><span style="text-align: justify;"></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="text-align: justify;"><span style="text-align: justify;">Para quienes tienen Office 2019 u Office 360 y que trabajan a diario con muchos datos ésta nueva función de excel les facilitará la vida enormemente!</span></span></div>
<span style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="text-align: justify;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="text-align: justify;">El siguiente tutorial les enseñará como usar esta fórmula y sacarle provecho</span><span style="text-align: justify;">.</span></div>
</span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="text-align: justify;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/k-BPG0tgFOQ" width="320" youtube-src-id="k-BPG0tgFOQ"></iframe></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-71267134693680631762020-05-19T16:18:00.000-05:002020-05-25T01:44:59.397-05:00Bosque Mitago - Capitulo 5<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: center;">
<img height="276" src="https://cdn.bioguia.com/embed/282d26d8249dad774c9aac0f878ed0cc9a7f26701584713041/bosques.jpg?imagick=1&size=1250" width="640" /><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Y así, tras la más breve de las reuniones, perdí de nuevo a Christian. Mi hermano no estaba de humor para hablar, y mucho menos para confiarme sus planes, esperanzas y temores sobre la posible resolución de su asunto amoroso. Sólo podía pensar en Guiwenneth, sola y atrapada en el bosque.<br />
<br />
Mientras él preparaba sus provisiones, me dediqué a vagar por la cocina y por el resto de la casa. Me aseguró una y otra vez que no estaría fuera más de una semana, quizá dos. Si Guiwenneth se hallaba en el bosque, ese tiempo bastaría para encontrarla. Si no, volvería a casa y esperaría un poco antes de volver a la zona más profunda del bosque y tratar de formar el mitago de la chica. Aseguró que, en menos de un año, la mayoría de los mitagos hostiles habrían dejado de existir, y ella estaría a salvo. Christian tenía las ideas confusas. Su plan de dotarla de la fuerza necesaria para permitirle la misma libertad de que disfrutaban el hombre y el perro, no se apoyaba en pruebas extraídas de las notas de nuestro padre. Pero Christian era un hombre decidido.<br />
<br />
Si un mitago podía salir del bosque, también podría el que él amaba.<br />
<br />
Se le ocurrió que yo podía acompañarle hasta el claro donde habíamos acampado de niños, y plantar allí una tienda. Podría ser un lugar de cita habitual para nosotros, dijo, y le ayudaría a mantener su sentido del tiempo. Además, si yo pasaba algún tiempo en el bosque, quizá encontrase otros mitagos, y así podría informarle sobre su estado. El claro del que hablaba estaba en las afueras del bosque, y era bastante seguro.<br />
<br />
Cuando expresé mi preocupación sobre si mi propia mente no empezaría a producir mitagos, me aseguró que pasarían meses antes de que empezara a ver la primera actividad de premitagos como una presencia inquietante por el rabillo del ojo, o sea, en lo que él llamaba «visión periférica». Fue igualmente brusco al afirmar que, si me quedaba mucho tiempo en aquella zona, estaba seguro de que empezaría a relacionarme con el bosque, cuya aura, según pensaba él, se había extendido más hacia la casa durante los últimos años.<br />
<br />
A última hora de la mañana siguiente, nos pusimos en marcha por el sendero sur. Un sol brillante se alzaba sobre el bosque. Era un día claro y fresco. El aire se impregnaba del humo de una granja distante, donde estaban quemando los rastrojos de la cosecha del verano. Caminamos en silencio hasta llegar a la alberca del molino. Yo suponía que Christian entraría al bosque de robles por allí..., pero tuvo la buena idea de no hacerlo. No tanto por los extraños movimientos que habíamos visto allí, cuando éramos niños, como por lo cenagoso del terreno. En vez de eso, seguimos andando hasta que el bosque que bordeaba el sendero fue menos espeso. Entonces, Christian se salió del camino.<br />
<br />
Le seguí hacia dentro, buscando la ruta más fácil entre los matorrales de zarzas y espinos, disfrutando del denso silencio. Allí, en el lindero del bosque, los árboles eran pequeños, pero cien metros más adelante empezaron a mostrar su auténtica edad. El terreno se hacía algo más elevado y, entre los matorrales, aparecían rocas grises cubiertas de musgo y líquenes. Sobrepasamos el montículo, y el terreno se hundió en una brusca pendiente. Empecé a advertir sutiles cambios en el bosque. Ahora, de alguna manera, parecía más oscuro, más vivo, y advertí que el agudo canto de los pájaros otoñales que había oído en las afueras del bosque se transformaba aquí en una tonada más esporádica, más triste.<br />
<br />
Christian se abrió camino entre los matorrales de zarzas. Yo le seguí como pude, y pronto llegamos al gran claro donde, años atrás, habíamos montado nuestro campamento. Un roble particularmente grande dominaba el lugar, y nos reímos al ver las viejas iniciales que en el pasado talláramos allí. Entre sus ramas habíamos construido nuestro puesto de vigilancia, aunque bien poco se podía ver en medio de tantas hojas.<br />
<br />
-¿Cumplo los requisitos necesarios para el puesto? -preguntó Christian, con los brazos abiertos.<br />
<br />
Sonreí al examinar su silueta cubierta por una capa. Ahora, el cayado con las runas parecía menos extraño, más funcional.<br />
<br />
-Pareces algo, pero no sé exactamente qué. - Miró a su alrededor.<br />
<br />
-Haré todo lo posible por venir tan a menudo como pueda. Si algo va mal y no te encuentro, trataré de dejarte un mensaje, alguna señal para que sepas...<br />
<br />
-Todo irá bien -le interrumpí con una sonrisa.<br />
<br />
Evidentemente, no quería que le acompañara más allá del claro, y yo tampoco deseaba hacerlo. Sentí un escalofrío, un extraño cosquilleo, como si alguien me estuviera vigilando. Christian advirtió mi inquietud, y admitió que él también se sentía así: era la presencia del bosque, la suave respiración de las ramas.<br />
<br />
Nos estrechamos la mano y, algo incómodos, nos abrazamos, Christian dio media vuelta y echó a andar hacia la penumbra del bosque. Le vi marcharse, y luego me dediqué a escuchar. Sólo cuando todo sonido se hubo esfumado, empecé a plantar la pequeña tienda de campaña.<br />
<br />
Durante la mayor parte de septiembre, el tiempo siguió frío y seco. Fue un mes aburrido, que me permitió pasar los días sin apenas actividad. Hice algunos trabajos en la casa, leí más fragmentos de las notas de mi padre -aunque pronto me cansé de la repetición de ideas e imágenes- y, a intervalos cada vez más largos, me adentré en el bosque para sentarme en la tienda o al lado de ella, atento a cualquier ruido que delatara la presencia de Christian, maldiciendo los insectos que pululaban por allí, espiando cualquier atisbo de movimiento.<br />
<br />
Con octubre llegó la lluvia. Y sólo entonces comprendí, bruscamente, casi sorprendido, que Christian llevaba fuera casi un mes. El tiempo había pasado más de prisa de lo que creía posible y, en vez de preocuparme por mi hermano, me había limitado a suponer que sabía lo que hacía, que volvería en cuanto estuviera preparado. Pero llevaba semanas ausente, sin dar la menor señal de vida. Debería haber acudido al claro, al menos una vez, para dejarme alguna señal.<br />
<br />
Entonces, empecé a preocuparme de veras por su seguridad. En cuanto cesó la lluvia, corrí al bosque y aguardé el resto del día en el patético refugio de lona, lleno de goteras. Vi varias liebres, incluso un búho, y oí ruido de movimientos lejanos que no respondieron a mis gritos de «¿Christian? ¿Eres tú?».<br />
<br />
Empezaba a hacer frío. Pasé más tiempo en la tienda, y preparé un saco de dormir con mantas y viejas telas impermeables que encontré en el sótano de Refugio del Roble. Arreglé los desperfectos de la tienda, almacené allí alimentos y cerveza, así como leña seca para hacer hogueras.<br />
<br />
A mediados de octubre, me di cuenta de que no podía permanecer en la casa más de una hora sin ponerme nervioso, con unos nervios que sólo se calmaban cuando volvía al claro, a mi puesto de vigilancia, y me sentaba en la tienda con las piernas cruzadas. Lo único que hacía era contemplar la penumbra de los árboles, a unos metros de mí. En varias ocasiones, me adentré en el bosque en nerviosas expediciones, pero detestaba la sensación de silencio, y ese cosquilleo en la piel que parecía repetirme que estaba siendo observado. Eran simples imaginaciones, claro, o una respuesta demasiado sensible a la presencia de los animales del bosque: en cierta ocasión, cuando corrí gritando hacia un arbusto donde imaginaba oculto a mi espía, sólo vi una ardilla roja que huía aterrada hacia las ramas cruzadas de su hogar en el roble.<br />
<br />
¿Dónde estaba Christian? Clavé papeles con mensajes, en tantos lugares y tan profundos en el bosque como me atreví. Pero descubrí que, en cuanto me adentraba en la cuenca que parecía engullir el bosque, volvía al mismo punto al cabo de pocas horas, y me encontraba de nuevo cerca del claro, de la tienda. Imposible, sí, y también exasperante. Pero comencé a comprender la frustración de Christian al no poder caminar en línea recta por el espeso bosque de robles. Quizá fuera cierto que había una especie de campo de fuerza, complejo y confuso, que canalizaba a los intrusos hacia el sendero exterior.<br />
<br />
Y llegó noviembre, y fue verdaderamente frío, La lluvia gélida caía a intervalos, pero el viento se colaba entre el denso follaje ocre del bosque, parecía capaz de encontrar su camino a través de las rendijas de la ropa y la tela impermeable, hasta llegar a la carne y helar los huesos. Yo estaba deprimido, y mis búsquedas de Christian eran cada vez más exasperantes, más frustrantes. Mis gritos empezaron a tener un matiz airado, a la par que mi piel lucía cada vez más arañazos y hematomas, de tanto subirme a los árboles. Perdí la cuenta de los días, y en más de una ocasión percibí, asustado, que me había pasado dos o tres días en el bosque, sin volver a la casa. Refugio del Roble estaba cada vez más descuidado y desierto. Iba allí para lavarme, comer, descansar, pero en cuanto reparaba las peores agresiones sufridas en mi cuerpo, volvía a concentrarme en Christian, a preocuparme mortalmente por él, y tenía que volver al claro, como si yo no fuera más que un montón de limaduras de hierro atraídas por un imán.<br />
<br />
Empecé a temer que le hubiera pasado algo terrible. O quizá no fuera terrible, sino simplemente natural: si de verdad había jabalíes en el bosque, quizá uno le había atacado. Quizá mi hermano estaba muerto, o se arrastraba hacia las afueras del bosque, incapaz de gritar pidiendo ayuda. O quizá se hubiera caído de un árbol. O quizá, sencillamente, se había dormido, y el frío no le permitió despertar por la mañana.<br />
<br />
Busqué cualquier rastro de su cuerpo, o de su presencia, y no encontré absolutamente nada. Eso sí, descubrí las huellas de algún animal grande, y marcas en la parte baja del tronco de muchos robles, como si una criatura con colmillos los hubiera mordisqueado.<br />
<br />
Pero la depresión pasó pronto y, a mediados de noviembre confiaba otra vez en que Christian estuviera vivo. Empecé a creer que, de alguna manera, se había visto atrapado en este bosque otoñal.<br />
<br />
Por primera vez en dos semanas fui al pueblo. Tras conseguir provisiones, recogí los periódicos que se habían acumulado en la pequeña oficina de correos. Al revisar las primeras páginas del semanario local, encontré un suelto relativo a los cadáveres putrefactos de un hombre y un perro lobo, descubiertos en la zanja de una granja, cerca de Grimiey. No se sospechaba que fuera un crimen. No sentí ninguna emoción, sólo curiosidad, y cierta compasión por Christian, cuyo sueño de liberar a Guiwenneth no era más que eso: un sueño, una esperanza ferviente, un deseo condenado a la frustración.<br />
<br />
En cuanto a los mitago, sólo tuve dos encuentros, ninguno de ellos demasiado importante. El primero fue con una sombría forma masculina que atravesó el claro, me miró, y por último echó a correr hacia la penumbra, mientras golpeaba los troncos de los árboles con un pequeño bastón de madera. El segundo encuentro fue con el Brezo, cuya forma seguí furtivamente cuando le vi dirigirse a la alberca. Se quedó entre los árboles, espiando el cobertizo del embarcadero. No sentí auténtico temor ante estas manifestaciones, sólo una ligera aprensión. Pero tras el segundo encuentro, empecé a comprender lo ajenos que eran los mitagos al bosque. Estas criaturas, creadas muy lejos de su tiempo natural, ecos del pasado a los que se había dado sustancia, venían equipados con una vida, un idioma y una cierta ferocidad que no encajaba en absoluto con el mundo de 1947, azotado por la guerra. No era de extrañar que el aura del bosque tuviera tal carga de soledad, una melancolía contagiosa que se había adueñado de mi padre, luego de Christian, y que ahora se adentraba por mis tejidos. Si se lo permitía, me atraparía también a mí.<br />
<br />
Durante esos días, empecé a tener alucinaciones. Sobre todo al anochecer, cuando miraba el bosque, comencé a ver movimientos por el rabillo del ojo. Al principio, lo atribuí al cansancio, a la imaginación, pero recordé con toda claridad el fragmento de las notas de mi padre donde describía a los premitagos, la imágenes iniciales que aparecían siempre en su visión periférica. La primera vez me asusté. No quería reconocer que aquellas criaturas pudieran ser inquilinos de mi propia mente, que mi interacción con el bosque había comenzado mucho antes de lo que imaginara Christian. Pero, tras un tiempo, me senté con tranquilidad y traté de verles más detalladamente. No lo conseguí. Advertía el movimiento, y a veces una forma humana, pero fuera cual fuese el campo que inducía su aparición, aún no era tan fuerte como para darles realidad absoluta. O eso, o mi mente no podía controlar aún su existencia.<br />
<br />
El veinticuatro de noviembre, volví a la casa y pasé unas horas descansando y escuchando la radio. Se desencadenó una tormenta, y vi caer la lluvia, sintiéndome helado y enfermizo. Pero, en cuanto el cielo se despejó y las escasas nubes se tornaron blancas y brillantes, me eché el impermeable sobre los hombros y volví al claro. Esperaba encontrarlo todo tal como lo dejé. Por eso, lo que no hubiera debido ser más que una sorpresa, se convirtió en una auténtica conmoción.<br />
<br />
Habían destruido la tienda, y su contenido estaba disperso entre los charcos de lodo del claro. Parte del cable de retén colgaba de las ramas más altas del gran roble, y los matorrales de los alrededores estaban aplastados, como si hubiera tenido lugar allí una gran pelea. Cuando examiné el terreno, advertí que estaba lleno de huellas extrañas, redondas y profundas, como cascos de caballo. Fuera cual fuese la bestia que había pasado por allí, se las había arreglado para hacer jirones el refugio de lona.<br />
<br />
Sólo entonces noté lo silencioso que estaba el bosque, como si contuviera el aliento, a la espera. Se me erizó hasta el último pelo del cuerpo, y el corazón me latió tan fuerte que creí que el pecho me estallaría. Me quedé un segundo o dos junto a la tienda destrozada, y el pánico se apoderó de mí. La cabeza me daba vueltas, y el bosque parecía amenazarme. Huí del claro, aplastando los empapados matorrales entre dos gruesos troncos de roble. Corrí muchos metros por la penumbra, antes de darme cuenta de que estaba alejándome de la periferia del bosque. Creo que grité. Di media vuelta, y eché a correr de nuevo.<br />
<br />
Una pesada lanza se clavó en el árbol más cercano y, antes de poder detenerme, me precipité contra el asta de madera negra. Una mano me agarró por el hombro y me arrastró hacia el árbol. Grité de terror al ver el rostro sucio de barro de mi atacante. Él también me gritó:<br />
<br />
-¡Cállate, Steve! ¡Por lo que más quieras, cállate!<br />
<br />
El pánico cesó, mi voz se convirtió en un susurro, y examiné más de cerca al furioso hombre que me tenía atrapado. Comprendí que era Christian, y el alivio fue tal que me eché a reír.<br />
<br />
Durante largos momentos, no me di cuenta del cambio tan profundo que había sufrido mi hermano.<br />
<br />
Christian miraba hacia el claro.<br />
<br />
-Tienes que marcharte de aquí -dijo.<br />
<br />
Y, antes de que pudiera responderle, me obligó a correr, prácticamente me arrastró de vuelta hacia la tienda.<br />
<br />
Una vez en el claro, titubeó, y me miró. No vi ninguna sonrisa bajo la máscara de barro y hojas amarillentas. Sus ojos brillaban, pero entrecerrados, apenas dos líneas. Tenía el pelo grasiento e hirsuto. Estaba casi desnudo, sólo llevaba un taparrabos y una desastrada camisa de piel, que no podía darle demasiado calor. Portaba tres lanzas peligrosamente puntiagudas. Ni rastro de la delgadez esquelética del verano. Era musculoso y duro, con pecho ancho y miembros fuertes. Un hombre hecho para luchar.<br />
<br />
-Tienes que salir del bosque, Steve. Y, por lo que más quieras, no vuelvas nunca.<br />
<br />
-¿Qué te ha pasado, Chris...? -empecé.<br />
<br />
Pero él meneó la cabeza y me empujó a través del claro y los árboles, hacia el sendero sur.<br />
<br />
Al momento, se detuvo y echó un vistazo hacia la penumbra, sin dejarme avanzar.<br />
<br />
-¿Qué pasa, Chris?<br />
<br />
Entonces, yo también lo oí, el sonido de los arbustos al ser aplastados por algo muy pesado. Algo se abría camino entre los árboles y los matorrales, hacia nosotros. Seguí la mirada de Christian, y vi una forma monstruosa, tan alta como dos hombres juntos, pero humana, encorvada, negra como la noche a excepción de la gran mancha blanca que era su rostro, todavía indistinguible por la distancia y las sombras.<br />
<br />
-¡Dios, ha escapado! -gritó Christian-. Se interpone entre la salida y nosotros.<br />
<br />
-¿Qué es, Chris? ¿Un mitago?<br />
<br />
-El mitago -respondió rápidamente Christian. Se dio la vuelta y atravesó de nuevo el claro. Yo le seguí. De repente, todo el cansancio había desaparecido de mi cuerpo.<br />
<br />
-¿El Urscumug? ¿Es eso? Pero no es humano, sino animal. Nunca ha habido un ser humano con semejante estatura.<br />
<br />
Al volver la mirada mientras corría, vi que el monstruo entraba en el claro. En espacio abierto se movía tan de prisa que creí estar viendo una película proyectada a cámara rápida. Se lanzó al bosque tras nosotros, y volvió a fundirse con la oscuridad. Pero ahora corría entre los árboles, nos perseguía, y acortaba distancia a una velocidad increíble.<br />
<br />
De pronto, el terreno desapareció bajo mis pies. Caí pesadamente en una depresión, pero Christian me agarró a tiempo. Luego, mi hermano arrastró una zarza para cubrirnos, y se puso un dedo en los labios. Apenas podía distinguirle en el oscuro agujero, pero oí como se alejaban los pasos del Urscumug, y pregunté a Christian qué sucedía.<br />
<br />
-¿Se ha ido?<br />
<br />
-Casi seguro que no -respondió -. Está aguardando, escuchando. Lleva dos días persiguiéndome desde las zonas más profundas del bosque. No descansará hasta que me mate.<br />
<br />
-¿Por qué, Christian? ¿Por qué quiere acabar contigo?<br />
<br />
-Es el mitago del viejo -me explicó-. Él le dio vida en el corazón del bosque, pero era débil, y estaba atrapado..., hasta que llegué yo y le proporcioné más poder con que alimentarse. Pero sigue siendo el mitago del viejo, y en parte está formado a su semejanza, tiene algo de su ego. ¡Dios, Steve, cómo debió de odiarnos para imponer tanto terror a ese monstruo!<br />
<br />
-Y Guiwenneth... -dije.<br />
<br />
-Sí..., Guiwenneth- repitió Christian, ahora en voz baja-. Por eso quiere vengarse de mí. Pero no le daré ni media oportunidad.<br />
<br />
Se irguió para echar un vistazo a través de la cobertura de espino. Oí el ruido de un movimiento lejano, inquieto, y me pareció escuchar el gruñido gutural de algún animal.<br />
