ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement / Acuerdo Comercial Antifalsificación) cuyo capítulo séptimo se discutió de miércoles a viernes de esta semana en esta ciudad de Guadalajara.
No hablamos de un tratado menor, pues el objetivo del mismo es garantizar los derechos de autor y propiedad intelectual y eso lo están negociando Australia, Canadá, la Unión Europea, Japón, Korea, México, Marruecos, Singapur, Suiza y los Estados Unidos. El hotel Fiesta Americana Grand recibió esta semana aproximadamente a 60 delegados de esos países.
Si usted no conoce nada sobre ACTA es porque así lo han querido los Gobiernos involucrados, pese a que dicho tratado tendría efectos sobre mil millones de usuarios, aproximadamente. Todas las rondas de negociación se han manejado a puerta cerrada, incluso con secrecía, y las celebradas en Guadalajara no han sido la excepción.
A pesar de los cuidados que han tenido los negociadores, algunos documentos se han filtrado. Por eso se sabe que el apartado cuarto del tratado es sobre la piratería en Internet y de los términos en que piensan combatirla.
Resulta que el criminal a perseguir será el usuario. Usted, yo y todo el que se conecte a Internet será monitoreado para controlar qué páginas visita, qué información envía y recibe. Como esto no es posible desde un lugar único controlado por el Gobierno, el ACTA pretende obligar a los países involucrados a imponer las labores de monitorio a los usuarios a las empresas proveedoras de Internet (ISP por sus siglas en inglés).
Es decir, su actividad diaria en Internet será observada por la empresa que le provee el servicio, mediante algún programa que estará buscando los momentos en los que usted envíe o descargue contenidos protegidos con copyright.
Los ISPs tendrán obligación de informar a la Policía sobre ese tipo de actividad ilícita y de proporcionar las pruebas para que se pueda actuar legalmente en su contra. Incluso se sabe que parte del castigo es la prohibición de contratar una conexión a Internet con cualquier empresa durante un periodo de tiempo.
Independientemente de si acostumbra o no a descargar material con copyright todos sus documentos, fotos, emails, conversasiones por messenger, redes sociales, etc. serán revisados, monitoreados y almacenados por su ISP y reportados al gobierno quien a su vez lo enviará a los Estados Unidos donde permanecerán en una base de datos que registrará día a día su actividad e información "privada"
Es evidente que ACTA pretende proteger el copyright, que tantos beneficios da a los intermediarios que hay entre creadores y consumidores (sobre todo disqueras), cometiendo una de las más grandes blasfemias de nuestro tiempo, regulando Internet. De ahí el secreto, la falta de trasparencia. Si se supiera clara y abiertamente que se pretende hacer eso, se daría una revolución.
El jueves pasado algunos internautas se presentaron en el hotel donde se hacían las negociaciones para exigir que se dé conocer a ciencia cierta qué pasa. Por supuesto, los sacaron ipso facto, pero nada impidió que en la calle mostraran unas pancartas con la leyenda Den a conocer el texto del ACTA y una laptop encadenada simbolizando lo que se está tramando en esas sesiones.