<br />
-Creí que no había conseguido crear el mitago primario.<br />
<br />
-Murió creyéndolo -asintió Chris-. Me pregunto qué habría hecho de saber el éxito que había tenido. Volvió a acuclillarse en el agujero.<br />
<br />
-Es como un jabalí. Parte jabalí, parte hombre, y con elementos de otras bestias del bosque. Camina erguido, pero puede correr raudo como el viento. Se pinta la cara de blanco para que parezca un rostro humano. No sé en qué era vivió, pero una cosa es segura, fue mucho antes de existir el hombre tal como nosotros lo entendemos. Ese monstruo viene de una era en que el hombre y la naturaleza estaban tan próximos, que apenas se podía distinguir el uno de la otra.<br />
<br />
Entonces, me rozó el brazo. Fue un toque titubeante, casi como si tuviera miedo de estar en contacto con alguien de quien tanto se había distanciado.<br />
<br />
-Cuando corras -dijo-, ve hacia el lindero del bosque. No te detengas. Sal de ahí, y no vuelvas. Ahora no hay salida para mí. Es una parte de mi propia mente, que me ata a este bosque tanto como si yo mismo fuera un mitago. No vuelvas, Steve. Al menos, en mucho, mucho tiempo.<br />
<br />
-Chris... -empecé a decir.<br />
<br />
Pero era demasiado tarde. Mi hermano había apartado de golpe la cubierta de espino, y corría alejándose de mí. Momentos después, la forma más enorme que se pueda imaginar pasó sobre mi cabeza, y un enorme pie negro se plantó a centímetros de mi cuerpo paralizado. Todo sucedió en una fracción de segundo. Cuando conseguí salir del agujero y echar a correr, di un rápido vistazo a la criatura. Me había oído, y también me miraba. Durante aquel instante de contemplación recíproca, mientras los dos nos alejábamos en el bosque, vi el rostro pintado sobre la cabeza negra de jabalí.<br />
<br />
El Urscumug abrió la boca para dejar escapar un rugido, y mi padre pareció mirarme.<br />
<br />
------<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
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<div style="text-align: justify;">
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<div style="text-align: justify;">
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-parte-2-los-cazadores-del.html">Ir a Parte 2 Capítulo 1</a> <span id="goog_1842932326"></span><a href="https://www.blogger.com/"></a><span id="goog_1842932327"></span></div>
</div>
</div>
</div>
Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-7858215666353295482020-05-15T00:08:00.000-05:002020-05-15T00:30:19.601-05:00¿Usas cubre bocas? Es peor que no usarlo... y mucho!<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: center;">
<img alt="El uso de mascarilla por la calle no protege frente al coronavirus" height="360" src="https://www.lavanguardia.com/r/GODO/LV/p7/WebSite/2020/02/24/Recortada/20200224-637181717433194660_20200224201515-k1GG-U473756254816U9B-992x558@LaVanguardia-Web.jpg" width="640" /></div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
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<b><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;">Neurocirujano afirma que las mascarillas representan un riesgo serio para la salud de las personas</span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"><br /></span></b></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Últimamente mucha gente en Facebook se ha dedicado a criticar a los demás por no usar mascarillas o cubre bocas. Los gobiernos nos dicen que si no las usamos es porque somos egoístas, unos seres humanos horribles sin alma que queremos que las ancianitas sufran muertes terribles. La policía ataca a la gente que no las usa en el metro. Las tiendas corren a la gente que no lleva cubrebocas y les niegan el servicio. Pero ahora aparece otro doctor (además del Dr. Fauci, quien también dice que las mascarillas son inútiles y representan un riesgo a la salud) Dr. Russell Blaylock, un neurocirujano que ha escrito una editorial dirigida a la gente sana que usa mascarillas para protegerse del COVID-19 y su consejo es: "no lo hagan"</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Primero, Blaylock dice que no existe evidencia científica de que las mascarillas o cubre bocas sean efectivas contra la transmisión del COVID-19. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">En cuanto al respaldo científico del uso de las mascarillas, un reciente escrutinio a la literatura, en la cual se analizaron 17 de los mejores estudios, se concluyó que "ninguno de los estudios establecieron una relación conclusiva entre el uso de las mascarillas o cubre bocas y la protección que ofrecen contra la infección por influenza" Tenga en mente que ningún estudio se ha realizado para demostrar que los cubre bocas comunes o la mascara N95 tenga algún efecto en la transmisión de el virus COVID-19. Por lo tanto cualquier recomendación debe estar basada en estudios de la transmisión del virus de la influenza. Y, como puede ver, no hay evidencia conclusiva de su eficiencia controlando la transmisión del virus de la influenza o gripe.</span></blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">También es instructivo saber que hasta recientemente, la CDC no recomendaba el uso de mascarillas o cualquier tipo de cubierta, a menos que se supiera que una persona esté infectada, esto es, hasta recientemente. La gente no infectada no necesita usar mascarilla. Cuando una persona tiene TB la hacemos usar una mascarilla, no a la comunidad entera de no infectados. Las recomendaciones de la CDC y de la WHO no están basadas en estudios de este virus y nunca se han utilizado para contener cualquier otro virus pandémico o epidémico en la historia.</span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Más allá de la falta de datos científicos para respaldar el llevar mascarillas como medida para detener el virus, Blaylock dice que lo más preocupante es lo que le puede pasar a quien las utiliza.</span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Ahora que hemos establecido que no hay evidencia científica que diga que se debe usar una mascarilla, ¿cuáles son los peligros de usar mascarillas por períodos prolongados? Muchos estudios han encontrado problemas significativos con el uso de tales mascarillas. Estos problemas pueden variar desde dolores de cabeza hasta resistencia al flujo de las vías respiratorias, acumulación de dioxido de carbono, hipoxia, hasta complicaciones que ponen la vida en serio peligro.</span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Existen estudios que lo respaldan</span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">En uno de esos estudios, los investigadores encuestaron a 212 trabajadores de la salud (47 hombres y 165 mujeres) preguntando si sufrieron dolores de cabeza al utilizar la mascarilla N95, la duración de estos dolores, tipo de dolor de cabeza y si la persona sufría de dolores de cabeza preexistentes.</span></blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Encontraron que un tercio de los trabajadores desarrollaron dolores de cabeza con el uso de la mascarilla, muchos tenían dolores de cabeza preexistentes que empeoraron con el uso de la mascarilla, y el 60% necesitó analgésicos para aliviar el dolor. En cuanto a la causa de estos dolores, así como la presión de los sujetadores pudo ser una de las causas, el grueso de la evidencia apunta hacia hipoxia y/o hipercapnia como la causa. Esto es, una reducción del oxígeno en la sangre (hipoxia) o una elevación del CO2 (hipercapnia). Es sabido que si las mascarillas N95 se utilizan por horas se puede reducir la oxigenación de la sangre hasta en un 20%, lo que puede llevar a la pérdida de conciencia, como sucedió con un conductor en su auto utilizando una mascarilla N95, lo que causó que se desmayara y estrellara su auto causándose lesiones. Estoy seguro que tenemos varios casos de personas mayores o personas con funciones pulmonares débiles que se desmayan de repente y esto, por supuesto, puede causarles la muerte.</span></blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Un estudio más reciente involucrando a 159 trabajadores de la salud de entre 21 y 35 años de edad encontró que el 81% desarrollaron dolores de cabeza por utilizar mascarillas. Algunos tenían dolores preexistentes que se precipitaron por el uso de las mascarillas. Todos coincidieron que los dolores de cabeza afectaron su desempeño.</span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Blaylock afirma que los estudios también muestran que las mascarillas deterioran la entrada del oxígeno dramáticamente lo que conlleva serios problemas.</span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">La importancia de estos descubrimientos es que una caída en los niveles de oxígeno (hipoxia) se asocia con un deterioro en la inmunidad. Estudios han demostrado que la hipoxia puede inhibir el tipo de células inmunitarias usadas para combatir las infecciones virales llamadas CD4+ T-linfocitos. Esto ocurre porque la hipoxia incrementa el nivel de un compuesto llamado hipoxia inducible factor-1 (HIF-1), que inhibe los T-Linfocitos y estimula unas poderosas células inmunoinhibidoras llamada Células T Reguladoras (TREG). Esto prepara el escenario para contraer cualquier infección, incluyendo COVID-19 y hacer que las consecuencias de dicha infección sean mucho más graves. <b>En esencia, tu mascarilla o cubre bocas muy bien podría estarte poniendo en un riesgo mayor de contraer infecciones y de ser así, con resultados mucho peores.</b></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">En otras palabras, si usas una mascarilla y contraes alguna enfermedad, no podrás combatirla tan efectivamente como si tuvieras niveles de oxígeno normales en la sangre. La mascarilla podría enfermarte más. También podría crear una "tormenta mortal de citoquinas" en algunos casos.</span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Existe otro peligro por usar estas mascarillas a diario, especialmente si se utilizan durante varias horas. Cuando una persona está infectada con un virus respiratorio, expelen un poco de ese virus en cada aliento. Si están usando mascarillas, especialmente una mascarilla N95 u otra de cierre hermético, estarán constantemente respirando de nuevo ese virus, incrementando la concentración del virus en los pulmones y en los pasajes nasales. Sabemos que las personas que tuvieron las peores reacciones al coronavirus tuvieron también las más altas concentraciones del virus temprano. Y esto nos lleva a la mortal tormenta de citoquinas en algunos casos.</span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Acerca del cáncer, ataques cardíacos y palpitaciones Blaylock afirma que las mascarillas lo empeora todo.</span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">La gente con cáncer, especialmente si el cáncer se ha esparcido, aumentará su riesgo debido a la hipoxia prolongada ya que el cáncer crece mejor en un micro ambiente bajo en oxígeno. Los bajos niveles de oxígeno también promueven la inflamación que a su vez puede promover el crecimiento, invasión y expansión del cáncer. Se ha propuesto que los episodios de hipoxia que se repiten son un factor significante en la arteriosclerosis y por lo tanto en el incremento de enfermedades cardio vasculares y cerebro vasculares.</span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Por si esto no fuese lo suficientemente malo ¿qué te parecería tener COVID-19 en tu cerebro?</span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Todo se vuelve más escabroso. Nueva evidencia sugiere que en algunos casos el virus puede entrar al cerebro. En la mayoría de los casos entra al cerebro mediante los nervios olfativos, los cuales conectan directamente con el área del cerebro que se encarga de la memoria reciente y de la consolidación de la memoria. Utilizar mascarillas el virus exhalado no puede escapar y se concentrará en los pasajes nasales, entrando en los nervios olfativos y viajando al cerebro.</span></blockquote>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">¿Por qué será que solo escuchamos predicciones nefastas de gente fatalista e ideática como las que hacen los gobiernos y la televisión y no consultamos a los expertos en los campos de la medicina? ¿Son las personas que dan esos "consejos" las únicas calificadas para hablar del virus? </span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Referencias:</span><br />
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<li><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; text-align: center;">bin-Reza F et al. The use of mask and respirators to prevent transmission of influenza: A systematic review of the scientific evidence. Resp Viruses 2012;6(4):257-67.</span></li>
<li><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; text-align: center;">Zhu JH et al. Effects of long-duration wearing of N95 respirator and surgical facemask: a pilot study. J Lung Pulm Resp Res 2014:4:97-100.</span></li>
<li><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; text-align: center;">Ong JJY et al. Headaches associated with personal protective equipment- A cross-sectional study among frontline healthcare workers during COVID-19. Headache 2020;60(5):864-877.</span></li>
<li><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; text-align: center;">Bader A et al. Preliminary report on surgical mask induced deoxygenation during major surgery. Neurocirugia 2008;19:12-126.</span></li>
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<li><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; text-align: center;">Westendorf AM et al. Hypoxia enhances immunosuppression by inhibiting CD4+ effector T cell function and promoting Treg activity. Cell Physiol Biochem 2017;41:1271-84.</span></li>
<li><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; text-align: center;">Sceneay J et al. Hypoxia-driven immunosuppression contributes to the pre-metastatic niche. Oncoimmunology 2013;2:1 e22355.</span></li>
<li><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; text-align: center;">Blaylock RL. Immunoexcitatory mechanisms in glioma proliferation, invasion and occasional metastasis. Surg Neurol Inter 2013;4:15.</span></li>
<li><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; text-align: center;">Aggarwal BB. Nucler factor-kappaB: The enemy within. Cancer Cell 2004;6:203-208.</span></li>
<li><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; text-align: center;">Savransky V et al. Chronic intermittent hypoxia induces atherosclerosis. Am J Resp Crit Care Med 2007;175:1290-1297.</span></li>
<li><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; text-align: center;">Baig AM et al. Evidence of the COVID-19 virus targeting the CNS: Tissue distribution, host-virus interaction, and proposed neurotropic mechanisms. ACS Chem Neurosci 2020;11:7:995-998.</span></li>
<li><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; text-align: center;">Wu Y et al. Nervous system involvement after infection with COVID-19 and other coronaviruses. Brain Behavior, and Immunity, In press.</span></li>
<li><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; text-align: center;">Perlman S et al. Spread of a neurotropic murine coronavirus into the CNS via the trigeminal and olfactory nerves. Virology 1989;170:556-560.</span></li>
</ul>
<ol>
</ol>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"></span></div>
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Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-33161644206707764612020-05-12T16:54:00.000-05:002020-05-19T16:25:05.783-05:00Bosque Mitago - Capítulo 4<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmORzxxKafKd0tsqthy6H_hEKN7nMfn3fzFehZT7ZyRhAiPf9tC9dGLvDJ_0i9tQMnovmVoFjb3MAxlOpmzrGvnU3DbRv7qYF0XbiACRBPEqunMktZb7yGluP3SXQlyqFLuNCTp7jElb4/s1600/bm.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="504" data-original-width="667" height="301" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmORzxxKafKd0tsqthy6H_hEKN7nMfn3fzFehZT7ZyRhAiPf9tC9dGLvDJ_0i9tQMnovmVoFjb3MAxlOpmzrGvnU3DbRv7qYF0XbiACRBPEqunMktZb7yGluP3SXQlyqFLuNCTp7jElb4/s400/bm.png" width="400" /></a></div>
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Había una anotación en el libro de mi padre que parecía un punto clave en su investigación y en su vida. Era más larga que las otras de esas mismas fechas, y aparecía tras un lapso de siete meses sin ninguna entrada. Aunque las notas eran, en general, detalladas, no se puede decir que fuera un escritor de diarios muy dedicado, y el estilo variaba de las anotaciones telegráficas a las descripciones fluidas. Además, descubrí que él mismo había arrancado muchas páginas del grueso libro, ocultando así mi pequeño crimen. Christian nunca habría echado en falta la página. En resumen, parecía que mi padre había usado el libro de notas y las silenciosas horas de escritura para hablar consigo mismo. Una manera de aclarar sus propias ideas.</div>
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Esa entrada en cuestión estaba fechada en septiembre de 1935, poco después de nuestro encuentro con el Brezo. Tras leerla por primera vez, recordé aquella época, y descubrí que yo sólo tenía ocho años.</div>
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<blockquote class="tr_bq">
Wynne-Jones llegó después del amanecer. Caminamos por el sendero sur, y examinamos los drenajes de flujo en busca de síntomas de actividad mitago. Luego, otra vez a casa. No hay nadie, lo que conviene a mi estado de ánimo. Un día otoñal, frío y seco. Como el año pasado, las imágenes del Urscumug son más fuertes en los cambios de estación. Quizá sienta el otoño, la muerte del verde. Se acerca más, y los robles le susurran. Debe de estar cerca del génesis. Wynne-Jones cree necesario más tiempo de aislamiento, y hay que hacerlo. Jennifer, preocupada y disgustada por mis ausencias. Me siento impotente…., no puedo contárselo. Debo hacer lo que debo hacer.</blockquote>
</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Ayer, los niños vieron al Brezo. Creí que había sido reabsorbido. .. Obviamente, la resonancia es más fuerte de lo que pensábamos. Al parecer, frecuenta el lindero del bosque, como yo esperaba. Le he visto muchas veces en el sendero, pero no desde hacía más o menos un año. La persistencia es preocupante. Los dos chicos están turbados por la visión. Christian, menos emocional. Creo que no significó nada para él, quizá un cazador furtivo, o alguien del pueblo tomando un atajo para ir a Grimiey. Wynne-Jones sugiere que vayamos al bosque y atraigamos al Brezo, quizá al claro del cerro, donde puede quedarse en el vórtice fuerte de robles y, eventualmente, desaparecer. Pero sé que penetrar profundamente en el bosque nos costará más de una semana, y la pobre Jennifer ya está bastante deprimida por mi comportamiento. Por mucho que lo desee, no puedo explicárselo. Tampoco quiero involucrar a los niños en esto, y me preocupa que ya hayan visto dos mitagos. He inventado criaturas mágicas del bosque, cuentos para ellos. Espero que asocien lo que vean con productos de su propia imaginación. Pero debo tener cuidado.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Hasta que todo esté resuelto, hasta que el mitago Urscumug se forme del bosque, no puedo dejar que nadie sepa lo que he descubierto, excepto Wynne- Jones. Es esencial que la resurrección sea completa. El Urscumug es el más poderoso, porque es el primario. Estoy seguro de que el bosque de robles le retendrá, pero otros pueden tener miedo del poder que, desde luego, sentirían, y acabar con él. No quiero pensar lo que pasaría si este bosque fuera destruido..., pero no puede vivir eternamente.</blockquote>
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<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Jueves: Hoy, entrenamiento con Wynne-Jones: test pauta 26: iii, hipnosis superficial, medio ambiente luz verde. Cuando el puente frontal alcanzó los sesenta voltios, pese al dolor, el flujo a través de mi cráneo fue el más poderoso que he sentido. Ahora estoy completamente seguro de que cada hemisferio del cerebro funciona de una manera ligeramente diferente, y de que la consciencia oculta está situada en el derecho. ¡Lleva tanto tiempo perdida...! El puente de Wynne-Jones permite una comunicación superficial entre los campos que rodean cada hemisferio, y la zona del premitago resulta potenciada. ¡Si hubiera alguna manera de explorar el cerebro vivo para averiguar dónde yace exactamente esa presencia oculta...!</blockquote>
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<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Lunes: Las formas de los mitagos se arremolinan todavía en mi visión periférica. ¿Por qué nunca delante? Después de todo, estas imágenes irreales son simples reflejos. La forma de Hood era ligeramente diferente, más marrón que verde, el rostro menos amistoso, más inquieto, demacrado. Desde luego, esto se debe a que las anteriores imágenes (incluso el mitago de Hood que se formó en el bosque hace dos años) estaban afectadas por mis propias confusas imágenes infantiles, sobre el arquero y sus alegres camaradas. Ahora, la evocación del premitago es más poderosa, alcanza la forma básica, sin interferencias. La forma de Arturo también era más real, y atisbé varias formas cenagosas de finales del primer milenio después de Cristo. También un rastro de una presencia inquieta que me pareció una especie de figura nigromántica de la Edad del Bronce. Un momento aterrador. El guardián del Sepulcro del Caballo ha desaparecido, el sepulcro está destruido. ¿Por qué? El cazador estuvo otra vez en la Hoya del Lobo. Los restos de la hoguera eran recientes. También encontré rastros del shamán neolítico, el cazador-artista que deja extraños dibujos dé color rojo ocre en árboles y rocas. Wynne-Jones querría que investigase a estos héroes populares, olvidados y desconocidos, pero yo estoy ansioso por encontrar la imagen primaria.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
El Urscumug se ha formado en mi mente con la forma más clara que le he visto. Atisbos del Brezo en esa forma, pero es más viejo, y mucho, mucho más grande. Se cubre con madera y hojas, sobre las pieles de animales. El rostro parece manchado de arcilla blanca, que forma una máscara sobre las exageradas facciones. Es difícil verle claramente la cara. ¿Una máscara sobre una máscara? El pelo es una masa de púas erizadas y rígidas. Las ramas de espino que lleva en la cabeza le dan una apariencia de lo más extraño. Creo que lleva una lanza, con una ancha hoja de piedra..., un arma de aspecto aterrador, pero también difícil de ver. Esta imagen primaria es tan vieja que está desapareciendo de la mente humana. También parece confuso. La superposición de interpretaciones culturales posteriores sobre cómo fue su aspecto... Más que nada toques de bronce, sobre todo en los brazos (torques). Sospecho que la leyenda del Urscumug era tan poderosa como para imponerse durante todo el neolítico, hasta bien entrado el segundo milenio antes de Cristo, quizá más avanzado. Wynne-Jones cree incluso que el Urscumug puede datar de antes del neolítico.<span style="text-align: left;"> </span></blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Ahora, es esencial pasar tiempo en el bosque, permitir que el vórtice interactúe conmigo para formar el mitago. Saldré de casa la semana que viene.</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin comentar nada sobre los párrafos que acababa de leer, tan extraños como confusos, pasé las páginas del diario y leí anotaciones aquí y allá. Recordaba claramente el otoño de 1933, cuando mi padre preparó un gran macuto y se internó en el bosque, caminando raudo para alejarse de los gritos histéricos de mi madre. Le acompañaba su menudo amigo científico, un hombre de rostro amargado que no parecía reconocer la presencia de nadie aparte de mi padre, y que siempre daba la impresión de sentirse avergonzado en casa cuando venía de visita. </div>
<div style="text-align: justify;">
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Nuestra madre no dijo una palabra el resto del día, y no hizo otra cosa que permanecer sentada en su dormitorio, llorando de vez en cuando. Christian y yo estábamos tan turbados por su comportamiento que, aquella tarde, nos adentramos en el bosque todo lo que nos permitió el valor para llamar a nuestro padre. Al final, el silencio sombrío, y los bruscos ruidos que lo rompían de cuando en cuando, nos hicieron perder la calma. Volvió semanas más tarde, desgreñado y apestando como un vagabundo. La anotación de su libro, fechada pocos días después, era breve: la amarga constatación de un fracaso. No había pasado nada. Sólo unos párrafos, garabateados a toda prisa, me llamaron la atención.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
El proceso mitogenético no sólo es complejo, sino también reluctante. ¡Soy demasiado viejo! El instrumental sirve de ayuda, pero una mente más joven podría conseguirlo sin él, estoy seguro. ¡La sola idea me da pánico! Además, mi mente no descansa. Y, como ha explicado Wynne-Jones, es probable que mis preocupaciones humanas creen una barrera efectiva entre los dos flujos de energía mitopoética en mi córtex: la forma del cerebro derecho y la realidad del izquierdo. La zona premitago no tiene suficiente alimentación con mi energía vital para interactuar con el vórtice de robles.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Yo también temo que la desaparición natural de tanta vida del bosque esté afectando a la conexión. Los jabalíes están ahí, lo sé. Pero quizá el número de vidas es crítico. Calculo que no habrá más de cuarenta, moviéndose dentro del vórtice espiral constreñido por los fresnos al círculo de robles. Hay unos pocos ciervos y lobos, aunque el animal más importante, la liebre, frecuenta a menudo los límites del bosque. Pero quizá la falta de mucha de la vida que hubo aquí en el pasado ha desequilibrado la fórmula..., aunque, durante la existencia primaria del bosque, la vida fue cambiando. En el siglo XIII había gran cantidad de vida botánica ajena a la ley matrix, en lugares donde todavía se formaban mitagos. La forma de los mitos humanos cambia, se adapta, y las formas más recientes son las que se generan con más facilidad.</blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Hood ha vuelto. Como todos los inmaduros, es una molestia, y se le ve muchas veces por la zona de los riscos, alrededor del claro del cerro. Me disparó. ¡Esto empieza a preocuparme! Pero no consigo enriquecer suficiente el vórtice de roble con el premitago del Urscumug. ¿Cuál es la respuesta? ¿Tratar de adentrarme más? ¿Encontrar el bosque salvaje? Quizá el recuerdo sea demasiado remoto, quizá esté demasiado enterrado en zonas silenciosas del cerebro. Quizá ya no alcance a los árboles.</blockquote>
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Christian me vio fruncir el ceño al leer esta confusión de palabras e imágenes.</div>
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<br /></div>
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¿Hood? ¿Robín Hood? ¿Y alguien, el tal Hood, que disparaba contra mi padre en el bosque? Eché un vistazo a mi alrededor, al estudio, y vi la flecha con punta de hierro en su caja de cristal, larga y estrecha, colgada sobre la de mariposas del bosque. Christian hojeaba las páginas del libro de notas, después de haber pasado casi toda una hora en silencio, mirándome leer. Él estaba sentado sobre el escritorio. Yo, en el sillón de nuestro padre.</div>
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-¿De qué va todo esto, Chris? Parece como si hubiera intentado hacer copias de los héroes de los libros.</div>
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-Copias, no, Steve. Los auténticos. Aquí. Lee esto para terminar, luego te lo explicaré con palabras aptas para profanos.</div>
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Era una anotación anterior, sin año, sólo con día y mes, aunque evidentemente databa de años antes de la entrada correspondiente a 1933.</div>
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<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
Yo llamo a esos momentos concretos «conexiones culturales»; forman zonas, delimitadas por el espacio, claro, por los límites del terreno, pero también delimitadas por el tiempo, algunos años, quizá una década, cuando las dos culturas -la del invasor y la del invadido- se encuentran en un estado de gran angustia. Los mitagos surgen de la fuerza del odio, del temor, y se forman en los bosques naturales de los que luego pueden emerger -como Arturo, o la forma Artúrica, el hombre-oso con su liderazgo carismático- o permanecer en su ambiente natural, estableciendo un foco oculto de esperanza: la forma Robín Hood, quizá Hereward. Y, por supuesto, la forma heroica que yo llamo el Brezo, que hostigó a los romanos en tantos lugares del país. Supongo que es la emoción combinada de dos razas la que crea al mitago. Pero, evidentemente, éste se alía con la cultura cuyas raíces llevan más tiempo establecidas, en lo que yo creo puede ser una especie de ley matrix; así, Arturo se forma, y ayuda a los britanos contra los sajones; pero, más tarde, Hood es creado para ayudar a los sajones contra el invasor normando.</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cerré el libro y sacudí la cabeza. Las frases eran confusas, me dejaban perplejo. Christian sonrió, tomó el libro y lo sopesó entre las manos.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Años de su vida, Steve. Pero sus anotaciones no son lo que se dice detalladas. Se pasó años sin escribir nada, y luego hay notas de cada día del mes. Y arrancó muchas páginas. No sé dónde puede haberlas escondido.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al decir esto, frunció ligeramente el ceño.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Necesito un trago de algo. Y unas cuantas definiciones. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Salimos del estudio. Christian llevaba el libro de notas. Al pasar junto a la flecha enmarcada, la miré más de cerca.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Dice que el auténtico Robín Hood le disparó con esto? ¿También mató a Guiwenneth?</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Depende -respondió Christian, pensativo-. Depende de lo que entiendas por «auténtico». Hood vino a ese bosque de robles, y quizá siga ahí. Yo creo que sí. Como habrás notado, estaba ahí hace cuatro meses, cuando mató a Guiwenneth. Pero hubo muchos Robín Hood, todos igual de reales o de irreales, creados por el pueblo sajón cuando sufrió la opresión del invasor normando.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No entiendo nada, Chris. ¿Qué es una ley matrix? ¿Y un «vórtice de robles»? ¿Significan algo?</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mientras bebíamos whisky con agua en la sala de estar, viendo cómo caía la noche, el patio que se extendía más allá de la ventana se convirtió en una masa gris de formas sin rasgos distinguibles. Christian me explicó que un hombre llamado Alfred Watkins había visitado a nuestro padre en muchas ocasiones, y le había mostrado en un mapa del país algunas líneas rectas que conectaban lugares de poder espiritual, o antiguo; los túmulos, piedras e iglesias de tres culturas diferentes. A estas líneas las llamaba «leys», y creía que eran una forma de energía terrestre que discurría por el subsuelo, pero influenciaba todo aquello que se alzaba sobre ellas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi padre pensó mucho sobre las leys y, al parecer, trató de medir la energía de los terrenos del bosque, aunque sin éxito. Pero, aun así, midió algo en el bosque de robles: una energía asociada con toda la vida que crecía allí. Había encontrado un vórtice espiral alrededor de cada árbol, una especie de aura, y esas espirales no sólo se ceñían a los árboles, sino que delimitaban grupos enteros de árboles, incluso claros.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con los años, consiguió hacer un mapa del bosque. Christian sacó el mapa, y volví a mirarlo, pero desde un punto de vista diferente: empezaba a comprender las marcas que había señalado el hombre que pasó tanto tiempo en los territorios allí reflejados. Había círculos dentro de círculos, cruzados y divididos por líneas rectas, algunas de las cuales coincidían con los caminos que llamábamos sendero sur y sendero profundo. Las letras CC en medio de una gran zona del bosque, se referían claramente al «claro del cerro» que había allí, una explanada, que ni Christian ni yo habíamos conseguido encontrar nunca. Había lugares marcados como «roble espiral», «zona del fresno muerto», «pasaje oscilante»...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-El viejo creía que todos los seres vivos están rodeados por un aura energética. Con determinada luz, el aura humana se puede ver, es un ligero brillo. En estos bosques antiguos, los «bosques primarios», el aura combinada forma algo mucho más poderoso, una especie de campo creativo que puede interactuar con nuestro subconsciente. Y en el inconsciente es donde llevamos lo que él llama</div>
<div style="text-align: justify;">
«premitago».</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
»Un mitago es un mito imago, la imagen de la forma idealizada de una criatura mítica. En un medio ambiente natural, la imagen adquiere sustancia, carne sólida, sangre, ropa... y, como has visto, armas, La forma del mito idealizado, de la figura heroica, se altera con los cambios culturales. Asume la identidad y la tecnología de cada tiempo. Según la teoría de nuestro padre, cuando una cultura invade a otra, los héroes se manifiestan. ¡Y no sólo en un lugar concreto! Los historiadores y los investigadores de leyendas populares discuten sobre si Arturo de los Britanos y Robin Hood vivieron y lucharon de verdad, y no se dan cuenta de que vivieron en muchos lugares.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
»Otro hecho importante que debemos recordar, es que cuando la imagen mental del mitago se forma, lo hace en toda la población..., y que, cuando ya no resulta necesaria, permanece en nuestro subconsciente colectivo y se transmite de generación en generación.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Y la forma cambiante del mitago -le interrumpí para ver si había comprendido algo de la lectura fraccionada de las notas-, se basa en un arquetipo, una imagen primaria arcaica que él llamaba Urscumug, del que surgen todas las formas posteriores. Él intentó extraer al Urscumug de su propia mente consciente...</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Y no lo consiguió -terminó Christian-, aunque no porque dejara de intentarlo. El esfuerzo le mató. Le debilitó tanto que su cuerpo no pudo seguir el ritmo. Pero, desde luego, consiguió crear un buen montón de adaptaciones más modernas del Urscumug.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¡Había tantas preguntas que hacer, tantas cosas que requerían una aclaración...! Pero una era más importante que las demás.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Si he entendido bien estas notas, hace mil años era todo el país el que necesitaba un héroe, una figura legendaria que defendiera la justicia. ¿Cómo pudo proyectar la misma pasión un solo hombre? ¿Cómo pudo provocar la interacción? Desde luego, no basta con la angustia familiar que nos causó a nosotros y a sí mismo. Como él mismo dice, eso turbaba su mente y le impedía funcionar correctamente.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Si existe una respuesta -dijo tranquilamente Christian-, hay que buscarla en el bosque, quizá en el claro del cerro. Según las notas del viejo, hace falta un período de soledad, de meditación. Ya llevo un año siguiendo al pie de la letra su ejemplo. Inventó una especie de puente eléctrico que, al parecer, funde elementos de los dos hemisferios del cerebro. He utilizado muchas veces su equipo, con y sin él. Pero ya encuentro imágenes, premitagos, que se forman en mi visión periférica, sin el complicado programa que él utilizaba. Fue el pionero. Su interacción con el bosque facilita las cosas para los que llegamos tras él. Además, yo soy más joven. El viejo creía que eso podía ser importante. Ya he conseguido cierto éxito. Tarde o temprano, completaré su trabajo. Crearé al Urscumug, el héroe de los primeros hombres.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Para qué, Chris? -pregunté con toda la serenidad que pude. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sinceramente, no veía el objetivo de jugar con las antiguas fuerzas que habitaban tanto en el bosque como en el espíritu humano. Era evidente que a Christian le obsesionaba la idea de dar vida a esas formas muertas, de terminar lo que el viejo había empezado. Pero ni leyendo las notas ni hablando con Christian había captado yo una sola palabra sobre por qué aquella monstruosidad de la naturaleza era tan importante para los que se dedicaban a estudiarla.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Christian tenía una respuesta. Cuando me la dijo, su voz sonaba hueca, marcada por la incertidumbre, con el estigma de la falta de convicción en la verdad de lo que decía.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Para estudiar los primeros tiempos del hombre, Steve. A través de estos mitagos, podemos aprender muchísimo sobre cómo eran y cómo querían ser nuestros antepasados: las aspiraciones, las visiones, la identidad cultural de una época tan lejana que hasta sus monumentos en piedra nos resultan incomprensibles. Para aprender. Para comunicarnos con esas persistentes imágenes de nuestro pasado que todos llevamos dentro.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dejó de hablar, y se hizo un breve silencio, interrumpido tan sólo por el pesado sonido rítmico del reloj.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No me convences, Chris -dije.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por un momento, creí que iba a gritarme, furioso. Se le enrojeció el rostro, y todo su cuerpo se tensó, airado por mi tranquilo rechazo de su excusa. Pero el fuego se mitigó. Frunció el ceño, y me miró casi impotente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Qué quieres decir?</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Que son palabras bonitas. Ni tú te las crees. No eres convincente. Tras un momento, pareció aceptar cierta verdad en lo que yo decía.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Entonces, quizá mi convicción haya desaparecido, quizá esté enterrada bajo... bajo lo otro. Guiwenneth. Ahora, ella se ha convertido en el motivo principal para que vuelva allí.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Recordé sus duras palabras de apenas unas horas antes, sobre que la muchacha no tenía vida, aunque sí un millar de vidas. Lo comprendí al momento, y me pregunté cómo me había costado tanto entender algo tan obvio.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-También era un mitago -dije-. Ahora te entiendo.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Guiwenneth era el mitago de mi padre, una chica de los tiempos romanos, una manifestación de la diosa Tierra. La joven princesa guerrera que, gracias a su propio sufrimiento, consigue unir a todas las tribus.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Como la reina Boadicea -señalé.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Boudicca -me corrigió Christian, antes de negar con la cabeza-. Boudicca fue un personaje histórico, aunque buena parte de su leyenda se inspiró en mitos e historias de Guiwenneth. No se recuerda ninguna leyenda sobre Guiwenneth. En su tiempo y en su cultura, sólo existía la tradición oral. Nunca se escribía nada. Pero tampoco hay referencias a ella de ningún observador romano, o cronista cristiano posterior. El viejo creía que las primeras leyendas sobre la reina Ginebra pudieron surgir en parte de las leyendas olvidadas. La memoria popular la ha olvidado...</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¡Pero la memoria oculta, no! Christian asintió.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Exacto. Su historia es muy antigua, muy familiar. Las leyendas sobre Guiwenneth surgen de historias procedentes de culturas previas, quizá del período posglacial... ¡o de tiempos del mismísimo Urscumug!</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Y todas las formas previas de la chica estarán también en el bosque? Christian se encogió de hombros.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-El viejo nunca vio ninguna, y yo tampoco. Pero deben de estar ahí.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Y cuál es su historia, Chris?- Me miró de una manera extraña.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Es difícil decirlo. Nuestro querido padre arrancó de su diario las páginas relativas a Guiwenneth. No sé por qué, ni dónde las escondió. Sólo sé lo que me contó. -Sonrió -. Es hija de la más joven de dos hermanas y de un guerrero que vivía en un campamento secreto, en el bosque. La hermana mayor era la esposa de uno de los invasores. Estéril, celosa, robó a su sobrina. La niña fue rescatada por nueve halcones, o pájaros similares, enviados por su padre. Creció en comunidades forestales de todo el país, bajo la custodia del Señor de los Animales. Cuando tuvo edad suficiente, volvió, despertó al espíritu de su padre guerrero, y expulsó a los invasores.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No es mucho.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Sólo tengo ese fragmento -asintió Christian-. También hay algo sobre una piedra brillante en un valle que respira. Todo lo de-más que el viejo descubrió sobre ella, o quizá gracias a ella, lo destruyó.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Por qué?</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por un momento, Christian no dijo nada.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-De todos modos -siguió luego-, las leyendas de Guiwenneth inspiraron a muchas tribus a tomar la ofensiva contra el invasor, tanto fueran wessex, o sea, Edad del Bronce, Stonehenge y todo eso; celtas belgas, o sea, Edad del Hierro; o romanos. -Su mirada se perdió en el infinito-. Y entonces ella se formó en este bosque, y yo la encontré, y me enamoré. No era violenta, quizá porque el viejo no podía imaginar a una mujer violenta. Le impuso sus esquemas, la desarmó, la dejó indefensa en el bosque.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Durante cuánto tiempo la conociste? -pregunté. Christian se encogió de hombros.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No sabría decirlo, Steve. ¿Cuánto tiempo he estado fuera esta vez?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Unos doce días.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Tan poco? -Parecía sorprendido-. Creí que habrían sido más de tres semanas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es posible que la conociera durante muy poco tiempo, pero a mí me parecieron meses. Viví en el bosque con ella, tratando de comprender su idioma, tratando de enseñarle el mío, hablando mediante gestos, mas siempre con intensidad. Pero el viejo nos persiguió hasta el corazón del bosque, hasta el fin. No podía permitírnoslo. Era su chica, estaba tan enamorado de ella como yo. Un día, le encontré exhausto y muy asustado, medio enterrado en hojas, en las afueras del bosque. Le llevé a casa, pero, antes de un mes, murió. Por eso te dije que había tenido motivos para atacarme. Le quité a Guiwenneth.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Y luego, te la quitaron a ti. La mataron.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Sí, pocos meses más tarde. Estaba demasiado contento, demasiado tranquilo. Te escribí porque tenía que hablarle a alguien sobre ella... Evidentemente, fue demasiado para su destino. Dos días más tarde, la encontré en un claro, moribunda. Quizá habría vivido si le hubiera llevado ayuda médica al bosque, si la hubiera dejado allí. Pero la saqué del bosque, y murió.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me miró, y la expresión de tristeza se endureció hasta transformarse en resolución.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Pero, cuando vuelvo al bosque, su imagen mítica tiene una Oportunidad de formarse a partir de mi subconsciente. Será más dura que la versión de mi padre, pero puedo recuperarla, Steve. Si busco lo suficiente, si doy con esa energía por la que preguntabas, si puedo adentrarme lo necesario en el bosque, hasta ese vórtice central que...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Volví a mirar el mapa. Concretamente, el campo espiral que rodeaba el claro del cerro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Y cuál es el problema? ¿No lo encuentras?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Está bien protegido. Consigo acercarme a ese campo de unos doscientos metros que lo rodea, pero nunca traspasarlo. Aunque esté convencido de que camino en línea recta, pronto descubro que no he hecho más que trazar círculos. No puedo entrar, y sea lo que sea lo que hay dentro, no puede salir. Todos los mitagos están ligados al lugar de su génesis, aunque el Brezo y Guiwenneth podían llegar hasta los límites del bosque, incluso a la alberca.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¡Eso no era cierto! Yo había pasado una noche de miedo que lo demostraba.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Uno de los mitagos salió del bosque -le dije-. Un hombre alto, con el perro más grande e increíble que puedas imaginar. Llegó hasta el patio y se comió una pata de cerdo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Un mitago? ¿Estás seguro? -preguntó asombrado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Bueno, la verdad..., no. Hasta ahora, no tenía ni idea sobre qué era. Pero apestaba, iba muy sucio y, obviamente, había vivido en el bosque durante meses. También hablaba un idioma extraño, llevaba arco y flechas...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-E iba con un perro de caza. Sí, claro. Es una imagen de la Edad del Bronce tardía, o quizá de la primera Edad del Hierro, muy extendida. Los irlandeses lo han asimilado a su propio Cuchulainn, le convirtieron en un gran héroe. Pero es una de las imágenes míticas más poderosas, reconocible en toda Europa. -Christian frunció el ceño-. No lo entiendo..., yo le vi hace un año, y le esquivé, pero se estaba desvaneciendo, muy de prisa, deteriorándose... Tras una temporada, les sucede a todos. Algo debe de haber alimentado al mitago, algo le ha fortalecido...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Alguien, Chris.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Pero ¿quién? -De repente, se le abrieron los ojos-. Dios mío. Yo. De mi propia mente. El viejo tardó años, y yo creí que a mí me costaría mucho más, más meses en el bosque, un mayor aislamiento. Pero todo ha comenzado de nuevo, mi propia interacción con el vórtice...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se había puesto muy pálido. Caminó hacia su cayado, apoyándose en la pared, lo recogió y lo sopesó con ambas manos. Lo miró y tocó sus marcas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Ya sabes lo que significa eso -dijo con voz serena. Siguió antes de que yo pudiera responder-. Ella se formará. Ella volverá. Mi Guiwenneth. Quizá ya haya vuelto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No te vayas tan pronto, Chris. Espera un poco. Descansa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Volvió a apoyar el cayado contra la pared.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No me atrevo. Si se ha formado ya, está en peligro. Tengo que ir en su busca. Me miró y compuso una leve sonrisa, casi apologética.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Lo siento, hermano. No te he dado lo que se dice una buena bienvenida.<br />
<br />
--------------------------<br />
<div style="text-align: justify;">
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<div style="text-align: justify;">
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-capitulo-3.html">Ir a Capítulo 3</a></div>
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</div>
</div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvQ7ePG4-oWQveTDOr19c-GAF5aroi58Z2Z2Vbqnzs9aNfh8d5Oa2fVj9z5Mupr7EbBdkZMlxJSuJc4fgEIiwIFnFgFuQVqrPN6vXzUuKfQ7CcutCkwXH45QK-u5tycO5OSTbOV_fHGFg/s1600/bm.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="595" data-original-width="496" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvQ7ePG4-oWQveTDOr19c-GAF5aroi58Z2Z2Vbqnzs9aNfh8d5Oa2fVj9z5Mupr7EbBdkZMlxJSuJc4fgEIiwIFnFgFuQVqrPN6vXzUuKfQ7CcutCkwXH45QK-u5tycO5OSTbOV_fHGFg/s320/bm.png" width="265" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Dos días más tarde, cuando bajé por la mañana, encontré toda la ropa y objetos personales de Christian dispersos por la cocina, y el suelo lleno de barro y restos de hojas. Subí de puntillas a su dormitorio, y contemplé su cuerpo semidesnudo: le vi tumbado sobre el vientre, con el rostro vuelto hacia mí, roncando ruidosamente, y supuse que llevaba sueño atrasado de una semana.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero el estado de su cuerpo me causó cierta preocupación: estaba lleno de hematomas y arañazos del cuello a los tobillos, increíblemente sucio y maloliente. Tenía el pelo enmarañado. De todos modos, parecía más duro y fuerte. El rostro demacrado había cambiado de manera tangible, física. Aquél no era el joven esquelético que me había recibido hacía casi dos semanas.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se pasó casi todo el día durmiendo, y salió del dormitorio a las seis de la tarde, con una amplia camisa gris y unos pantalones anchos cortados por encima de las rodillas. Se había lavado la cara sin demasiado entusiasmo, pero todavía apestaba a sudor y a vegetación, como si hubiera pasado aquellos días enterrado en estiércol.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Le preparé la comida, y se bebió el contenido de toda una tetera mientras yo le observaba. Él me lanzaba miradas, miradas de sospecha, como si temiera cualquier movimiento repentino, o un ataque por sorpresa contra él. Tenía los músculos de los brazos y antebrazos muy pronunciados. Casi era un hombre diferente.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Dónde has estado, Chris? -le pregunté. Su respuesta no me sorprendió en absoluto.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-En el bosque. En lo más profundo del bosque.<br />
<br />
Se metió más carne en la boca, y la masticó ruidosamente. Mientras la tragaba, encontró un momento para hablar.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Estoy bastante bien. Lleno de magulladuras y arañazos de los malditos espinos, pero bastante bien.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
En el bosque. En lo más profundo del bosque. En nombre del cielo, ¿qué había estado haciendo allí? Mientras le observaba devorar la comida, volví a ver al desconocido, acuclillado en mi patio como un animal, devorando la carne como si fuera una fiera salvaje. Christian me recordó a aquel hombre. Los dos tenían el mismo aspecto primitivo.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Necesitas un buen baño -le dije. Sonrió, e hizo un sonido afirmativo -¿Qué has estado haciendo? -seguí-. Quiero decir, en el bosque. ¿Has acampado?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tragó ruidosamente y se bebió media taza de té, antes de negar con la cabeza.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Tengo un campamento allí, pero he estado investigando. Me he acercado todo lo posible al centro. Pero aún no puedo ir más allá de...<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se interrumpió y me observó, con una mirada interrogativa en los ojos.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Has leído las notas del viejo? -me preguntó.<br />
<br />
Le dije que no. En realidad, sorprendido por su brusca partida, me había dedicado tan intensivamente a arreglar la casa que olvidé por completo las anotaciones de nuestro padre sobre su trabajo. Y, mientras lo decía, me preguntaba si no habría relegado a mi padre, su trabajo y sus notas, al último rincón de mi mente, como si fueran espectros cuyo hechizo pudiera evaporar mi resolución de seguir adelante.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Christian se limpió la boca con la mano, y contempló el plato vacío. De repente, se olfateó a sí mismo y se echó a reír.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Por Dios, huelo a rayos. Será mejor que me calientes un poco de agua, Steve. Me lavaré ahora mismo.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero no me moví. Me limité a observarle desde el otro lado de la mesa de madera. Él advirtió mi mirada, y frunció el ceño.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Qué pasa? ¿En qué estás pensando?<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-La encontré, Chris. Encontré su cadáver. Guiwenneth. Encontré el lugar donde la enterraste.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No sé qué reacción esperaba de Christian. Quizá furia, o pánico, o un torrente de explicaciones balbuceantes. Deseaba que reaccionara con asombro, que el cadáver del patio no fueran los restos de su esposa, que no tuviera nada que ver con aquella tumba. Pero Christian conocía la existencia del cadáver. Me miró inexpresivo, y el intenso silencio me hizo sentir incómodo.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De pronto, comprendí que Christian estaba llorando. Sus ojos no se habían apartado de los míos, pero ahora estaban humedecidos por las lágrimas que le corrían entre la suciedad del rostro. Aun así, no hacía el menor ruido, y su rostro no perdió aquella expresión perdida, casi ciega.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Quién la mató, Chris? -pregunté con serenidad-. ¿Fuiste tú?<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No, no fui yo. -Al hablar, las lágrimas dejaron de correr, y bajó la vista hacia la mesa-. La mató un mitago. No pude hacer nada para evitarlo,<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Un mitago? No comprendía el significado de la palabra, aunque la recordaba del fragmento de las notas de mi padre que yo llevaba en la cartera. Se lo pregunté, y Chris se levantó. Apoyó las manos en la mesa y me miró.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Un mitago -repitió -. Todavía está en el bosque, como todos. Ahí es donde he estado, buscándolos. Intenté salvarla, Steve. Todavía estaba viva cuando la encontré, y quizá hubiera vivido, pero la saqué del bosque... En cierto modo, la maté. La alejé del vórtice, y en seguida murió. Entonces, me asusté. No sabía qué hacer. La enterré porque me pareció la manera más fácil de...<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Se lo dijiste a la policía? ¿Informaste de su muerte?<br />
<br />
Christian sonrió, no sin cierto humor morboso. Era una sonrisa de entendido, la del que tiene un secreto que no ha compartido con nadie. Pero aquel gesto era una simple defensa, y desapareció rápidamente.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No hacía falta, Steve. A la policía no le habría interesado.<br />
<br />
Me levanté de la silla, furioso. Pensaba que el comportamiento pasado y actual dé Christian era de una irresponsabilidad francamente asombrosa.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-¡Su familia, Chris..., sus padres! ¡Tienen derecho a saberlo todo! Y Christian se echó a reír. Sentí que la sangre se me subía a la cabeza.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No le veo la gracia.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al momento se puso serio, y me miró casi avergonzado.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Tienes razón. Lo siento. No comprendes nada, y ya es hora de que lo hagas. Ella no tenía padres, Steve, porque no tenía vida. Auténtica vida. Ha vivido mil veces, aunque nunca ha vivido. Pero, aun así, me enamoré de ella..., y volveré a encontrarla en el bosque. Está allí, en alguna parte...<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Acaso se había vuelto loco? Sus palabras eran los balbuceos irracionales de un desequilibrado, pero algo en sus ojos, en sus gestos, me dijo que no era tanto locura como obsesión. ¿Qué le obsesionaba?<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Tienes que leer las notas del viejo, Steve. No lo retrases más. Te lo dirán todo sobre el bosque y sobre lo que está pasando aquí. De verdad. No me he vuelto loco, ni soy insensible. Simplemente, estoy atrapado. Y, antes de irme otra vez, me gustaría que supieras por qué, cómo y adonde voy. Quizá incluso puedas ayudarme, ¿quién sabe? Lee el libro. Luego, hablaremos. Y cuando sepas lo que consiguió nuestro querido y difunto padre, entonces me temo que tendré que dejarte otra vez.</div>
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<br /></div>
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<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-capitulo-2.html">Ir a Capítulo 2</a> </div>
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Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-14706359068060250782020-04-07T20:03:00.001-05:002020-05-11T18:56:39.382-05:00Bosque Mitago - Capitulo 2<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiji4GBpnWlcR15kH0OR_Ma6aofE-uymAZwAAJSjHb-FJ2ebWyNxYkvGcWyHuqJUIrhJ3Aw9-EGfqilIgCv41Va48CVADq54e2Ugz_rPLQb-wZEy8VuUR10d2TfBgaTwgTGTFYB3OHRVlw/s1600/1586307895771309-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
<img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiji4GBpnWlcR15kH0OR_Ma6aofE-uymAZwAAJSjHb-FJ2ebWyNxYkvGcWyHuqJUIrhJ3Aw9-EGfqilIgCv41Va48CVADq54e2Ugz_rPLQb-wZEy8VuUR10d2TfBgaTwgTGTFYB3OHRVlw/s1600/1586307895771309-0.png" width="400" />
</a>
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Aunque me intrigaba lo que había dicho Christian, y me preocupaba la aprensión que parecía sentir ante mi presencia, contuve mi curiosidad y dediqué una hora a explorar de nuevo la casa, de arriba abajo, por dentro y por fuera. Todo, menos el estudio de mi padre, cuya mera visión me asustaba mucho más que el comportamiento de Christian. Nada había cambiado, excepto que todo estaba sucio y descuidado. Christian había contratado a alguien por horas para que limpiara y cocinara: una mujer del pueblo cercano acudía en bicicleta al Refugio todas las semanas, y preparaba una empanada o un estofado que a mi hermano le duraría tres días. Christian no andaba escaso de productos de la granja, tanto era así que apenas utilizaba la cartilla de racionamiento. Al parecer, obtenía todo lo que necesitaba -incluso té y azúcar-, en la hacienda Ryhope, donde siempre se habían portado bien con nuestra familia. </div>
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Mi antigua habitación estaba casi exactamente como la recordaba. Abrí la ventana de par en par, y me tumbé en la cama unos minutos para contemplar el brumoso cielo de los últimos días del verano, atisbando entre las ramas de la gigantesca haya que crecía tan cerca del Refugio. Cuando era un chiquillo, salté muchas veces de la ventana a ese mismo árbol, y tenía mi campamento secreto entre sus gruesas ramas. Mientras la luna se reflejaba en mi pijama, tiritaba de frío acurrucado en aquel lugar privado, imaginando las oscuras actividades de las criaturas que pululaban abajo. </div>
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La comida, a media tarde, fue un sustancioso festín de cerdo frío, pollo y huevos duros, todo en cantidades que no había soñado con volver a ver tras dos años de estricto racionamiento en Francia. Por supuesto, nos estábamos comiendo sus reservas para varios días, pero a Christian no parecía preocuparle. </div>
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Además, él comió muy poco. </div>
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Después charlamos durante un par de horas., y Christian se relajó de manera visible, aunque en ningún momento mencionó a Guiwenneth, ni el trabajo de nuestro padre. Yo tampoco saqué a relucir ninguno de los dos temas. </div>
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<br /></div>
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Nos arrellanamos en los incómodos sillones que pertenecieran a nuestros abuelos, rodeados de recuerdos de familia, ajados por el tiempo: fotografías, un ruidoso reloj de palisandro, espantosos cuadros de la exótica España, todos con agrietados marcos de madera pintada de purpurina, y colgados contra el papel floreado que cubría las paredes de la sala de estar desde que yo naciera. Pero aquello era mi hogar, y Christian era mi hogar, y los olores, y los objetos viejos, todo era mi hogar. Menos de dos horas después de llegar, ya sabía que iba a quedarme. No porque .me sintiera parte del lugar, aunque así era, sino porque aquel lugar me pertenecía. No en el sentido mercenario de la propiedad, sino porque la casa y sus alrededores habían compartido su vida conmigo. </div>
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<br /></div>
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Formábamos parte de la misma historia. Ni siquiera en Francia, en aquel pueblo del sur, había quedado al margen de esa historia. Simplemente, había constituido un extremo. </div>
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<div style="text-align: justify;">
Cuando el pesado reloj empezó a chirriar, disponiéndose laboriosamente a dar las cinco, Christian se levantó como un resorte y arrojó el cigarrillo a medio fumar a la chimenea vacía. </div>
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-Vamos al estudio -dijo. </div>
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Me levanté sin decir nada, y le seguí a través de la casa hasta la pequeña habitación donde había trabajado nuestro padre. </div>
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-Te asusta esta sala, ¿verdad? </div>
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Abrió la puerta y entró. Se acercó al pesado escritorio de roble y, de uno de los cajones, sacó un gran libro con cubiertas de piel. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Titubeé un instante, todavía fuera del estudio. Miré a Christian. No podía ordenarles a mis piernas que me llevaran dentro de la habitación. Reconocí el volumen: era el libro de notas de mi padre. Me toqué el bolsillo trasero, donde tenía la cartera, y pensé en el fragmento de ese libro de notas que llevaba oculto allí. Me pregunté si alguien, mi padre o Christian, habrían advertido alguna vez la desaparición de la página. Christian me miraba, ahora con los ojos resplandecientes de emoción. Cuando dejó el libro sobre el escritorio, las manos le temblaban. </div>
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<div style="text-align: justify;">
-Está muerto, Steve. Se ha marchado de esta habitación, de la casa. Ya no hay por qué tenerle miedo. </div>
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-¿No? </div>
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<br /></div>
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Pero, de pronto, encontré la fuerza necesaria para moverme, y traspasé el umbral. En cuanto entré en la húmeda habitación, la frialdad del lugar me afectó profundamente. El ambiente severo e inquietante que empapaba las paredes, las alfombras, las ventanas, me deprimió. Allí olía ligeramente a cuero, y también a polvo, con un leve gusto a barniz, como si Christian se hubiera tomado la molestia de mantener limpia aquella sofocante habitación.</div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
No era una sala atestada, ni una biblioteca, como quizá habría querido mi padre. Había libros sobre zoología y botánica, sobre historia y arqueología, pero no eran ediciones raras, sino los ejemplares más baratos que pudo encontrar en su momento. Había más libros en rústica que en cartoné. La exquisita encuadernación de sus notas y el escritorio barnizado tenían un aire elegante que contrastaba con el descuidado estudio. </div>
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<div style="text-align: justify;">
En las paredes, entre las estanterías de libros, colgaban sus especímenes enmarcados en cristal: trozos de madera, colecciones de hojas, burdos bocetos de la vida vegetal y animal, hechos durante los primeros años de su fascinación por el bosque. Y, casi oculta entre las cajas y las estanterías, estaba la flecha que le había herido hacía quince años, con las plumas retorcidas e inútiles, el asta rota, aunque encolada, y la punta de hierro embotada por la herrumbre. De todos modos, con aspecto letal. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Contemplé durante largos segundos aquella flecha; reviví el dolor del viejo, y las lágrimas que Christian y yo habíamos derramado por él mientras le ayudábamos a volver del bosque aquella fría tarde otoñal, seguros de que iba a morir. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
¡Qué rápidamente cambiaron las cosas tras aquel extraño incidente, que nunca quedó explicado por completo! Si la flecha me recordó un lejano día, en el que todavía quedaba un atisbo de preocupación y amor en la mente de mi padre, el resto del estudio sólo irradiaba frialdad. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Aún podía ver la figura, cada vez más gris, inclinada sobre el escritorio, escribiendo con furia. Podía oír la respiración trabajosa, a causa de la enfermedad pulmonar que terminó por matarle. Podía oír su aliento contenido, el grito de irritación al darse cuenta de mi presencia, su forma de despedirme con un gesto de la mano que ni siquiera era airado, como si me negara incluso esa fracción de segundo. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Y cuánto se parecía ahora Christian a él, de pie tras el escritorio, desgreñado y enfermizo, con las manos en los bolsillos del pantalón, los hombros encorvados, todo su cuerpo temblando visiblemente... y, a pesar de todo eso, con un aire de confianza absoluta. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Había aguardado en silencio para que me acostumbrara a la habitación, para que los recuerdos y el ambiente surtieran efecto. Me acerqué al escritorio, de nuevo en el presente. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
-Deberías leer sus notas, Steve - me dijo -. Te aclararán mucho las cosas, y también te ayudarán a comprender mejor lo que estoy haciendo. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div>
<div style="text-align: justify;">
Tomé el libro y examiné la caligrafía irregular, deslavazada. Entresaqué algunas palabras y frases. En pocos segundos, pasé la mirada por años de la vida de mi padre. En conjunto, las palabras tenían tan poco sentido como mi hoja robada. Al leerlas recordé la ira, el peligro, el miedo. La vida que palpitaba en aquellas notas me había sostenido durante casi un año de guerra, hasta significar algo fuera de su propio contexto. No quería perder aquella poderosa asociación con el pasado. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
-Las leeré, Chris. De la primera a la última, te lo prometo. Pero no ahora. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Cerré el libro, y advertí que tenía las manos húmedas y temblorosas. Todavía no estaba preparado para acercarme tanto a mi padre. Christian lo comprendió, y lo aceptó. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
La conversación murió bastante temprano aquella noche, cuando se me agotaron las fuerzas y la tensión del largo viaje se cobró por fin su precio. Christian me acompañó al piso superior y se quedó en la puerta de mi habitación, mirando mientras yo colocaba las sábanas y ponía en su sitio algunos objetos, recogiendo fragmentos de mi vida pasada, riendo, meneando la cabeza y tratando de evocar un último momento de cansada nostalgia. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
-¿Te acuerdas de cuando acampamos en la haya? -pregunté, mientras observaba el gris de la rama y las hojas contra el descolorido cielo del anochecer. </div>
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<br /></div>
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-Sí -respondió Chris con una sonrisa-. Me acuerdo muy bien. </div>
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<br /></div>
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Pero la conversación denotaba mi cansancio, y Christian se dio cuenta. </div>
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<div style="text-align: justify;">
-Que duermas bien, muchacho. Te veré por la mañana. </div>
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<br /></div>
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Si dormí algo fueron las primeras cuatro o cinco horas después de poner la cabeza sobre la almohada. Me desperté sobresaltado, despejado, cuando ya casi amanecía y el viento soplaba en el exterior. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Me quedé tumbado, mirando la ventana y preguntándome cómo era posible que mi cuerpo se sintiera tan despejado, tan alerta. Había ruido en el piso de abajo, y supuse que Christian estaba limpiando. Caminaba inquieto por la casa, tratando de acostumbrarse a la idea de mi presencia. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Las sábanas olían a alcanfor y a algodón viejo. La cama dejaba escapar chirridos metálicos cada vez que me movía y, cuando me estaba quieto, toda la habitación parecía temblar y vibrar, como si quisiera adaptarse a tener compañía por primera vez en tantos años. Me quede allí, tendido, durante lo que parecieron siglos, pero debí de dormirme otra vez antes de que amaneciera, porque de repente Christian estaba inclinado sobre mí, y me sacudía suavemente por el hombro. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Me sobresalté, otra vez despierto, y me apoyé sobre los codos para mirar a mi alrededor. Estaba amaneciendo. </div>
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<br /></div>
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-¿Qué pasa, Chris? </div>
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-Lo siento, Steve. No puedo evitarlo. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Hablaba en voz baja, como si hubiera alguien más en la casa, alguien que fuera a despertarse si alzábamos la voz. Bajo aquella luz escasa, parecía más demacrado que nunca, tenía los ojos entrecerrados..., de dolor o de ansiedad, me pareció. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
-Tengo que marcharme unos días. No te faltará nada. Abajo he dejado una lista de instrucciones, dónde conseguir pan, huevos, todas esas cosas. Seguro que podrás usar mi cartilla de racionamiento hasta que llegue la tuya. No estaré fuera mucho tiempo, sólo unos días. Te lo prometo... </div>
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Se irguió y se dirigió hacia la puerta. </div>
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-Por Dios santo, Chris, ¿adonde vas? </div>
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-Adentro -fue todo lo que respondió, antes de que le oyera bajar pesadamente la escalera. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Me quedé inmóvil un momento, mientras trataba de aclarar mis ideas. Luego me levanté, me puse la bata y le seguí hasta la cocina. Ya había salido de la casa. Volví a la ventana del descansillo y le vi cruzar el patio, caminando rápidamente hacia el sendero sur. Llevaba un sombrero de ala ancha y un largo cayado negro. </div>
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<br /></div>
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También llevaba un macuto, incómodamente cargado al hombro. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
-¿Adentro de dónde, Chris? -pregunté a la figura que se alejaba. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Seguí contemplándole largo rato, incluso después de que desapareciera de la vista. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
-¿Qué está pasando, Chris? -pregunté a su dormitorio vacío, mientras vagaba inquieto por la casa. </div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Guiwenneth, decidí en mi sabiduría. Su pérdida, su marcha... ¡qué poco se puede deducir de la frase «se ha ido»! Y, a lo largo de nuestra charla de la noche anterior, no volvió a mencionar a su esposa. Yo había vuelto a Inglaterra esperando encontrar una pareja de jóvenes alegres, y en vez de eso, tropezaba con un hermano agotado, perturbado, que vivía a la sombra de la casa de la familia. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Por la tarde, ya estaba resignado a vivir en soledad una temporada, porque, dondequiera que hubiera ido Christian -y tenía una idea bastante aproximada- había dicho con toda claridad que estaría ausente algún tiempo. Había mucho trabajo pendiente en la casa y en el patio, y no imaginé mejor manera de pasar los días que tratando de reconstruir la personalidad de Refugio del Roble. Hice una lista de las reparaciones esenciales, y al día siguiente fui caminando hasta el pueblo más cercano para conseguir todos los materiales que pudiera, especialmente madera y pintura. Conseguí una cantidad razonable de ambas cosas. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Reanudé mi relación con la familia Ryhope y otras muchas de la zona con las que había tenido tratos en el pasado. También prescindí de los servicios de la cocinera por horas. Podía cuidarme perfectamente yo solo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Y, por último, visité el cementerio. Una sola visita, breve y fría. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Al mes de agosto siguió septiembre. Al amanecer y al anochecer, el aire refrescaba. El paso del verano al otoño era mi época favorita del año, aunque estuviera relacionada con el regreso a la escuela tras unas largas vacaciones, un recuerdo nada agradable. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Pronto me acostumbré a estar solo en la casa y, aunque daba largos paseos alrededor del bosque, vigilando el camino y aguardando el regreso de Christian, al final de la primera semana dejé de preocuparme por él. Me había instalado cómodamente en la rutina diaria de reconstruir el patio, pintar las maderas exteriores de la casa, preparándolas para el azote del invierno, y cavando en el enorme jardín, tan descuidado. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Durante el anochecer de mi undécimo día en casa, esta rutina doméstica se vio turbada por una circunstancia tan peculiar que, después, no pude dormir pensando en ella. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div>
<div style="text-align: justify;">
Había estado en la ciudad de Hobbhurst durante casi toda la tarde, y tras una cena ligera, me senté para leer el periódico. Alrededor de las nueve, cuando empezaba a sentirme predispuesto para un paseo nocturno, me pareció oír a un perro, no ladrando, sino más bien aullando. Lo primero que pensé fue que Christian regresaba, y lo segundo, que por aquellos alrededores no había perros. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Salí al patio. Acababa de caer la noche. Todavía había algo de luz, pero el bosque de robles sólo se divisaba como una mancha borrosa verde grisácea. Llamé a Christian, sin obtener respuesta. Estaba a punto de volver para seguir leyendo el periódico, cuando un hombre salió del bosque y caminó rápidamente hacia mí. Atado con una correa corta de piel, llevaba al perro más grande que había visto en mi vida. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Se detuvo junto a la valla de nuestros terrenos privados, y el perro empezó a gruñir. Apoyó las patas delanteras en la valla, demostrando que era casi tan alto como su amo. Me puse nervioso, y repartí mi atención entre las fauces abiertas de la oscura bestia y el extraño hombre que la dominaba. </div>
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<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
Me resultaba difícil distinguir sus rasgos, porque tenía la cara llena de dibujos negros, y los bigotes le caían más abajo de la barbilla. Tenía el pelo aplastado contra el cráneo, vestía una camisa oscura de lana y un chaquetón de cuero sin mangas, junto con una especie de pantalones a cuadros que le llegaban justo por debajo de las rodillas. Cuando cruzó cautelosamente la puerta de la valla, vi que calzaba unas sandalias de factura grosera. Llevaba un arco al hombro, y de su cinturón colgaba un puñado de flechas, atadas con una simple tira de piel. Tenía un cayado en la mano, igual que Christian. </div>
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Tras cruzar la verja, titubeó y me miró. El perro parecía tenso, se relamía y gruñía suavemente. Nunca había visto un perro como aquél, de pelo oscuro e hirsuto, con el morro puntiagudo de los alsacianos, y el cuerpo parecido al de un oso... aunque con patas largas y delgadas. Un animal preparado para la caza.</div>
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El hombre me habló, y por más que las palabras me resultaban familiares, no significaban nada. No sabía qué hacer, así que meneé la cabeza y dije que no comprendía. El hombre titubeó un segundó antes de repetir lo que había dicho, esta vez con tono claramente airado. Empezó a caminar hacia mí, tirando de la correa del perro para evitar que éste la tensara. Cada vez había menos luz, y cuanto más se me acercaba, más alto y gris parecía. El perro me miraba, hambriento.</div>
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-¿Qué quiere? -pregunté, tratando de que mi voz sonara firme, aunque lo que en realidad deseaba era echar a correr hacia la casa. </div>
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El hombre estaba a diez pasos de mí. Sé detuvo y habló otra vez, haciendo gestos como si comiera con la mano en que llevaba el cayado. Esta vez, le comprendí. </div>
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Asentí vigorosamente. </div>
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-Espere aquí -le dije. </div>
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Entré en la casa y busqué el trozo de cerdo frío que debía durarme cuatro días más. No era muy grande, pero me pareció el gesto más hospitalario que podía hacer. Cogí la carne, media hogaza de pan y una jarra de cerveza de botella, y lo saqué todo al patio. Ahora el desconocido estaba sentado en cuclillas, con el perro tendido junto a él, aunque me dio la impresión de que lo hacía de mala gana. Cuando fui a acercarme a ellos, el perro gruñó, y luego ladró de una manera que me hizo galopar el corazón. Casi dejé caer mis presentes. El hombre gritó al animal y me dijo algo a mí. Dejé la comida en el suelo y retrocedí unos pasos. La horrible pareja se acercó, y volvió a sentarse para comer. </div>
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Cuando el hombre cogió la carne, vi las cicatrices que cruzaban los enormes músculos de su brazo. También percibí su olor, un olor rancio y brutal, mezcla de sudor y orina y del fétido aroma de la carne putrefacta. Me sentí mareado, pero no me moví, y seguí mirando como el desconocido desgarraba el cerdo con los dientes y lo engullía sin apenas masticar. El perro me miraba. </div>
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Tras unos minutos, el hombre dejó de comer, me miró y, con sus ojos clavados en los míos, casi desafiándome a reaccionar, entregó el resto de la carne al perro. El animal dejó escapar un sonoro gruñido y se lanzó sobre ella. Masticó y engulló todo el trozo dé cerdo en menos de cuatro minutos, mientras el desconocido, cautelosamente -y, al parecer, sin demasiado agrado- bebía cerveza y devoraba un buen trozo de pan. </div>
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Por fin, el extraño banquete terminó. El hombre se puso en pie y dio un tirón a la correa del perro, que lamía ruidosamente el suelo. Dijo una palabra que, por intuición, reconocí como «Gracias». Estaba a punto de darse la vuelta, cuando el perro olfateó algo, dejó escapar primero un agudo aullido, y luego un ladrido estridente. Arrancó la correa de manos de su dueño, y echó a correr por el patio, en dirección a un punto situado entre los corrales del gallinero. Allí, olfateó y rascó el suelo hasta que su dueño le alcanzó, agarró la correa de cuero y le gritó furioso un buen rato. El perro fue con él, trotando en silencio, hacia la oscuridad más allá del patio. Corrieron a toda velocidad alrededor del bosque, hacia las granjas que rodeaban el pueblo de Grimiey, y eso fue lo último que vi de ellos. </div>
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Por la mañana, el lugar donde se habían sentado hombre y bestia seguía oliendo a rancio. Pasé rápidamente por allí y me dirigí hacia el bosque, al lugar por donde habían salido de entre los árboles mis extraños visitantes. Descubrí un rastro de pisadas y ramas rotas, y lo seguí durante unos metros hacia el interior, antes de detenerme y volver sobre mis pasos. </div>
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¿De dónde demonios habían salido? ¿Es que la guerra había tenido tales efectos en Inglaterra, que algunos hombres volvían a un estado salvaje, a usar el arco, las flechas y los perros de caza para sobrevivir? </div>
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Hasta el mediodía, no se me ocurrió investigar en el gallinero, el terreno que tan removido había quedado en sólo unos segundos de excavar. ¿Qué habría olfateado la bestia? De repente, se me heló el corazón. Me alejé corriendo de allí. Por el momento, no quería confirmar mis peores temores. </div>
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No puedo imaginar cómo lo supe: intuición, o quizá algo que mi subconsciente había detectado en las palabras y comportamiento de Christian la semana anterior, durante nuestro breve encuentro. En cualquier caso, a última hora de la tarde, tomé una pala, me dirigí al gallinero y, a los pocos minutos de excavar, mi intuición resultó ser cierta. </div>
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Necesité sentarme media hora junto a la puerta trasera de la casa para reunir el suficiente valor y descubrir por completo el cadáver de la mujer. Me costaba pensar, estaba algo mareado, pero sobre todo temblaba. Era un temblor de brazos y piernas, incontrolable, involuntario, y tan fuerte que apenas conseguí ponerme unos guantes. Pero, al fin, me arrodillé junto al agujero y quité el resto de la tierra que cubría el cadáver. </div>
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Christian la había enterrado a un metro de profundidad, boca abajo. Tenía el pelo largo, rojizo. Su cuerpo seguía envuelto en una extraña vestimenta verde, una especie de túnica estampada ajustada a los lados. Aunque ahora la tenía enrollada alrededor de la cintura, debió de llegarle hasta las pantorrillas. Había un cayado enterrado junto a ella. Volví la cabeza y contuve el aliento para no seguir respirando aquella intolerable putrefacción. Con un esfuerzo, le examiné el rostro. </div>
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Entonces, descubrí cómo había muerto: </div>
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Aún tenía la punta de la flecha y una parte del asta clavadas en un ojo. ¿Habría intentado Christian quitársela, consiguiendo sólo romperla? Lo que quedaba del asta bastó para mostrarme que tenía los mismos dibujos tallados que la que se encontraba en el estudio de mi padre. </div>
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Pobre Guiwenneth, pensé. Dejé caer el cadáver en el lugar de su descanso eterno, y volví a rellenar de tierra el agujero. Cuando entré otra vez en casa, estaba empapado en un sudor frío, y sabía que iba a vomitar. </div>
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<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-indice.html">Ir a Indice</a><br />
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-capitulo-1.html">Ir a Capítulo 1</a></div>
<div>
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-capitulo-3.html">Ir a capitulo 3</a></div>
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Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-48303482895987022752020-04-06T01:47:00.005-05:002020-05-27T18:26:52.056-05:00Bosque Mitago - Indice<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhM7TTlVnUD0OQtrPD0pryYewb5Vbw1_wJgSEpkhhSlRv-DpxjBkbltxhC7ZcJBZWp71YwHAdQMtzLZKyFWetHGHXE4fUvCT6dBDGmivyhcizgagmuLQH_lnGVpD7rhF3PWDmpkmRnlUio/s1600/1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="409" data-original-width="700" height="372" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhM7TTlVnUD0OQtrPD0pryYewb5Vbw1_wJgSEpkhhSlRv-DpxjBkbltxhC7ZcJBZWp71YwHAdQMtzLZKyFWetHGHXE4fUvCT6dBDGmivyhcizgagmuLQH_lnGVpD7rhF3PWDmpkmRnlUio/s640/1.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif; font-size: large;"><b><br /></b></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif; font-size: x-large;"><b>BOSQUE MITAGO</b></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif; font-size: large;"><b>Robert Holdstock</b></span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif; font-size: medium;"><b><br /></b></span></div>
<div style="text-align: center;">
<b style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif; font-size: x-large;">Indice</b></div>
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-prologo.html">Prólogo</a></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Primera Parte<br />Bosque Mítago</span></div>
<div style="text-align: center;">
<font face="arial" size="2"><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-capitulo-1.html">Capítulo 1</a><br />
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-capitulo-2.html?m=1">Capitulo 2</a><br />
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-capitulo-3.html">Capítulo 3</a><br />
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-capitulo-4.html">Capítulo 4</a><br />
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-capitulo-5.html">Capítulo 5</a></font><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Segunda Parte</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Los Cazadores del Bosque</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-parte-2-los-cazadores-del.html"><font face="arial" size="2">Capítulo 1</font></a></span></div><div style="text-align: center;"><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-parte-2-los-cazadodes-del.html"><font face="arial" size="2">Capítulo 2</font></a></div>
<div style="text-align: center;">
</div>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><b>RESEÑA</b></span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><b><br /></b></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Como vamos a estar varios días en cuarentena iré subiendo diariamente un capítulo de este libro que era de mis favoritos cuando era joven (y todavía)</span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">El joven Steve Huxley regresa a Inglaterra en 1948, después de pelear en la Segunda Guerra Mundial y pasar un tiempo reponiéndose de sus heridas en Francia.</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Steve regresa a la propiedad de su padres, Refugio del Bosque, en la ciudad inglesa de Herefordshire, donde se encuentra habitando su hermano Christian, después de que su padre, George Huxley, muriera un par de años antes.</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Cuando Steve se encuentra con Christian, sufre un shock al encontrar a su hermano envejecido prematuramente, encanecido, con las mejillas demacradas y una mirada ausente.</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Steve se da cuenta que su hermano sufre la misma obsesión que su padre. Una obsesión con el bosque Ryhope, el bosque que colinda con su casa.</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Su padre los trató con mucha deferencia desde que eran pequeños, pues realizaba excursiones en el bosque que duraban varios meses, y lo único relevante en su vida eran los sucesos ocurridos en ese bosque.</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Christian le explica la razón de su obsesión a Steve, la cual involucra la verdadera naturaleza del bosque Ryhope, a pesar de que la extensión de dicho lugar es de unos cuantos kilómetros cuadrados, una persona no puede llegar nunca al corazón del bosque si camina en linea recta, el bosque es un laberinto excéntrico, y solo tiene algunas entradas en ciertos lugares específicos.</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Y otra cosa más perturbadora aún, cuando una persona entra en el bosque se genera un ser, el cual se crea con la energía del bosque y es producido por el inconsciente. Los arquetipos de la memoria racial toman vida, de carne y hueso. Estos seres son llamados Mitagos.</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Bosque Mitago para mi gusto es el libro de fantasía más importante del siglo XX. Se que mucha gente consideraría que este puesto le pertenece al señor de los anillos, de Tolkien, sin embargo no hay punto de comparación entre estos dos libros.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Hablar de porque este libro es tan interesante sería echar a perder la experiencia, las implicaciones de la historia, el análisis del mito y la figura heroica, la prosa trabajada como el tallado de un diamante, el estudio psicológico de los personajes que habitan este micro-universo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Bosque Mitago es una belleza, no solo por lo que narra, sino por lo que significa, un alejamiento de las fantasías masturbatorias, de héroes buenos hasta los huesos y malos que venderían a su madre por una goma de mascar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Es otra cosa completamente, es lo contrario de la evasión, es encarar los miedos más atávicos y profundos. Abrazar la leyenda y entenderla, entender que lo que nos hizo humanos desde la era neolítica no fue la domesticación del fuego, sino el nacimiento de la historia oral. </span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Es una historia de fantasía moderna, es decir que aunque es de fantasía no tiene nada de duendes, ni elfos, ni dragones, ni nada de eso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Toma su inspiración de las mitologías celtas con una fuerte y muy marcada influencia de la psicología Jungniana.</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Premio mundial de fantasía de 1985, con una trama que atrapa desde el primer momento y una escritura bastante ligera pero que logra crear la atmósfera perfecta es un libro que seguramente disfrutarás mucho de inicio a fin.</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Este post se irá actualizando conforme se agreguen capítulos.</span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">El libro esta des-catalogado desde hace un millón de años y de momento nadie </span><span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">tiene la intención de reeditarlo. Difícilmente lo vas a encontrar usado y mucho menos nuevo.</span></div>
</div>
</div>
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">-------------------------------------------------------------------------------------------------------------</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><b><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-prologo.html">Prólogo</a></b></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><b>Primera Parte<br />Bosque Mítago</b></span></div>
<div style="text-align: center;">
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-capitulo-1.html">Capítulo 1</a><br />
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-capitulo-2.html?m=1">Capitulo 2</a><br />
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-capitulo-3.html">Capítulo 3</a><br />
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-capitulo-4.html">Capítulo 4</a><br />
<a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-capitulo-5.html">Capítulo 5</a><br />
<br />
<b><span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Segunda Parte</span></b><br />
<b><span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;">Los Cazadores Salvajes</span></b><br />
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-parte-2-los-cazadores-del.html">Capítulo 1</a></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/05/bosque-mitago-parte-2-los-cazadodes-del.html">Capítulo 2</a></span><br />
Capítulo 3 (Aún no disponible)<br />
Capítulo 4 (Aún no disponible)<br />
Capítulo 5 (Aún no disponible)<br />
Capítulo 6 (Aún no disponible)<br />
Capítulo 7 (Aún no disponible)<br />
Capítulo 8 (Aún no disponible)<br />
Capítulo 9 (Aún no disponible)<br />
Capítulo 10 (Aún no disponible)<br />
<br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><b>Tercera Parte</b></span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><b>El Corazón del Bosque</b></span><br />
<span style="font-family: inherit;">El Interior (Aún no disponible)</span><br />
<span style="font-family: inherit;">Narradora de la vida (Aún no disponible)</span><br />
<span style="font-family: inherit;">Lugares abandonados (Aún no disponible)</span><br />
<span style="font-family: inherit;">Nigromante (Aún no disponible)</span><br />
<span style="font-family: inherit;">El valle (Aún no disponible)</span><br />
<span style="font-family: inherit;">El corazón del bosque (Aún no disponible)</span><br />
<span style="font-family: inherit;">Coda (Aún no disponible)</span><br />
<b><span style="font-family: "trebuchet ms", sans-serif;"><br /></span></b></div>
</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
</div>
</div>
Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-7810759201111192132020-04-06T01:47:00.001-05:002020-05-11T18:56:01.064-05:00Bosque Mítago - Capítulo 1<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1iiJaCyF1DBX13EaZxrPZSx9-s0EmrTf13-z3n1L_FPxVBudFHmGXbOBLNbTB44MUAT4zJhjcSy30cX7_66JZpt8CdgcgPz5lCgY-HuWgXwNkcmXH9RJY2ichTfkM9oAb-_IxdFnY-D8/s1600/7e3d695c29acf4f3066481ca85725a96.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1iiJaCyF1DBX13EaZxrPZSx9-s0EmrTf13-z3n1L_FPxVBudFHmGXbOBLNbTB44MUAT4zJhjcSy30cX7_66JZpt8CdgcgPz5lCgY-HuWgXwNkcmXH9RJY2ichTfkM9oAb-_IxdFnY-D8/s400/7e3d695c29acf4f3066481ca85725a96.jpg" width="400" /></a></div>
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">En mayo de 1944 recibí los papeles de alistamiento y, de mala gana, partí hacia la guerra. Mi entrenamiento tuvo lugar en Lake District, y luego me embarcaron hacia Francia con el Séptimo de Infantería.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">La noche anterior a la partida, estaba tan enfadado con mi padre por su aparente despreocupación en lo relativo a mi seguridad, que, cuando se durmió, me acerqué silenciosamente a su escritorio y arranqué una página de su libreta, el diario donde detallaba su trabajo silencioso y obsesivo. El fragmento tenía como única fecha «Agosto del 34», y lo leí muchas veces, desesperado por no comprender nada, pero contento de haberle arrebatado al menos una pequeña parte de su vida, una parte que me sustentaría en aquellos días dolorosos y solitarios.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">La anotación comenzaba con un amargo comentario sobre las pérdidas de tiempo que se le imponían: el mantenimiento de Refugio del Roble, nuestro hogar familiar, las exigencias de sus dos hijos, y la difícil relación con su esposa, Jennifer. Si mal no recuerdo, por aquel tiempo mi madre estaba gravemente enferma. Terminaba con un párrafo memorable por su incoherencia:</span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Una carta de Watkins. Está de acuerdo conmigo en que, en ciertas épocas del año, el aura que rodea el bosque puede llegar hasta la casa. Debo meditar sobre las implicaciones. Quiere conocer el poder del vórtice roble que he medido. ¿Qué le cuento? Desde luego, nada del primer mitago. También he notado que la zona premitago es cada vez más rica. Pero, al mismo tiempo, es evidente que pierdo progresivamente el sentido del tiempo.</span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Atesoré este pedazo de papel por muchas razones, pero sobre todo, porque representaba los escasos momentos de interés apasionado de mi padre... aunque, al mismo tiempo, no podía compartir este interés, igual que no podía compartir su vida cuando estaba en casa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Me hirieron a principios de 1945, y cuando terminó la guerra, me las arreglé para quedarme en Francia. Viajé hacia el sur para pasar la convalecencia en un pueblo de las colinas que hay más allá de Marsella, y allí viví con unos viejos amigos de mi padre. Era un lugar cálido, seco, silencioso y tranquilo. Me pasaba horas y horas sentado en la plaza del pueblo, y pronto se me consideró parte de la pequeña comunidad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Las cartas de mi hermano Christian, que había vuelto a Refugio del Roble cuando terminó la guerra, me llegaban puntualmente todos los meses durante el largo año de 1946. Eran cartas alegres, informativas, pero parecían cada vez más tensas: evidentemente, la relación de Christian con nuestro padre se deterioraba por momentos. El viejo no me escribió nunca, pero tampoco lo esperaba. Hacía mucho que me había resignado, lo máximo que obtendría de él sería indiferencia. Toda la familia no era más que una intrusión en su trabajo. Su sentimiento de culpabilidad por habernos descuidado, y sobre todo por haber hecho que nuestra </span><span style="font-family: inherit;">madre se suicidara, se convirtió rápidamente, durante los primeros años de guerra, en una locura histérica verdaderamente aterradora. Esto no quiere decir que estuviera gritando siempre; todo lo contrario, se pasaba la mayor parte del tiempo en silencio, absorto en la contemplación del bosque de robles cercano a nuestra casa. Estos períodos de silencio, que al principio no le enfurecían por la distancia que interponían entre la familia y él, se convirtieron pronto en una auténtica bendición.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Murió en noviembre de 1946, de una enfermedad que le había aquejado durante años. Cuando me enteré, me sentí dividido entre lo poco que me atraía volver a Refugio del Roble, en un rincón de Ryhope, en Herefordshire, y el evidente malestar de Christian. Ahora, mi hermano estaba solo en la casa donde habíamos pasado juntos la infancia. Me lo imaginaba recorriendo las habitaciones vacías, quizá sentado en el estudio húmedo e insalubre de nuestro padre, recordando las horas de rechazo, el olor a madera y mantillo que acompañaba al viejo al cruzar las puertas con paneles de cristal cuando regresaba de sus expediciones de una semana a lo más profundo del bosque. Éste se había extendido por esa habitación, como si mi padre no soportara estar lejos de los matorrales bajos y as húmedas sombras de los robles, ni siquiera cuando recordaba que tenía una familia. Demostraba recordarnos de la única manera en que sabía hacerlo: contándonos -sobre todo, contando a mi hermano- historias sobre los antiguos bosques que se divisaban desde la casa, sobre los robles, fresnos, hayas y otros árboles en cuyo oscuro interior (dijo una vez) aún se podía oír y oler al jabalí salvaje, incluso seguir sus huellas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Yo dudaba de que hubiera visto nunca a ese animal, pero aquella noche, sentado junto a la ventana de mi habitación, contemplando el pueblecito en las colinas (todavía llevaba la carta de Christian en la mano, hecha una bola), recordé con claridad cómo me había dedicado a escuchar los gruñidos lejanos de algún animal del bosque, cómo atendía al ruido del pesado desplazamiento de algo muy grande que se adentraba hacia el bosque por el ventoso camino que llamábamos Sendero Profundo, una ruta que transcurría en espiral hacia el mismo corazón del bosque.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Sabía que debía volver a casa, pero retrasé el viaje casi otro año. Durante ese tiempo, las cartas de Christian cesaron bruscamente. En la última, fechada el diez de abril, escribía sobre Guiwenneth, acerca de su extraño matrimonio, y aseguraba que me sorprendería la encantadora muchacha por la que había perdido </span><span style="font-family: inherit;">«corazón, mente, alma, razón, talento para cocinar y casi todo lo demás, Steve».</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Le escribí para darle la enhorabuena, claro, pero durante los meses siguientes no hubo ninguna comunicación más entre nosotros.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Por fin, le escribí para hacerle saber que volvía a casa, que me quedaría en Refugio del Roble unas semanas, y luego buscaría alojamiento en alguna de las ciudades cercanas. Me despedí de Francia y de la comunidad que se había convertido en una parte importante de mi vida. Viajé hasta Inglaterra en autobús y tren, en ferry y otra vez en tren. El 20 de agosto, en coche de caballos, llegué hasta el tendido de ferrocarril en desuso que marcaba el límite de los terrenos. Refugio del Roble estaba al otro lado, a seis kilómetros si se daba un rodeo por la carretera, pero mucho más cerca por un camino que atravesaba los campos y bosquecillos de la finca. Mi intención era tomar la ruta más rápida, así que cogí lo mejor que pude mi única y destartalada maleta y eché a andar por el descuidado sendero. De cuando en cuando, echaba un vistazo por encima del alto muro de ladrillo rojo que señalaba los límites de la propiedad, tratando de ver algo a través de la espesura de pinos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Pronto desaparecieron tanto el bosque como el muro, y la tierra se convirtió en una serie de campos bordeados de árboles, a los que entré por un desvencijado </span><span style="font-family: inherit;">portillo con escalones de madera, casi oculto bajo las raíces de fresno y los arbustos fresales. No me costó poco abandonar la vía pública y avanzar por el camino sur que atravesaba los bosquecillos, serpenteando junto al riachuelo llamado «arroyo arisco», hacia la casa cubierta de hiedra que era mi hogar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Se acercaba el mediodía y el calor arreciaba cuando por fin avisté Refugio del Roble. En algún lugar, a mi izquierda, se oía el sonido de un tractor. Pensé en el viejo Alphonse Jeffries, el encargado de los terrenos. Y, junto con su rostro bronceado, sonriente, recordé la alberca del molino y el pequeño bote de remos desde el que solía pescar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">El recuerdo de la tranquila alberca se apoderó de mí, y me aparté del sendero sur, pese a que las ortigas me llegaban a la cintura, y los fresnos y los espinos crecían por doquier. Me acerqué a la orilla de la amplia alberca sombreada. El espeso bosque de robles del otro lado impedía verla en toda su extensión. Casi oculto entre los arbustos que poblaban la orilla más cercana estaba el pequeño bote desde el que Chris y yo solíamos pescar años antes. Había perdido casi por completo la capa de pintura blanca y, aunque el casco parecía intacto, dudé que soportara el peso de un hombre adulto. No lo toqué. Me limité a rodear la alberca para sentarme en los desiguales escalones de cemento que llevaban al desvencijado embarcadero. Desde allí, contemplé la superficie de la alberca, poblada por nubes de insectos, sólo alterada por el paso de algún que otro pez.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Sólo nos harían falta un par de palos y un trozo de cordel. </span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">La voz de Christian me sobresaltó. Debía de haber caminado desde el Refugio por el sendero que la vegetación me impedía ver. Alegre, me puse en pie de un salto y me volví hacia él. La sorpresa que me causó su aspecto fue tan brutal como si me hubieran golpeado, y creo que se dio cuenta, aunque le rodeé con los brazos y le di un fuerte abrazo fraternal.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Tenía que ver otra vez este lugar -dije.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Te comprendo -asintió, mientras nos separábamos-. Yo suelo venir a menudo</span><br />
<span style="font-family: inherit;">.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Nos miramos, y se hizo un extraño silencio. Y, de pronto, tuve la certeza de que no le alegraba verme.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Estás muy moreno -señaló -. Y muy demacrado. Saludable y enfermo al mismo tiempo...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Sol mediterráneo, recogida de la uva y una granada de metralla. Aún no me he recuperado del todo. -Sonreí-. Pero me encanta estar de vuelta y verte de nuevo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Sí -respondió vagamente-. Me alegra que hayas regresado Steve. Me alegra mucho. Me temo que la casa... bueno, no está muy ordenada. Tu carta no llegó hasta ayer, y no he tenido tiempo de hacer nada. Pronto verás que las cosas han cambiado bastante.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Sobre todo él. Apenas podía creer que éste fuera el joven alegre y vivaz que marchó con su unidad en 1942. Había envejecido de una manera increíble, tenía el pelo surcado de hebras grises, más evidentes al llevarlo largo y sucio. Me recordó a nuestro padre: la misma mirada distante, ausente, idénticas mejillas demacradas, idénticas arrugas profundas en todo el rostro. Pero lo que más me chocaba era su porte en general. Siempre había sido del tipo recio, musculoso. Ahora era como el proverbial espantapájaros, flaco, desgarbado, siempre nervioso. Lanzaba miradas hacia todas partes, pero sin concentrarse nunca en mí. Y olía. A bolas de naftalina, como si la camisa blanca y los anchos pantalones grises que llevaba acabaran de salir del armario. Y había otro olor, por debajo del de la naftalina..., el punzante aroma de bosque y hierba. Tenía tierra en las uñas y en el pelo, y sus dientes amarilleaban.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Con el paso de los minutos, pareció relajarse ligeramente. Discutimos un poco, reímos otro poco y paseamos alrededor de la alberca, golpeando los arbustos con </span><span style="font-family: inherit;">palos. Pero no podía librarme de la sensación de haber llegado a casa en un mal momento.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-¿Fue difícil... lo del viejo? Me refiero a los últimos días. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Negó con la cabeza.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Durante las dos últimas semanas, más o menos, le atendió una enfermera aquí. No puedo decir que muriera en paz, pero al menos dejó de hacerse daño a sí mismo... y, de paso, a mí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Iba a preguntártelo. En tus cartas sugerías que había cierta hostilidad entre vosotros.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Christian frunció los labios en una sonrisa sombría, y me miró con una expresión extraña, algo a medio camino entre el asentimiento y la sospecha.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Más bien una guerra abierta. Poco después de que yo regresara de Francia, se volvió bastante loco. Tendrías que haber visto la casa, Steve. Tendrías que haber visto al viejo. Creo que llevaba meses sin lavarse. No sé qué habría estado comiendo... Desde luego, nada tan sencillo como huevos y carne. Para ser sincero, durante unos meses creí que se alimentaba de madera y hojas. Estaba en unas condiciones desastrosas. Me dejó ayudarle con su trabajo, pero pronto empezó a odiarme. Trató de matarme más de una vez, Steve. Y lo digo en serio, auténticos atentados contra mi vida. Supongo que tenía un motivo...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">El relato de Christian me dejó atónito. La imagen de mi padre había cambiado. De ser un hombre frío, resentido, a convertirse en una figura enloquecida que se lanzaba sobre mi hermano para golpearle con los puños.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Siempre pensé que te quería más a ti. Era a ti a quien contaba las historias del bosque. Yo escuchaba, pero siempre era a ti a quien sentaba sobre sus rodillas. </span><span style="font-family: inherit;">¿Por qué iba a intentar matarte?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Me involucré demasiado -fue toda la respuesta de Christian. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Me ocultaba algo, algo de importancia fundamental. Se le notaba en el tono de voz, en la expresión hosca, casi resentida. ¿Debía presionarle o no? Difícil decisión. Nunca me había sentido tan lejos de mi propio hermano. Me pregunté si su comportamiento repercutía en Guiwenneth, la chica con quien se había casado. Me pregunté qué clase de atmósfera estaría respirando la pobre en Refugio del Roble.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Saqué el tema de la chica con precaución. Christian golpeó furioso los arbustos de la alberca.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Guiwenneth se ha ido -fue toda su respuesta. Me detuve, sobresaltado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-¿Qué quieres decir, Chris? ¿Adonde ha ido?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Simplemente se ha ido -replicó furioso, de mala gana-. Pertenecía a papá, se ha ido, y no hay más que hablar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-No sé qué quieres decir. ¿Dónde está? En tu carta parecías tan feliz...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-No debí escribirte sobre ella. Fue un error. Ahora, deja el tema, ¿vale?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Después de aquella réplica, me sentía cada vez más intranquilo con Christian.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Desde luego, le sucedía algo terrible, y era evidente que la partida de Guiwenneth había contribuido en gran manera a aquel terrible cambio que no podía dejar de advertir. Pero también sentí que había algo más. Y no podía saber qué era, a menos que </span><span style="font-family: inherit;">Christian hablara de ello.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Lo siento -fueron las únicas palabras que conseguí formular.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-No lo sientas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Caminamos en dirección al bosque, donde el suelo se volvía fangoso e inseguro durante unos metros, antes de desaparecer en un pantano musgoso de piedras, raíces y madera putrefacta. Los rayos del sol apenas conseguían atravesar el espeso follaje de los árboles, y hacía frío. Los densos arbustos se movían con la brisa, y vi como el bote se mecía ligeramente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Christian siguió la dirección de mi mirada, pero no se fijó en el bote ni en la alberca. Estaba perdido en algún lugar de sus propios pensamientos. Durante un </span><span style="font-family: inherit;">breve instante, la tristeza me atenazó al ver a mi hermano tan destruido en aspecto y actitud. Quería desesperadamente tocarle el brazo, estrecharle, y era terrible, pero me daba miedo hacerlo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-¿Qué demonios te ha pasado, Chris? ¿Estás enfermo? -le pregunté con una voz bastante serena. Por un momento no respondió.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-No estoy enfermo -dijo al final.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Dio una patada a una seta seca, que quedó convertida en un polvillo que la brisa arrastró. Me miró con algo parecido a la resignación en su rostro obsesionado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-He cambiado un poco, nada más. He retomado el trabajo del viejo. Quizá se me haya pegado algo de su indiferencia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Si es así, quizá deberías dejarlo una temporada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-¿Por qué?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Porque la obsesión del viejo terminó por matarle. Y, por tu aspecto, sigues el mismo camino.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Christian sonrió un instante, y lanzó el palo a la alberca, donde salpicó un poco y quedó flotando en un charco de sucias algas verdes.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Quizá valga la pena morir por lo que él buscaba..., aunque no lo encontrara.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">No comprendí el tono dramático en la afirmación de Christian. El trabajo que tanto había obsesionado a nuestro padre consistía en dibujar mapas del bosque, en buscar pruebas de la existencia de sus antiguos pobladores. Había inventado toda una nueva jerga para su propio uso, y consiguió dejarme completamente al margen, sin la menor posibilidad de comprender su trabajo. Se lo dije a Christian.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Es muy interesante, pero no tanto como crees -añadí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Hacía mucho, mucho más que dibujar mapas. Pero ¿recuerdas esos mapas, Steve? Increíblemente detallados...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Recordaba uno con bastante claridad, el más grande de todos. Mostraba con gran precisión los senderos y los caminos menos importantes, que atravesaban los grupos de árboles y montículos pedregosos. Los claros estaban dibujados con precisión casi obsesiva, cada uno numerado e identificado, y todo el bosque aparecía dividido en zonas con nombre propio. Una vez, Chris y yo montamos un campamento en uno de los claros, en el bosque, aunque no nos adentramos demasiado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Muchas veces intentamos adentrarnos más. ¿Recuerdas aquellas expediciones, Chris? En cuanto terminaba el sendero profundo, nos perdíamos. Y nos asustábamos mucho.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Cierto -replicó Christian con voz tranquila, mientras me miraba de una manera enigmática-. ¿Y si te dijera que el bosque nos impidió entrar? -añadió -, ¿Me creerías?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Contemplé los grupos de arbustos, árboles y sombras, donde apenas llegaba la luz del sol.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Supongo que, en cierto modo, lo hizo -respondí-. Nos impidió adentrarnos más porque nos hizo tener miedo, porque hay pocos senderos y está lleno de piedras y raíces... Es muy difícil caminar por ahí. ¿Te refieres a eso? ¿O a algo un poco más siniestro?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-«Siniestro» no es la palabra que yo utilizaría -señaló Christian. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Pero, por el momento, no añadió nada más, Se agachó para recoger una hoja de un roble pequeño, inmaduro, y la frotó entre el índice y el pulgar antes de aplastarla con el puño. Todo esto sin dejar de mirar hacia el bosque.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Éste es un bosque de robles, Steve. Un bosque virgen desde los tiempos en que todo el país estaba cubierto de bosques de árboles caducos: robles, fresnos, saúcos, serbales, espinos...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Y todos los demás -le interrumpí con una sonrisa-. Recuerdo la lista que nos hacía el viejo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Cierto. Y hay más de cinco kilómetros cuadrados de bosque desde aquí hasta Grimiey. Cinco kilómetros cuadrados de auténtico bosque posterior a la Era Glaciar. Y ha permanecido intacto, sin que nadie lo invadiera, durante miles de años.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Pareció despertar de un sueño, y me miró con gesto duro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Se resisten a cambiar -añadió.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Siempre pensó que había jabalíes vivos ahí dentro -dije-. Recuerdo que una noche oí algo, y él me </span><span style="font-family: inherit;">convenció de que se trataba de un jabalí salvaje, de un enorme jabalí que corría por el lindero del bosque, en busca de una hembra.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Christian echó a andar de vuelta hacia el embarcadero, y le seguí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Seguramente tenía razón. Si ha sobrevivido algún jabalí de la Edad Media, estará en un bosque como éste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Como estaba pensando en sucesos acaecidos muchos años antes, los recuerdos fueron regresando muy despacio. Volví a ver imágenes de mi infancia: el sol abrasador sobre la piel arañada por las zarzas, las excursiones de pesca a la alberca del molino, los campamentos entre los árboles, los juegos, las exploraciones... y, una y otra vez, recordé a Brezo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Mientras volvíamos hacia el pisoteado sendero que llevaba al Refugio, discutimos sobre la visión. Yo tenía nueve o diez años. Íbamos hacia el Arroyo Arisco a pescar, y decidimos probar nuestros palos y cordeles en la alberca del molino con la vana esperanza de atrapar a alguno de los peces depredadores que allí vivían. Cuando nos acuclillamos junto al agua -sólo nos atrevíamos a salir con el bote si nos acompañaba Alphonse-, vimos un movimiento entre los árboles, al otro lado de la orilla. Fue una visión asombrosa, que nos dejó subyugados durante los meses siguientes..., además de aterrorizarnos, desde luego. De pie, mirándonos, había un hombre vestido con pieles marrones. Se ceñía con un ancho cinturón brillante, y la barba hirsuta, anaranjada, le llegaba al pecho. Llevaba unas ramitas en la cabeza, sujetas a la coronilla con una tira de cuero. Nos contempló sólo un instante, antes de volver a la oscuridad. No oímos ni un ruido durante aquel lapso, ni cuando se acercó, ni cuando desapareció.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Corrimos de vuelta a la casa, y llegamos ya algo más tranquilos. Christian concluyó que debía de tratarse del viejo Alphonse, que nos quería tomar el pelo. Cuando le mencionó a nuestro padre lo que habíamos visto, éste reaccionó casi con furia, aunque Christian creía recordar que se había puesto nervioso, y que si nos gritó fue por eso, no por habernos acercado a la alberca prohibida. Fue nuestro padre quien empezó a llamarle «el Brezo», refiriéndose a las ramas de brezo que llevaba en la cabeza. Y, poco después de que se lo contáramos, desapareció en el bosque durante casi dos semanas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Fue la vez que volvió herido, ¿recuerdas? - Ya habíamos llegado a Refugio del Roble, y Christian me abrió la puerta de la valla.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-La herida de flecha. La flecha gitana. Dios, fue un día terrible.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-El primero de muchos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Advertí que la mayor parte de la hiedra había desaparecido de los muros de la casa. Ahora era un lugar gris, con pequeñas ventanas sin cortinas entre el ladrillo oscuro. El tejado, con sus tres esbeltas chimeneas, quedaba parcialmente oculto entre las ramas de una enorme haya vieja. El patio y los jardines estaban sucios, descuidados; el corral de los pollos, vacío; los establos para animales, deteriorados, casi en ruinas. Desde luego, Chris lo había descuidado todo. Pero, cuando atravesé el umbral, me sentí como si nunca hubiera estado fuera de allí. La casa olía a comida rancia y a cloro, y casi pude ver la esbelta silueta de mi madre, limpiando la enorme mesa de pino de la cocina, con los gatos a su alrededor, tendidos en el suelo de losetas rojas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Christian estaba tenso otra vez. Me miraba de esa manera inquieta que delataba su intranquilidad. Supuse que aún no sabía si alegrarse o enfadarse conmigo por haber vuelto a casa. Por un momento, me sentí como un intruso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-¿Por qué no deshaces las maletas y te refrescas un poco? -me dijo-. Puedes instalarte en tu vieja habitación. Supongo que estará mal ventilada, pero no tardará en airearse. Luego, cuando bajes, podemos comer algo. En cuanto tomemos el té, tendremos todo el tiempo del mundo para charlar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Sonrió, y me pareció que era un intento de hacer un chiste. Pero siguió hablando rápidamente, mientras me miraba con frialdad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Porque, si te vas a quedar en casa una temporada, más vale que sepas lo que está pasando aquí. No quiero que te entrometas en esto, ni en lo que estoy haciendo, Steve.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-No me meteré en tu vida, Chris...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-¿No? Ya veremos. No negaré que tu presencia me pone nervioso. Pero, ya que has venido...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Se detuvo y, por un momento, pareció casi avergonzado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">-Bueno, ya hablaremos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: inherit;">----------</span></div>
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-indice.html">Ir a Indice</a></span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-prologo.html">Ir al Prólogo</a></span></div>
</div>
<div style="text-align: center;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: inherit;"><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-capitulo-2.html?m=1">Ir a Capítulo 2 </a></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-66679640493442711932020-04-06T01:46:00.001-05:002020-05-11T18:20:22.920-05:00Bosque Mítago - Prólogo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQYylUaP1WzRd9GUOig2fUn0TW6S2GW4EyS9EMSsu6smx9hJGw-sLX04lTitP5eZVKogHa7EjAVPtEhpPuBgxuBSp2z-0g4moib0kJKM74NuD4mLZ7LMufT5NB_qaFL9oFPVyZ5lOp28Q/s1600/1+%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="630" data-original-width="1200" height="168" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQYylUaP1WzRd9GUOig2fUn0TW6S2GW4EyS9EMSsu6smx9hJGw-sLX04lTitP5eZVKogHa7EjAVPtEhpPuBgxuBSp2z-0g4moib0kJKM74NuD4mLZ7LMufT5NB_qaFL9oFPVyZ5lOp28Q/s320/1+%25281%2529.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<b><i>Edward Wynne-Jones Esq. 15 College Road Oxford </i></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Edward:</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Tienes que volver al Refugio. ¡Por favor, no te retrases ni una hora! He descubierto un cuarto camino hacia las zonas más profundas del bosque. El arroyo. Qué obvio parece ahora... ¡un camino de agua! Pasa directamente a través del vórtice exterior de fresnos, más allá del sendero espiral y de las Cataratas de Piedra. Creo que nos servirá para llegar al mismo corazón del bosque. ¡Pero el tiempo, siempre el factor tiempo...!</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>He encontrado un pueblo llamado los shamiga. Viven más allá de las Cataratas de Piedra. Vigilan los vados del río, pero descubrí con gran satisfacción que les encanta contar historias. Ellos lo llaman «narrar la vida». La narradora de la vida es una jovencita que se pinta la cara de verde y cuenta las historias con los ojos cerrados, para que las sonrisas o gestos desaprobadores de los que escuchan no la hagan «cambiar de forma» a los personajes de la historia. La escuché durante mucho tiempo, pero lo más importante que oí fue un fragmento que sólo puede pertenecer a la historia de Guiwenneth. Era una versión precéltica del mito, pero estoy seguro de que se refiere a la chica. Esto es lo que conseguí entender:</i></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>«Una tarde, tras matar a un ciervo con astas de ocho puntas, a un jabalí más alto que dos hombres, y corregir los malos modales de cuatro pueblos, Mogoch, un jefe, se sentó junto a la orilla para descansar. Era de constitución tan gigantesca, que las nubes casi le tapaban la cabeza. Metió los pies en el mar, junto a la base de los acantilados, para refrescarse. Luego se reclinó hacia atrás y observó la reunión que tenía lugar entre dos hermanas sobre su fertilidad.</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>»Las hermanas eran gemelas, ambas hermosas, de hablar dulce y hábiles con el arpa. Pero una de ellas se había casado con el jefe guerrero de una gran tribu, y pronto descubrió que su vientre no podía concebir. Se volvió tan agria como la leche que ha quedado demasiado tiempo expuesta al sol. La otra hermana se había casado con un guerrero exiliado llamado Peregu. El campamento de Peregu estaba en los más profundos desfiladeros de la parte más lejana del bosque, pero acudía junto a su amada en forma de lechuza. Ella acababa de tener una hija, pero, como Peregu estaba exiliado, la hermana de rostro amargado y su ejército se habían presentado para llevarse a la criatura.</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>»Tuvo lugar una gran discusión, y las armas chocaron. La amada de Peregu ni siquiera había tenido tiempo de ponerle nombre a la niña, cuando su hermana le arrebató el pequeño bulto envuelto en telas y lo alzó sobre su cabeza, para ser ella quien le diera nombre.</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>»Pero el cielo se oscureció, y aparecieron diez urracas. Eran Peregu y sus nueve hermanos de espada, mutados por la magia del bosque. Peregu descendió en picado, tomó a la niña entre sus garras y se remontó, pero un tirador le derribó con su honda. La niña cayó, pero los otros pájaros la recogieron en el aire y se la llevaron. Así que fue llamada Hurfathana, que quiere decir "la niña criada por urracas".</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>»Mogoch, el jefe, contempló todo esto con diversión despectiva, pero sentía respeto por el difunto Peregu. Recogió al pajarilla y le devolvió la forma humana. Como tenía miedo de aplastar pueblos enteros si excavaba una tumba con el dedo, Mogoch se metió al exiliado muerto en la boca, y se arrancó un diente para que le sirviera de lápida funeraria. Así, Peregu fue enterrado bajo una gran piedra blanca, en un valle que respira.»</i></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<i>No hay duda, se trata de una versión primitiva de la historia de Guiwenneth, y supongo que comprendes mi emoción. La última vez que vino la chica, pude preguntarle sobre su tristeza. Me dijo que se había extraviado. No conseguía dar con el valle que respiraba, ni la brillante roca bajo la que yacía su padre. Es la misma historia. ¡Lo sé, lo presiento! Tenemos que invocarla de nuevo. Tenemos que ir otra vez más allá de las Cataratas de Piedra. Necesito tu ayuda.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>¿Quién sabe dónde y cuándo terminará esta guerra? Pronto llamarán a filas a mi hijo mayor, y Steven no tardará en seguirle. Entonces, tendré más libertad para explorar el bosque y hablar con la chica.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Tienes que venir, Edward.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Un saludo afectuoso.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>George Huxley </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: right;">
<i>Diciembre de 1941</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i>-------------------------------------------</i></div>
<div style="text-align: center;">
<i><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-indice.html">Ir al Indice</a></span></i><br />
<i><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><a href="https://marcomavil.blogspot.com/2020/04/bosque-mitago-capitulo-1.html">Ir a Capítulo 1</a></span></i></div>
</div>
Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-48067161194157826082020-04-02T04:20:00.001-06:002023-05-11T17:51:55.024-06:00Covid-19 y Hitchcock<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFVyJ074u9VGkWDZPOUUgFGyyRX-ctKISa3LgP5Z8F2WYPFnweYG9wZKl0b_aTs_d4FfXUB0AC4-dotSowqNwCadEcGe8uNppFPxg584feDrNRPxM3Wy0XaLHmFjSftdM3MGdZc4a-bRY/s1600/covidhitchcock.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="281" data-original-width="660" height="272" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFVyJ074u9VGkWDZPOUUgFGyyRX-ctKISa3LgP5Z8F2WYPFnweYG9wZKl0b_aTs_d4FfXUB0AC4-dotSowqNwCadEcGe8uNppFPxg584feDrNRPxM3Wy0XaLHmFjSftdM3MGdZc4a-bRY/s640/covidhitchcock.png" width="640" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;"><div>Si nos detenemos a reflexionar, resulta sorprendente cómo el coronavirus se asemeja a las técnicas narrativas de Alfred Hitchcock, el maestro del suspenso en el cine.</div><div><br /></div><div>En las historias de Hitchcock, nunca se mostraba al monstruo en su totalidad, ni se revelaban demasiados detalles sobre él. El director lo presentaba como una amenaza, a veces apenas una sombra, dejando que el espectador imaginara su propio monstruo. Esto se debía a que no todos tememos a las mismas cosas, y Hitchcock pretendía que el miedo surgiera desde dentro de cada uno. El monstruo o la amenaza que se percibía en la pantalla no era la misma para todos.</div><div><br /></div><div>Y afirmo que este virus es "hitchcockniano" porque parece seguir esa misma intención. Los noticieros nos presentan sus estragos y efectos en la televisión, acompañados de una música de fondo dramática e incluso siniestra. Utilizan una paleta de colores que enfatiza el dramatismo, tipografías que sugieren miedo y amenaza, y repiten una y otra vez la palabra "CORONAVIRUS". Además, escuchamos historias sobre cómo el primo de un amigo contrajo el virus y falleció. Sin embargo, nunca se nos brinda información concreta sobre el virus en sí. Solo nos dicen que está en todas partes, que debemos aislarnos o moriremos, y eso es todo. El resto, lo dejan a nuestra imaginación, invitándonos a buscar información (o desinformación) a nuestro antojo y quedarnos con lo que más se ajuste y satisfaga nuestra sed de vivir algo interesante y digno de Hollywood (aunque, seamos honestos, todos esperábamos un virus zombi).</div><div><br /></div><div>Al final, ya no le tememos al virus en sí, ya que ni siquiera lo conocemos. Le tememos a lo que imaginamos. Entonces, vienen y nos confirman: "Sí, es exactamente lo que piensas". Y, como a todos nos gusta tener la razón, transferimos nuestros miedos a la realidad y permitimos que nos controlen.</div><div><br /></div><div>Algunos podrían argumentar: "Las películas de Hitchcock no asustaban". Sin embargo, confunden el miedo con el terror... y este es otro aspecto crucial a tener en cuenta. Una población aterrorizada no es útil para nadie, pero una población con miedo es diferente...</div><div><br /></div><div>...y esto es solo el comienzo.</div></div>
</div>
Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-87823198830628272792020-03-05T10:35:00.001-06:002020-03-05T10:38:38.729-06:009 de Marzo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9g7solLjOw3QTAIfKQ2UAO5n_IeUUrp2dEE_cy0l9UjUc4TLDpwDpLyquJYqr6JHvXonT-7UIPX5iWGLxspuBRujEyb70mp-sywDZcim_Fx0cQoEjIw-rmSs3fjOvzsYis_mFsQOgvn8/s1600/1583426122703577-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
<img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9g7solLjOw3QTAIfKQ2UAO5n_IeUUrp2dEE_cy0l9UjUc4TLDpwDpLyquJYqr6JHvXonT-7UIPX5iWGLxspuBRujEyb70mp-sywDZcim_Fx0cQoEjIw-rmSs3fjOvzsYis_mFsQOgvn8/s1600/1583426122703577-0.png" width="400">
</a>
</div><div><div><br></div><div>El paro de mujeres del 9 de Marzo será una buena forma de protestar (o al menos lo sería si no estuviese politizado) pero de poco o nada servirá pues el impacto será inocuo y realmente ni si quiera tienen bien definido un objetivo.</div><div><br></div><div>La idea es que no vayan a trabajar, sinembargo con esto no se logrará que los machos opresores violadores hetero patriarcales falocentricos cisgenero pensemos "Como hace falta una mujer que realice X actividad"... Esto porque no existe una sola actividad o profesión en el ámbito laboral en todo México que no sean capaces de realizar hombres y mujeres por igual.</div><div><br></div><div>Así pues el 9 de marzo lo que faltarán serán profesionistas realizando su labor o personas realizando su oficio, no mujeres per se.</div><div><br></div><div>Otro punto que las ridículas brujas no pensaron es que su argumento de "qué van a hacer sin enfermeras? Sin cajeras? Sin etc..." solo refuerza los roles de género contra los que supuestamente ellas mismas luchan, esto porque con su afirmación y con el propio paro del día 9 lo que hacen es encasillar a la mujer en un rol laboral bien definido. Y claro, estos puestos son ocupados en su mayoría (no en su totalidad) por mujeres debido mayormente a ese rol de géneros establecido por, precisamente, el sistema heteropatriarcal malo mañoso que dice qué oficios son para hombres y qué oficios son para mujeres.</div><div><br></div><div>Quienes de verdad seguimos buscando igualdad y no simplemente blandimos eufemismos para conseguir privilegios lo único que notaremos es la falta que hace alguien en el puesto que ese día esté vacío, es decir, notaremos la falta de un profesionista no la de un hombre o una mujer en si mismos. Y ese es el punto que no pensaron, y por ello su paro no tendrá impacto pues aunque quizás en lo particular alguna se haya vuelto pieza fundamental de su lugar de trabajo y ya no sea alguien descartable están olvidando la famosa máxima del mundo laboral (e incluso de la vida cotidiana): "Nadie es indispensable"</div></div>Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-7402215564024798162020-02-14T05:35:00.000-06:002020-02-24T18:39:41.321-06:00Los cuchillos cortan los átomos?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;">
</div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Un cuchillo no atraviesa un átomo. A la escala de un átomo, el material que se corta y la cuchilla parecen esencialmente planos (bueno, áspero). Aquí hay una vista del filo de un cuchillo a través de un microscopio electrónico. La barra de escala es de 1 micrón, que es aproximadamente 1000 nanómetros y aproximadamente 10,000 veces más grande que un átomo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://qph.fs.quoracdn.net/main-qimg-72211a5ae31b1c631b1a0e81ba64e49a" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://qph.fs.quoracdn.net/main-qimg-72211a5ae31b1c631b1a0e81ba64e49a" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Las fuerzas necesarias para desgarrar los átomos son muy superiores a lo que puede entregar con un cuchillo y las longitudes involucradas son diferentes.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Entonces, ¿qué está pasando? Como puede ver, si bien pueden parecer suaves para nuestros ojos, los materiales reales son desordenados y no están hechos de arreglos organizados de átomos en absoluto. Los enlaces que mantienen unidos a los átomos en moléculas son fuertes, pero los enlaces que mantienen unidas a las moléculas (o los enlaces que mantienen unidos a grupos de moléculas) pueden ser mucho más débiles.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Cuando cortas estas cosas con un cuchillo, todo lo que realmente estás haciendo es empujar y deformar el material. Pero toda esa fuerza que está aplicando con su brazo se está enviando a una región un poco más estrecha que una micra. Desde el punto de vista del material en sí, esa fuerza deformará el material dramáticamente en la vecindad del filo de la cuchilla. Eventualmente, el material se deforma tanto que se rasgará: los enlaces más débiles entre las moléculas se separarán, especialmente cerca de defectos u otros puntos débiles en un material.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Un cuchillo no corta porque su filo se desliza entre cualquier cosa. Desde el punto de vista de las moléculas, un cuchillo afilado corta tan brutalmente como un cuchillo sin filo. Pero con un cuchillo afilado, puede aplicar toda su fuerza en un área mucho más pequeña y, por lo tanto, romper los enlaces entre las moléculas a medida que el material se deforma.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Randomhttp://www.blogger.com/profile/09375826979242954382noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6083025106002360992.post-90027409943307923572019-08-01T14:10:00.001-05:002020-05-11T18:21:01.851-05:00¿Qué haces 29 mil días después de nacer?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<h2 style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUMDWl7B2y21t3rjkRK1xYr2mBPLYoyxc2LkQOTjd8j6BWKWnCrfBQyU-yQvmC99XGXV4iRZt4gWI7Uzxyf7OGy1auCbgeoQNAbQI8XFs3mgnOJKVBbMWx108TVBqMfoGKlK82ydAjk-0/s1600/Tiempo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="648" data-original-width="981" height="131" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUMDWl7B2y21t3rjkRK1xYr2mBPLYoyxc2LkQOTjd8j6BWKWnCrfBQyU-yQvmC99XGXV4iRZt4gWI7Uzxyf7OGy1auCbgeoQNAbQI8XFs3mgnOJKVBbMWx108TVBqMfoGKlK82ydAjk-0/s200/Tiempo.jpg" width="200" /></a><span style="text-align: justify;">Qué haces 29. 000 días después de nacer?</span></h2>
<h4 style="text-align: center;">
¡MORIRTE!</h4>
<div style="text-align: justify;">
Parecen poco, ¿cierto?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se supone que en esta parte del mundo una persona sana vive unos 78 años, o lo que es igual, 29,000 días; todo lo demás es tiempo extra, como quien dice. En esos 29,000 días aprendes a hablar, comer, caminar e ir al baño.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Son sólo 29,000 días para pasar por la escuela, el colegio y la universidad; para decidir qué hacer con el resto de tu vida y hacerlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero el ser humano pasa durmiendo aproximadamente la tercera parte de su vida. Se supone que tú duermes 8 horas al día: la tercera parte de cada día de tu vida. Eso significa que pasas durmiendo un poco más de 9,600 días; digamos que te quedan, para redondear, 20,000 días aprovechables para enamorarte, llorar, ir de paseo y estar con tu familia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Vas a hacer amigos y perderlos luego. Vas a tener “días inolvidables” que tal vez 10,000 días después no vas a recordar. Viajar, cumplir algún sueño, encontrar a alguien y tener hijos o pasar de largo y vivir solo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Unos cuantos miles de días después de estar usando pañales te estarías jubilando, cambiando pañales de los nietos o usando pañales de nuevo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Todo en 20,000 días iguales a ayer.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ahora imagínate algo más: ya han pasado 19,999 días. Si todo sale como en las estadísticas (puede ser más, puede ser menos), anochece y de pronto sientes algo.</div>
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Acaba de comenzar el último minuto de tu vida.</div>
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¿En qué piensas en ese minuto?</div>
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Estoy convencido de que esos últimos 60 segundos (que todos vamos a tener) serán los más honestos de nuestras vidas. En ellos nos vamos a dar cuenta de cuántos días desechábamos como si nos sobraran.</div>
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No tenemos días de sobra. Tenemos muy pocos, de hecho. Demasiado pocos para gastarlos pensando en impresionar a alguien, en ser popular, en encontrarnos cada defecto del cuerpo, en no atrevernos,</div>
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¿Cuántos días te quedan?</div>
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De verdad te deseo que en ese último minuto lo que sientas sea satisfacción... y una gran curiosidad por ver qué sigue después.</div>
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